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Agentes de la Guardia Civil acompañan al sospechoso del crimen de Vinaròs a una inspección de la vivienda. EFE
Uno de cada cuatro juicios en la Audiencia de Valencia es por delitos sexuales

Uno de cada cuatro juicios en la Audiencia de Valencia es por delitos sexuales

Los sospechosos de abusos y violaciones llenan los tribunales tras un año con casi 1.600 casos en la Comunitat Valenciana

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Viernes, 12 de abril 2019, 14:47

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La presidenta del Observatorio Contra la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial, María Ángeles Carmona, lo dejó muy claro en unas recientes declaraciones a LAS PROVINCIAS: «El Supremo está alarmado con la llegada de tantos asuntos de delitos contra la libertad sexual».

El aluvión de delitos sexuales y su aumento en la Comunitat se suma al incremento de denuncias por malos tratos y asesinatos para encender todas las alarmas, más si cabe, ante el problema de la violencia machista. Una cifra que ejemplifica la magnitud del problema: de la veintena de casos que se juzgan esta semana en la Audiencia Provincial de Valencia, cinco, una cuarta parte, son por delitos de tipo sexual, como consta en el calendario de señalamientos que difunde el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). No se trata de una situación excepcional.

Lunes. Sección Primera. Diez de la mañana. Un hombre de 59 años se sienta en el banquillo de los acusados. La Fiscalía reclama para él una condena de prisión por una lamentable conducta: supuestamente maltrató y violó en repetidas ocasiones a su esposa en el domicilio que compartían en Carlet. Según la acusación, el infierno para la víctima se prolongó al menos durante cinco años, entre 2012 y 2017. Fue ella la que puso fin a la relación y denunció los hechos.

El caso ilustra el enorme abanico de daño que, en ocasiones, entraña la violencia de género. Sobre el sospechoso pesaban delitos de injurias, amenazas, agresión sexual, maltrato en el ámbito familiar, lesiones y violencia psíquica. Todo con la agravante de parentesco y género, tanto en el delito de agresión sexual como en el de amenazas.

Ese mismo día, a pocos metros, la Sección Quinta iniciaba un juicio por abuso sexual. Mañana está programada otra vista en el mismo tribunal en el que se juzgará un abuso sexual. Ya el jueves, la Sección Tercera acogerá otro juicio por abuso sexual y, en la misma jornada, un sospechoso de agresión sexual se sentará en el banquillo de la Sección Quinta. Por último, el viernes, la Sección Tercera de la Audiencia de Valencia será escenario de otro juicio por abuso a menores.

Hace dos semanas, un caso espeluznante se juzgó en Alicante. En el banquillo, un hombre acusado de abusar sexualmente de los dos hijos menores de su primo. Según la Fiscalía, a la niña de 13 años la desnudaba y sometía a tocamientos. Si se negaba, «le daba bofetadas o puñetazos y le pegaba con una correa». Al niño, de 7 años, «le pinchaba con unas tijeras, le metía la cabeza en un barreño con agua o le quemaba con la plancha si se negaba».

El germen lo encontramos en los casi 1.600 delitos sexuales que se denunciaron en la Comunitat Valenciana durante el año pasado, un 17% más que en el año anterior. Como ya avanzó este diario, uno de los puntos que más preocupa es el aumento de las violaciones. Fueron 168 en la región durante el año pasado con un aumento del 40%.

«No volverás a ver a tus hijos»

«De la cárcel se sale, del cementerio, no». «Eres mía o de nadie». «No volverás a ver a tus hijos». Son frases reales recibidas por víctimas valencianas en casos de violencia machista por medios digitales. Interior contabilizó en 2017 más de 700 denuncias de mujeres por amenazas y coacciones a través del teléfono móvil o internet, la cifra más alta desde que existen registros. Además, en ese año hubo 90 denuncias por delitos sexuales en entornos 'online'.

Margarita Cuasante, jurista especialista en delincuencia en internet y protección de datos personales, abordó este problema en un reciente seminario de la Policía Nacional. «El maltratador cuenta con una tecnología de uso sencillo y universal para concretar su dominio, vigilancia y constricción sobre la víctima», alerta la experta. Se refiere al «sometimiento electrónico, una ampliación de los delitos tradicionales». Y al control. «Lo que en un inicio crea vínculos, muta en un arma que permite las insidiosas preguntas: ¿dónde estás?, con quién?, ¿qué se te ha perdido allí?, ¿por qué no estás en casa?».

El sujeto «puede ser maltratador desde su sofá» y se crea para la víctima «un entorno de vigilancia en el mundo entero y las 24 horas». Para Cuasante, «es muy complicado escapar del acecho, más aún cuando el autor expulsado de las cuentas se sirve de otras personas» para mantener el contacto.

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