La jueza de la dana sigue estrechando el cerco a Mazón: ahora cita a los escoltas y el chófer que lo acompañaron al Ventorro
La instructora ordena comparecer al personal del expresidente de la Generalitat para comprobar si «pudieron oir las llamadas o comentarios» de las conversaciones entre el expresidente y la exconsellera Pradas, al frente del Cecopi
Sigue el escrutinio judicial sobre lo sucedido en la tarde de la dana en el restaurante El Ventorro. La jueza de Catarroja ha ordenado que ... comparezcan a declarar los escoltas y el chófer que acompañaron al expresidente Carlos Mazón a su encuentro con Maribel Vilaplana en el Ventorro.
La instructora acoge así la petición de una de las acusaciones del proceso, que solicitaron que estos empleados del exresponsable del Consell acudieran a declarar como testigos, en un auto notificado este viernes.
Tanto el expresidente como Vilaplana, al igual que este viernes el dueño del Ventorro, señalaron que los escoltas no estaban en el reservado en el que Mazón y Vilaplana comieron durante casi cuatro horas. Estos tampoco le acompañaron en el paseo que el expresidente y la comunicadora dieron hasta el parking.
Pero el testimonio tanto de los escoltas como el del chofer, que debió acompañar en sus desplazamientos toda la tarde a Mazón, serán importantes para concretar los horarios, así como qué hizo el expresidente en todo ese tiempo, sobre todo en la hora larga que transcurrió desde que se despidió de Vilaplana en el parking y el instante (20.28) en que acudió al Cecopi.
La magistrada acuerda la diligencia a petición de una acusación particular y la acusación popular que ejerce Compromís: «requerir la identificación para sus posteriores citaciones como testigos de los escoltas y el chófer asignados al presidente de la Generalitat el 29 de octubre de 2024 entre las 15 y las 21 horas».
La jueza considera necesario comprobar si los escoltas o el chófer «pudieron oír algunas de las llamadas o los comentarios a raíz de ellos» entre Mazón y la exconsellera Salomé Pradas, investigada y al frente del Cecopi. Entiende la instructora que es extrapolable a estos testigos los argumentos recogidos en el auto de la Audiencia Provincial que ordenó la práctica de la testifical de la periodista que comió el día de la dana con el presidente de la Generalitat.
«El hecho de que Mazón pudiera informarse sobre el envío del Es Alert es perfectamente plausible», señala la jueza
El auto contiene las argumentaciones de por qué es importante interrogar a los escoltas y al chófer y si escucharon algo sobre la decisión del envío del mensaje Es Alert. «Hay un hecho indiscutible: la voluntad de Salomé Pradas de mantener contacto con el presidente de la Generalitat», sostiene la instructora. Y esto se enclava en una circunstancia que trata de determinar el juzgado: «El hecho de que Mazón pudiera informarse sobre el envío inminente del Es Alert es perfectamente plausible».
La jueza Nuria Ruiz Tobarra se refiere al acta notarial aportada por la consellera investigada, en la que se reflejan las llamadas que efectuó Pradas desde el Cecopi. Varias de ellas a Mazón, o de este a su exconsellera. Pero no pocas no contestadas. Hay llamadas entrantes, salientes, perdidas y canceladas. Una de esas llamadas «canceladas», de Pradas a Mazón, se produjo a las 19.10 horas, «en un intervalo temporal de 37 minutos (entre las 18:57 h y las 19:34 h) sin ningún tipo de comunicación del presidente con ninguna persona».
Tonos de llamada agotados
La jueza señala que el hecho de que fuera Pradas quien optara voluntariamente por cancelar las llamadas «no se desprende en modo alguno del acta». Como ya sostuvo en otro auto, la magistrada considera que fue Mazón quien colgó esas «llamadas canceladas». Pero la instructora no contempla otra posibilidad técnica: cuando se hace una llamada desde un iPhone (modelo de teléfono de la consellera) y se agota el máximo de tonos de llamada con la persona llamada, por el auricular se escucha el tono de comunicando. De ese estado solo se puede salir pulsando el botón de colgar del teléfono, lo que genera un registro de «llamada cancelada».
Pero la jueza pone sobre la mesa como, «a medida que avanzaban las horas, la necesidad de actuación se habría convertido en más imperiosa para Pradas, dado el largo tiempo en la toma de decisión de la alerta». Ello hizo que se incrementaran las llamadas. Como las tres a las 16:29, 19:10 y las 19:36 horas. «Llamadas canceladas» según el acta notarial: o Mazón colgó o se agotaron los tonos de llamada, una posibilidad que la juez sigue sin contemplar pese a ser plausible.
A las 19:43 horas sí hablan ambos, como sigue recogiendo el auto de la jueza. Y otra vez a las 20:10 horas, un minuto antes de materializarse el envío del sistema Es Alert. Y en esa franja temporal es en la que incide ahora la jueza al citar a los dos escoltas y el chófer, con tal de comprobar qué nivel de conocimiento o decisión tuvo Mazón en el envío del mensaje, algo que el expresidente siempre ha negado tajantemente.
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