El jefe del SAIH de la CHJ abre la puerta a posibles fallos en las comunicaciones el 29-O
Ignacio Valero duplica ahora el tiempo de validación de los datos de caudal y el envío de alertas hasta los 45 minutos: «Las comunicaciones pueden fallar y a lo mejor no entra el dato al minuto 1»
El jefe del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), la red de pluviómetros y medidores de caudal que vigilan los cauces de la cuenca ... del Júcar, ha ampliado el tiempo en la validación de datos y el posterior aviso de crecidas hasta los 45 minutos durante su comparecencia en el Senado. Inicialmente, según ha expuesto la CHJ en diversas ocasiones, se tardaba en hacer esta labor entre 20 y 25 minutos. Además, Ignacio Valero ha abierto la puerta a posibles fallos en las comunicaciones del SAIH durante la dana del pasado 29 de octubre: «Las comunicaciones pueden fallar y a lo mejor no entra el dato al minuto 1, entra al minuto 3 o al minuto 7».
Cabe recordar que estos tres cuartos de hora de demora fue la misma cifra que aportó en su declaración en la Cámara Alta la técnico que envió el fatídico correo electrónico a Emergencias avisando de que el Poyo llevaba más de 1.800 metros cúbicos por segundo en el medidor de Riba-roja situado junto a la A-3 a las 18:43 el pasado 29 de octubre, el único sensor que controla toda la cuenca de esta rambla.
Valero ha explicado que los datos recabados por los medidores del sistema de vigilancia de la CHJ se transmiten cada cinco minutos, pero su funcionamiento entraña más complejidades técnicas que hacen que la visualización de las cifras no sea verdaderamente en tiempo real. El jefe del servicio del SAIH ha comentado que los avisos de lluvias se envían de manera automática mientras que los de caudal precisan de una validación previa por parte de los técnicos de la Confederación.
En este segundo caso, cuando el agua pasa por un sensor, y una vez este obtiene el primer el dato sobre nivel de flujo, debe estar unos 15 minutos con esa altura o superior para poder verificarlo: «Cada cinco minutos se van refrescando los datos en la web, con lo cual ya tenemos 20 minutos. En ese momento, si no hay ningún problema con las comunicaciones, se puede visualizar a través de la web o las distintas aplicaciones».
El alto cargo de la CHJ ha defendido también que la comprobación resulta vital para contrastar que los dígitos que haya podido reportar un caudalímetro en el trabajo de campo no sean «anómalos» como consecuencia de un error causado por el impacto de un tronco o un rayo sobre el medidor.
Preguntado por el Partido Popular sobre si el lapso total entre el primer dato y su confirmación era de un total de 45 minutos, el ingeniero ha respondido que «sí, ese es el desfase que puede haber».
Valero ha reconocido también que, pese a que el sistema SAIH es «muy robusto», las comunicaciones pueden fallar y «tardar un poco más». Esta afirmación no es baladí pues es la primera vez en la que un técnico de la CHJ reconoce públicamente posibles errores en la transmisión de datos de la red de vigilancia el 29-O.
Sin ir más lejos, el presidente Miguel Polo ya reconoció en su declaración judicial la existencia de «vulnerabilidad» al ser preguntado por posibles fallos de los medidores de lluvias. «Es raro que el pluviómetro en sí, falle, pero sí que falla la comunicación, hay que tener en cuenta que suelen ser los peores momentos atmosféricos», dijo en su testifical.
Vigilancia de cauces
Por otro lado, Valero ha descargado la responsabilidad de la vigilancia de los barrancos sobre la Generalitat enarbolando el contenido del plan especial frente al riesgo de inundaciones que, a su parecer, deja en manos de Emergencias el control de las ocho escalas de control de caudal situadas en la cuenca del Poyo en Chiva, en Cheste, en Massanassa, Paiporta o Torrent: «En todos esos puntos, lo que tenía que hacer el Centro de Coordinación de Emergencias era contrastar».
Con respecto a las obras de emergencia para reparar los daños de la riada del 29-O sobre el SAIH, el jefe del servicio ha dicho que el 90% de los trabajos ya se han ejecutado.
Alerta temprana
Sobre la implantación de los sistemas de alerta temprana y de ayuda a la decisión, este último vigente en la cuenca del Ebro, en la demarcación del Júcar ha dicho que «el mejor SAT son la predicción y las lluvias». «Esperar que un modelo o un sensor avise a la población sería un error», ha aseverado.
Valero ha explicado que el Ebro sí dispone de este sistema porque la configuración de la cuenca es diferente a la de las de las ramblas mediterráneas. A lo largo de su transcurso, este río tiene presas en los afluentes y la función del sistema sirve para hacer modelos predictivos de cómo sería el impacto de sus desembalses para que no generen «una avenida mayor a la que se produciría de manera natural».
«En las cuencas mediterráneas no es de fácil implantación por la torrencialidad o las pendientes. Los europeos tenemos un sistema de alerta de inundaciones, los SAT del sureste peninsular no son tan eficaces porque no hay grandes ríos», ha comentado antes de asegurar también que se está trabajando en un proyecto piloto en el Júcar pero que su implantación en el conjunto de la demarcación no llegará hasta dentro de tres o cinco años.
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