La hija de una anciana muerta en la residencia de Paiporta en la dana: «Nadie avisó, ni campanas ni alertas»
La mujer lamentó ante la juez instructora que nadie asumiera responsabilidades por el fallecimiento de seis internos
Más de un año después de la dana se siguen conociendo escalofriantes detalles de las páginas más oscuras de la historia de la Comunitat. La ... tragedia que asoló la provincia de Valencia el 29 de octubre de 2024 se cebó especialmente con los colectivos más vulnerables, aquellos que tuvieron menos capacidad de reacción para ponerse a salvo de un tsunami de muerte y destrucción del que nadie dio la voz de alerta. La hija de una de las fallecidas en la residencia de Paiporta, donde la fatídica jornada perdieron la vida seis internos, puso de manifiesto esta falta de alarma temprana ante la jueza instructora: «Nadie avisó a nadie, ni campanas ni alertas de ningún tipo».
La hija de una de las fallecidas en la residencia de la tercera edad Savia relató el horror que se vivió en las instalaciones ante la jueza titular de Instrucción 3 de Catarroja, que investiga las posibles responsabilidades penales en la gestión de la emergencia de la dana. Según declaró ante Nuria Ruiz Tobarra el pasado 28 de noviembre, se enteró del fallecimiento de su progenitora, una mujer con alzhéimer, la mañana del día siguiente a las catastróficas inundaciones a través de una llamada telefónica de la psicóloga del complejo.
La compareciente afirmó que estuvo en la residencia junto a su madre entre las 17.10 y las 18.45 horas del 29-O, cuando decidió irse a su casa sin saber que jamás volvería a ver a su progenitora con vida. Se acercó a un supermercado y en ese momento se enteró de que se estaba desbordando el barranco del Poyo sobre el caso urbano de Paiporta. Es entonces cuando recibe la llamada de una compañera de trabajo y, cuando iba por la carretera, empezó a ver venir la lengua de lodo. De inmediato abandonó el vehículo para ponerse a salvo, cogió al perro y se tuvo que subir a un columpio, con otro chico, un trabajador de aeropuerto que estaba alojando en el hotel del parque de Villa Amparo, y un periodista.
Tras llamar a su encargado para informarle sobre lo que estaba pasando, decidió ponerse en contacto con su hermano y sus familiares para decirles que llamaran 112. Su hermano le preguntaba por su madre y ella le confesó que la había dejado en la residencia.
Más de cinco horas de agonía
Relató a la magistrada instructora que estuvo cinco horas y media subida al columpio junto a sus compañeros de penuria. Cinco horas y media de pura agonía. A las 19:10 ya se encontraba refugiada en la altura de la atracción infantil y, cuando pudo bajar y llegar a su casa, «todo era un caos». A primera hora de la mañana le llamaron los compañeros para que bajara a ayudar y, en eses momento, todavía no sabía nada de su madre.
«Intentaron hacer todo lo que pudieron pero en la residencia no pudieron hacer nada más», explicó sobre el fallecimiento de su progenitora. No obstante, también lamentó que nadie hubiese asumido «la responsabilidad de todo lo que ha pasado».
Esta víctima de la dana confesó ante Ruiz Tobarra estar recibiendo asistencia psicológica, que deseaba ser reconocida por el médico forense y aceptó que el profesional sanitario recabe información sobre su historial médico a través de la aplicación ABUCASIS.
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