Un estudio del CEAM alerta del riesgo por el aumento de la temperatura del mar: el Mediterráneo, a 29º en Valencia
Un informe prueba que el Mediterráneo se calienta más conforme más caliente está el aire, lo que podría provocar más eventos extremos
Un estudio del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) indica que un aumento de las olas de calor supone un aumento de la ... temperatura del mar, lo que a su vez podría provocar más eventos climáticos extremos. El documento, titulado «Las olas de calor simultáneas intesifican las marinas a través de los intercambios aire-mar en el Mediterráneo» y firmado por Laura Paredes-Fortuny, Francisco Pastor y Samira Khodayar en la revista Nature, dice que un aumento en el calor latente «podría influir aún más en los procesos atmosféricos, favoreciendo, por ejemplo, la intensificación de los ciclones».
En las conclusiones del estudio, los investigadores apuntan que los resultados «destacan el papel crucial de las variaciones del flujo de calor latente en la modulación de la dinámica de las olas de calor marinas en concurrencia con las aéreas». «Este estudio ofrece información valiosa para mejorar la predicción y evaluar los impactos climáticos y ecológicos más amplios de estos eventos extremos», aseguran. Para Paredes-Fortuny, Pastor y Khodayar, «los cambios observados en el intercambio de calor aire-mar pueden tener implicaciones climáticas y ecológicas más amplias, influyendo en la circulación atmosférica local y el estrés del ecosistema marino».
«La creciente magnitud de la liberación de flujo de calor latente posterior a la concurrencia sugiere un ciclo de retroalimentación que se fortalece, lo que puede amplificar aún más los extremos climáticos mediterráneos», insisten en el estudio, donde los expertos recomiendan que las investigaciones futuras se centren «en cuantificar mejor los mecanismos que impulsan estas anomalías del flujo de calor, con modelos acoplados océano-atmósfera de alta resolución y sus posibles impactos en cascada sobre los patrones climáticos regionales».
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«La combinación de extremos climáticos ha recibido recientemente una atención creciente en la literatura científica. Sin embargo, existen pocos estudios sobre la interacción y los impactos de la combinación de ambas olas de calor sobre el océano. Para el Mediterráneo Oriental, se encontró una correlación estadísticamente significativa entre las frecuencias y los días totales, así como un aumento en su concurrencia», inciden en el estudio. Aseguran que datos entre 1949 y 2022 demuestran que la concurrencia de ambas olas de calor «se ha vuelto más frecuente en las últimas décadas y que las marinas se intensifican en presencia de aéreas concurrentes». «Esta intensificación podría estar relacionada con cambios en las interacciones e intercambios de energía en la interfaz aire-atmósfera cuando hay concurrencia. La mayoría de las olas de calor mediterráneas están asociadas con una situación anticiclónica estable con fuerte estancamiento y subsidencia. Se considera que esta estabilidad atmosférica persistente es un factor que impulsa las olas marinas través de un aumento de la radiación solar (cielos despejados) y vientos en calma que, a su vez, favorecen la estratificación de los niveles marinos superiores, iniciando o reforzando las olas de calor marinas», apuntan.
Sin ir más lejos, el pasado domingo 19 de agosto, en plena ola de calor y con temperaturas que superaban los 40 grados en tierra, la boya de Puertos del Estado en el puerto de Valencia registró 29 grados. Este dispositivo, que actúa como termómetro encargado de medir los grados a los que se encuentra cada hora el agua que baña la costa valenciana, se encontraba fuera de servicio por motivos desconocidos con el inicio de la ola de calor de hace quince días. Tampoco funcionaba este lunes. Sin embargo, en los últimos días de la misma recuperó su operatividad y lo hizo con temperaturas récord. El mar Mediterráneo alcanzó los 29 grados de temperatura, algo que ya ocurrió a primeros de julio con el inicio del verano. De hecho, según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) la temperatura registrada aquel domingo (28,9ºC) era la máxima del año al superar los registros del 4 de julio, donde se rozaron los 28 grados.
La relación entre temperatura del mar y gotas frías es real. De hecho, en la muy excepcional dana del pasado mes de octubre, de la que dentro de 30 días se cumple un año, una masa de aire recorrió el Mediterráneo desde Grecia hasta la Comunitat, y por el camino se cargó de humedad proveniente de un mar mucho más cálido de lo normal para esas fechas. Sin embargo, desde la Agencia Estatal de Meteorología insisten en que la temperatura del mar no es el único factor que puede provocar una dana catastrófica y que la temperatura del mar en agosto (o en junio, cuando también se alcanzaron temperaturas récord) no tiene por qué afectar a lo que pueda ocurrir en septiembre u octubre, los meses donde es más común que llueva en la Comunitat.
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