Teo dice adiós al hospital y a 100 kilos

Teo, el joven con obesidad mórbida ingresado desde el pasado mes de agosto en el Hospital de Manises, ha abandonado hoy el centro sanitario con un sabor agridulce. Por un lado, los servicios sociales, según relata, visitaron ayer el domicilio de sus padres, en la localidad de Turís, donde ha sido trasladado después de salir del centro sanitario y después de que no fructificaran las alternativas propuestas por la Generalitat. «Han ido para ver si está en condiciones, pero obviamente no está adaptada. Ahora se quieren menear, pero han tenido cuatro meses para hacerlo», comenta en relación al interés mostrado. «Seguimos a la espera de una vivienda alternativa».

Teo recuerda que ninguno de los dos inmuebles propuestos por la Administración se ajustaba a sus especiales necesidades, puesto que, por un lado, los domicilios ofertados se encuentran en Quart de Poblet y Silla, «muy lejos de casa de mis padres, y yo todavía necesito ayuda». Además, señala, «sólo tenían una habitación», de ahí que sus familiares tampoco pudieran trasladarse con él. Por tanto, y en un primer momento, ha regresado al domicilio familiar en Turís, a la espera de poder obtener una residencia alternativa y adaptada a sus necesidades.

Teo no ha hecho declaraciones a los periodistas que esperaban su salida del hospital, pero sí lo ha hecho su hermana Débora, que ha explicado que apenas ha dormido esta noche porque estaba «nervioso» y ha indicado que están «contentos». «Está mejor, más animado porque ha perdido 100 kilos, no pensábamos que fuera a perder tanto», ha señalado Débora, quien ha agregado que antes de llevarlo a casa está haciendo rehabilitación y lo están curando y aseando.

A su juicio, aunque los médicos dicen que su hermano está bien, «sigue estando grave, su obesidad sigue estando ahí, sigue igual«.

Teo no tenía claro, una vez abandonara el hospital, cómo iba a ser trasladado hasta Turís. «Espero que no sea en un camión de mudanzas, como hicieron la última vez». Al respecto recuerda que, tras pasar por el centro sanitario al comienzo de su periplo, fue dado de alta y regresó al domicilio familiar en este vehículo, pero prácticamente al día siguiente tuvo que volver al hospital, donde quedó internado bajo la modalidad de ingreso social «debido a la excepcionalidad del caso y su situación», según indicaron entonces fuentes del hospital.

El joven cuenta con la satisfacción de haber perdido alrededor de cien kilos, puesto ingresó con 385 y, según la medición de ayer, había conseguido alcanzar los 285. Todavía sigue siendo un peso elevado, pero al menos ya puede dar algunos pasos ayudado por un andador que le ha prestado un amigo «porque, si no, tenía que esperar hasta el 13 de enero que me llegara». Aún así, necesita el apoyo de sus familiares para su día a día puesto que, por ejemplo, le resulta muy difícil mantenerse en pie para prepararse la comida y prácticamente imposible acometer las tareas domésticas. A partir de ahora, y después de agradecer al personal sanitario el trato recibido («se han portado muy bien conmigo», indica), seguirá con rehabilitación en el centro de salud del municipio, donde ya se han coordinado con el centro hospitalario para estos trabajos en el gimnasio y con el fisioterapeuta.