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Fachada del Clínico, sobre la que se ha levantado una planta prefabricada para ganar espacio.
Hospitales públicos al límite

Hospitales públicos al límite

Falta de espacio y de personal, material obsoleto y planes olvidados acompañan el día a día de los centros sanitarios

LAURA GARCÉS

Domingo, 13 de noviembre 2016, 21:00

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Falta de espacio para servicios asistenciales o salas infrautilizadas a la espera de alguna obra que las llene de contenido. Escasez de personal, materiales amenazados por su antigüedad cuando no ya obsoletos. Proyectos en el aire que aguardan correr una suerte distinta a los que pasaron a dormir el sueño de los justos. En escenarios salpicados por una, en ocasiones varias, de estas circunstancias se desenvuelve el día a día de los hospitales de la ciudad, que llegan a afrontar complicaciones que les colocan en situaciones límite, a las puertas de la UCI.

El retrato del Clínico de Valencia, asfixiado por la falta de espacio y la suciedad del edificio contiguo y con un proyecto de ampliación aparcado, quizás sea el más revelador, pero no el único que descubre las carencias en el mapa de las infraestructuras hospitalarias. El deterioro de La Fe de Campanar avanza pendiente del plan de reactivación que precisará de dos legislaturas para finalizar. El Arnau y el Peset requieren, a juicio de los representantes de los trabajadores, la revisión de algunas áreas. El General tiene en marcha una obra -varias fases- que descubre una realidad obsoleta que clamaba intervención: acabar con las habitaciones de tres y cuatro camas.

Los sindicatos hablan de necesidad generalizada de «remozar» las instalaciones. Solicitan de la Administración acabar con los «parches» y a poner fin a una situación derivada de «años sin intervenciones». Hablan de 10 años, de una década. Las denuncias sindicales ponen el acento en la conveniencia de actuar ante las consecuencias de una etapa marcada por dificultades de financiación y, por tanto, corta de inversiones. Llama la atención que esta realidad se descubre al mismo tiempo que la Generalitat lleva adelante su plan de recuperar la gestión de hospitales de concesión -modelo Alzira-, que incluso incluye la posibilidad de comprar el Hospital de Dénia, que podría costar 60 millones, como fuentes próximas a las concesionarias apuntaron meses atrás.

El secretario general del sindicato médico Cesm, Andrés Cánovas, considera que «los hospitales hace mucho tiempo que necesitan revisión». Hay que tener en cuenta la «antigüedad y la falta de inversiones en los últimos 10 años; se tenían presupuestos muy bajos, como también este gobierno en un contexto de infrafinanciación respecto a otras Comunidades Autónomas» con consecuencias para edificios y personal.

Jesús García Conejos, secretario general de Función Pública de UGT, coincide en que «llevamos mucho tiempo» sin intervenciones en el terreno «del material y de personal». De hecho insiste en reclamar la revisión de las plantillas. Añade que hay centros en los que los profesionales se encuentran con «material antiquísimo» . La apuesta de García Conejos pasa por «utilizar lo que tenemos, mantenerlo y estudiar cuándo resulta rentable remodelarlo». No olvida comentar que la actual realidad sociológica, marcada por el envejecimiento de la población y el incremento de la cronicidad, empujan «a mejorar los centros sanitarios de crónicos, que son muy deficitarios» y ello le conduce a volver a mencionar la necesidad de actualizar plantillas.

El recorrido que los representantes de los trabajadores realizan por los hospitales también detiene la mirada en la tecnología. Es Arturo León, secretario de sanidad de CC.OO quien pone el acento en esta cuestión planteando que a la hora de «incorporar tecnología hay que medir muy bien la rentabilidad». Para León sería conveniente un organismo encargado de «evaluar» qué recursos son los adecuados para su adquisición.

Centrar la atención en las cuestiones tecnológicas no aparta a Arturo León de referir que hay hospitales cuya antigüedad aconseja poner manos a la obra. Se pronuncia sobre el Arnau, el Clínico o el Peset para decir que «los más antiguos requieren mayor atención». Sobre las instalaciones de la avenida Gaspar Aguilar insiste que es un centro grande con actividad importante que hay que «remozar».

El sindicato Csif se detiene sobre el mantenimiento de instalaciones para evitar que queden obsoletas. Dolly Prunés, vicepresidenta de sanidad de esta formación, asegura que «cuando llega el mantenimiento es cuando ya se ha estropeado». Cita como ejemplo los problemas que surgen con las conducciones de aire acondicionado o las instalaciones eléctricas. «No hay revisión», insiste. A su juicio hasta ahora lo que se ha hecho en los edificios ha sido «parchear y se sigue parcheando», algo con lo que considera que habría que acabar porque entiende que lo que los hospitales necesitan «un repaso y algunos algo más».

La radiografía que ofrecen los sindicatos muestra la necesidad de un esfuerzo económico. La consellera de Sanidad, Carmen Montón, en abril anunció una inversión de 330 millones en el periodo 2016/2010 para «dignificar» las infraestructuras sanitarias, 66 eran para este ejercicio. En esa palabra: dignificar», encuentra Prunés el reconocimiento de la necesidad de actuar.

En la comparecencia de Montón en la comisión de Economía de Les Corts, al explicar el presupuesto de Sanidad para 2017 adelantó que las inversiones cuentan con 75,14 millones. Incluye 4,2 para La Fe de Campanar. También se prevén ampliaciones y reformas en el Arnau o el Clínico, así como actuaciones en Ontinyent, antiguo hospital militar de Mislata -en el área de gestión directa- y en Elche. Poco más ha concretado la conselleria. Habla de «un plan de dignificación de infraestructuras» para revisar actuaciones a realizar y recuerda que ya han trabajado sobre «tecnología obsoleta y servicios que no se habían tocado desde su apertura».

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