Mompó, el gran damnificado del entendimiento entre Llorca y Catalá
El presidente de la Diputación ve drásticamente rebajado su papel y protagonismo en la política valenciana que aspiró a liderar
Burguera
Lunes, 8 de diciembre 2025, 00:36
En Presidencia de la Generalitat no se terminaban de creer que el mes de octubre sería el peor de la carrera de Carlos Mazón e ... incluso alguno de los miembros de su equipo indicaban resignados: «Pues aguantaremos». Pues no aguantaron. El funeral de Estado fue la puntilla de una traca de situaciones convulsas que concluyeron con el anuncio de la dimisión del VII president de la Generalitat. En el PP se desarrolló una importante batalla interna completada con la gestión de la captación de ayuda por parte de Vox. Un auténtico zipizape con muertos y heridos, un cisco y un cisma tras el cual, una vez se ha despejado la humareda de tanto trabucazo y de tantos pies puestos en polvorosa, el panorama que se exhibe es el entendimiento de Pérez Llorca y María José Catalá, el suave pero firme desplazamiento de todo lo que huele a Mazón y la nula presencia, influencia y repercusión de un tal Vicent Mompó.
Vicente José Mompó Aledo nació el 13 de junio de 1981. En sus años mozos fue central en equipos de regional como el Olimpic de Xàtiva. En términos futbolísticos, el alcalde de Gavarda debutó en las grandes ligas en 2023, con 42 años. Visto con perspectivas, ha pagado el estreno, un inicio accidentado equiparable al de aquel defensa central inglés que fichó el Real Madrid, Jonathan Woodgate, que se estrenó en su primer partido de Liga contra el Athletic: gol en propia puerta y expulsión por doble amarilla. Llegó el inglés como fichaje estrella y se estrelló estrepitosamente. Mompó tropezó por accidente con la presidencia de la Diputación de Valencia, en algún momento fue ensalzado como potencial president de la Generalitat, y el de Gavarda incluso dijo que en esta vida nunca se sabe.
Hasta el punto de que, cuando la cúpula del PPCV controlada por Mazón tuvo la sensación de que Génova le iba a imponer a Catalá como solución final, Mompó, tras una reunión en Benidorm con otros dos barones provinciales y el propio Llorca (que ya es casualidad que estuviera allí y la reunión se filtrase convenientemente), fue el señalado como el favorito de los populares valencianos para suceder a Mazón, un ascenso meteórico que incluso a él mismo le pareció, ese fin de semana, que difícilmente casaba con la realidad. Y así ha sido.
No hay ni rastro del poder comarcal, provincial y municipalista valenciano. Ni una mota de Mompó queda sobre el tapete de juego en el que Juanfran Pérez Llorca ha despachado un nuevo Consell muy conocido y bien querido por María José Catalá, alcaldesa de Valencia y supuestamente un rival irreconciliable. Llorca y Catalá se han entendido divinamente. Una sintonía quizá con Génova mediante.
La dirección nacional acabó profundamente irritada al ver que, tras aquella cumbre (o motín) de Benidorm, se aireó un nombre como el de Mompó, que en Madrid tuvieron que deletrear cuando se lo anotaron en la libreta de los errores a corregir.
Ni entre los consellers, ni en el ámbito de los secretarios autonómicos ni siquiera entre los directores generales se ha podido anotar Mompó una muesca. El nombre de Carlos Gil, alcalde de Benavites, diputado nacional y miembro de la ejecutiva provincial del PP de Valencia, sonó como conseller por algún misterio sin resolver. Sin noticias de Gil en el nuevo Consell ni de un presidente provincial que ve drásticamente rebajado su papel y protagonismo en la política valenciana que aspiró a liderar.
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