Las notas positivas de la pretemporada del Levante
El equipo granota presenta una buena evolución y todavía tiene mucho margen de mejora | Julián Calero ha sabido transmitir a la plantilla el nuevo ideal táctico para competir en Primera, con especial hincapié en las funciones defensivas
Sacar conclusiones de lo que depara una pretemporada es muchas veces algo precipitado. Cuando menos, es osado. Pero es durante estas primeras semanas de rodaje ... cuando se aprecian atisbos de lo que un equipo puede llegar a ofrecer durante el resto del curso, cómo se van encajando las distintas piezas de un puzzle todavía incompleto y el nivel de competitividad que están capacitados a brindar durante las 38 jornadas que pondrán a cada uno en el sitio que se merece.
En lo que se refiere al Levante UD, al que ya de por sí se le aventura una campaña seriamente complicada ya que los años posteriores a un ascenso son costosos para adaptarse a una nueva categoría, se puede mantener al menos la tranquilidad de que poco a poco se van solidificando las bases y que el plantel de jugadores están acogiendo bien los cambios introducidos por su míster, Julián Calero.
Dentro de lo anecdótico de los resultados, en donde el balance deja un cómputo favorable de tres victorias, dos empates y una derrota, las intenciones y mensaje ha calado hondo: es importante ser fiables atrás y mantener la portería a cero. A lo largo los seis partidos disputados, el Levante apenas ha encajado dos goles. Ambos fueron en la misma tarde y de forma prácticamente consecutiva, cuando la unidad B se midió al Castellón y terminó viéndose rebasado por el potencial que también ostentan los de Castalia. El resto de veladas fueron plácidas. Al menos, en aquellas tardes de cierta exigencia, la ya habitual y renovada defensa compuesta por cinco hombres demostró mimbres para convertirse en auténticos guerreros.
Primero se patentó con el paso adelante de los guardametas. Tanto Pablo Cuñat como Primo fueron creciendo en el día a día y, además del nivel de seguridad y confianza transmitida al resto de compañeros, se reivindicaron en un verano en el que todavía esperan más competencia. Un fichaje en forma de portero llegará. Pero el que venga, ya tiene el recado de que va a tener que trabajar duro y que la titularidad no se va a regalar. Y segundo, con el nuevo rol de los laterales que, unido a la coalición que han mantenido Dela, Elgezabal y Cabello en el centro de la zaga, les ha permitido contar con más libertad para adelantar metros y servir como apoyos ofensivos.
Otra de las claves momentáneas habla muy bien de los jugadores que se dispone actualmente en plantilla, tanto en lo que se refiere al bloque del año pasado como por aquellos que llegan como incorporaciones. Todos han sabido demostrar un notable nivel de adaptación. Aunque los esquemas tácticos suelen dar muchas vueltas, pasar de ser un equipo que marca las diferencias en la división de plata a ahora saber que en una amplia mayoría no se gozará de tal control, requiere de una implicación mayúscula. Así, este renacido Levante pretende reducir los riesgos al máximo, mantener el control posicional en fase defensiva y explotar al máximo la versatilidad a partir de la medular. Los futbolistas granotas han demostrado un estatus competitivo loable y los galones que están llamados a asumir Oriol Rey, Olasagasti y Pablo Martínez se comienzan a poner de manifiesto.
De la misma forma, si bien no hubo grandes nombres que resaltaran unos por encima de otros, en el apartado individual se han visto las contribuciones de Morales que, pese a sus destacados altibajos en cada uno de los encuentros, sigue con el olfato de gol refinado y concluyó como el máximo artillero con tres dianas, si bien un par las transformó desde el punto de penalti. O como los más jóvenes, como Paco Cortés y Víctor Junior, trasladan el dilema a Calero de qué rumbo tomar con ellos. Las aspiraciones pasan por que ambos salgan de Orriols pero, si se mantienen, al menos han trasladado una interesante variedad de recursos para tenerlos en cuenta como alternativas en un momento dado.
Es cierto que a este equipo del Levante se le puede y debe exigir más. Capacidad y nivel de mejora tiene por delante. Tampoco está el equipo cerrado, con varias salidas y llegadas pendientes de fraguar. Entre las posibles cruces de esta pretemporada, se señalarían unas cuantas. Una viene dada por las lesiones, que han impedido disfrutar más de cuatro de los ocho fichajes. También el cómo ha pasado factura la ausencia de Carlos Álvarez, al patentar menos profundidad en los metros finales o con las transiciones ofensivas. Y además ha sido un verano con registros goleadores escasos, a la espera que lo solvente Koyalipou, y se acentúan las grandes diferencias existentes entre los teóricos titulares respecto a los suplentes.
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