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Sede del Círculo de Bellas Artes el último día de actividad. JESÚS SIGNES

Fin a 125 años de historia artística en Valencia

Las deudas fagocitan al Círculo de Bellas Artes, que impulsó a Sorolla, Pinazo y Degrain ·

La entidad, que se hipotecó por la compra de un palacio, cierra sin haber sido salvada por la Administración

Laura Garcés

VALENCIA

Sábado, 1 de junio 2019, 00:23

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Más de un siglo de historia artística de Valencia se desvanece. El Círculo de Bellas Artes no puede aguantar más. Asfixiado por las deudas y acosado por gastos que no puede afrontar por la escasez de socios han llevado a la decisión de disolver una entidad referente de la vida social y cultural de la capital del Turia. La institución se despide sin haber sido salvada por la Administración y echando en falta el apoyo de la sociedad valenciana.

A la entidad nacida en 1893 y a la que estuvieron vinculados Sorolla, Pinazo, Muñoz Degrain y otros grandes artistas no le queda tiempo. Sólo falta cerrar la gestión para liquidar la deuda con la Conselleria de Cultura a cambio de sus cuadros y vender los enseres de la sede para pagar los gastos que acarrea bajar la persiana. Seguirán en junio en la sede, pero ya sin actividad, sólo para consumar su desaparición.

¿Qué ha pasado? Ha pesado como una losa la adquisición de la anterior sede, un palacete en la calle Cadirers, del que la imposibilidad de hacer frente a la hipoteca desalojó en 2017 al Círculo para trasladarlo a la calle Maldonado. El palacete se vendió por 1,2 millones y todo parecía que estaba solucionado. Se salvaba la deuda hipotecaria. Pero pronto se vio que había más. La Conselleria de Cultura reclamó a la entidad una deuda de 1,8 millones tras la enajenación.

El montante exigido por la Administración respondía a una subvención de 2001 que tendría que devolver porque la concesión de la ayuda contemplaba una cláusula que apuntaba que en caso de vender el edificio se tenía que devolver el dinero, ya que la ayuda debía invertirse en mantenimiento y equipamiento del inmueble. A esa cantidad se sumaban los intereses de demora: 600.000 euros.

«La entidad se merecía una solución más imaginativa por parte de la Administración», señala Joan Gavara, presidente de la Societat Valenciana d'Història de l'Art

El Círculo de Bellas había encontrado en su camino un profundo bache que le abocaba a la desaparición, pues no sólo se enfrentaba a la obligación de pagar, también tenía ante sí la imposibilidad de solicitar ayudas públicas porque mediaba una deuda. Se impusieron las conversaciones y negociaciones con la Administración. Además, contactaron con el Ateneo Mercantil en busca de una fusión. La alternativa no cuajó y siguieron los contactos con Cultura, en particular con el secretario autonómico, Albert Girona.

Dación en pago

Tras encuentros y desencuentros, e incluso la mediación de Presidencia de la Generalitat para solventar un asunto que parecía enquistado en manos del departamento que dirige Vicent Marzà, la entidad consiguió que Cultura aceptara el patrimonio pictórico del Círculo como dación en pago. Ello comportaba que la entidad se quedara sin su mayor activo: los cuadros, entre los que hay lienzos de Sorolla, Rusiñol, Pinazo o Muñoz Degrain, entre otros.

Está en marcha el proceso para hacer efectiva dación en pago se haga efectiva, si bien se desconoce cuándo finalizará la gestión, tal como señaló el presidente del Círculo, Gerardo Stübing. Los trámites se encuentran en el punto de que «Hacienda, la Agencia Tributaria, realice la valoración y la remita a Cultura para ver si la aceptan o no», señaló. El destino de las obras será el Museo de Bellas Artes de Valencia.

«Cultura ha hecho todo lo posible. esperábamos que se liquidara la deuda y pidieran una subvención«, apunta el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona

A la espera de ese trámite, la asamblea aprobó la disolución «por inviabilidad económica», pues no sólo las deudas les asfixian. Tampoco tienen capacidad para afrontar los gastos. Los ingresos por las cuotas de los socios no bastan.

Stübing habló ayer de todas estas circunstancias y de la responsabilidad sobre lo acontecido. Señaló a la Administración para destacar que «ha cumplido la legalidad de manera escrupulosa», algo que consideró no debía ser de otra manera, si bien lamentó que «sin incurrir en ilegalidades ni prevaricaciones podrían haber buscado caminos que llevaran a salvar la institución».

La falta de apoyo «del mundo cultural y la sociedad valenciana» es otra razón que, según el presidente del Círculo, ha influido. Todo, sin olvidar que, como apuntó Stübing, «el origen» se encuentra en «una gestión por parte de las juntas de los últimos 25 años» que a su juicio estuvo marcada por la «irresponsabilidad y la dejadez».

El indeseado final despertó la reacción de entidades culturales de la ciudad que ayer lamentaron la extinción. Manuel Muñoz, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, consideró que supone «una pérdida de extensión enorme para la sociedad valenciana por la que debemos sentirnos preocupados». En cuanto a la intervención de la Administración Muñoz defendió que esta «debe cumplir con la legalidad y está obligada a exigir que las deudas se paguen», pero puntualizó que «se tienen que agotar todos los caminos posibles para que una institución no desaparezca», aunque Muñoz aseguró desconocer este extremo.

Joan Gavara, presidente de la Societat Valenciana d'Història de l'Art, lamentó el desenlace para una entidad que «ha sido muy importante en Valencia». A su juicio, «el Círculo merecía una solución más imaginativa de la Administración», al margen de que se le debía exigir la deuda. La voz de la Conselleria de Cultura la puso Albert Girona para señalar que «es triste que desaparezca la entidad». Habló de «la mala gestión de los últimos 15 años que llevó a que ya tuvieran que cambiar de sede» y apuntó que desde el departamento de Cultura se ha «hecho todo lo que era posible. Ahora esperábamos que se liquidara la deuda y el año que viene pidieran una subvención».

La Academia de San Carlos recibirá el archivo documental de la institución

Valencia. Una entidad con algo más de 125 años de historia atesora no pocos documentos, papeles que en este caso hablan de la vida artística de una ciudad que merecen quedar a buen recaudo, en manos de quien pueda preservarlos. El Círculo de Bellas Artes ha escogido a la Academia de San Carlos como la entidad que reciba el archivo documental y la bibiloteca que deja la ya extinta institución.

El presidente del círculo, Gerardo Stübing, explicó a LASPROVINCIAS que trasladó este deseo a Manuel Muñoz, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, quien explicó que aceptan el ofrecimiento como «un honor».

Muñoz explicó que en ese archivo «hay documentación importante que refleja la vida social y cultural de la ciudad». Citó todas las actas de las juntas, cartas –entre las que puede haber correspondencia de los artistas– datos de presupuesto, quiénes han formado las juntas, exposiciones realizadas o personas que han estado vinculadas. Sobre cada uno de estos asuntos, advirtió el presidente de la academia, se «puede hacer un trabajo de investigación».

Cuando hayan recibido el archivo procederán a estudiar su contenido, algo que de momento no pudo concretar, para después catalogarlo y conocer todo lo que contiene. Apuntó incluso la digitalización y descubrió el compromiso de que la academia «mantendrá la memoria del Círculo siempre».

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