La restauración interminable

Dos años más. Como mínimo. Hasta alcanzar los doce. Al menos. Es lo que tardará en recuperar su esplendor la obra del pintor valenciano conocido como Maestro de Perea, 'El Retablo de los Tres Reyes Magos o la Epifanía', que lleva una década en el taller para ser restaurada.

Tal y como adelantó LAS PROVINCIAS, la tabla del autor del siglo XV, que mide siete metros y es la obra más excepcional de este misterioso creador que conserva el Museo de Bellas Artes de Valencia, no ha sido incluida en la primera exposición sobre el Maestro de Perea que ayer mismo inauguraron el director del San Pío V, Pablo González Tornel, y la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga. La razón: estar aún en proceso de recuperación desde hace una década.

Pero la no inclusión de esta obra provocó el malestar del comisario de la muestra, el exconservador del museo José Gómez Frechina (al que Cultura califica como colaborador de la exhibición), que ayer, además, no asistió a la presentación de la muestra. Este estudioso denunció en un artículo publicado en este periódico que la decisión de no exponer la pieza se tomó dos semanas antes de abrir la exposición. «Desconocemos el argumentario oficial para vetar estas piezas capitales ya que su pintura ya está restaurada desde hace bastantes años, incluso se presentó la tabla principal del retablo en una exposición del Museo en 2010. A menudo lo bueno es enemigo de lo mejor. Si por azar, fuera causa de la falta de algún dorado puntual en alguna de las tablas, nadie pienso iba por tal insignificancia a poner el grito en el cielo», dijo señalando directamente a la Dirección General de Cultura y Patrimonio y el Ivacor (el Instituto desde hace una década se restaura el retablo).

Pero tanto Amoraga como González Tornel negaron las injerencias y, según el director de la pinacoteca, la decisión de no presentar esta obra, la más importante del autor que conserva la pinacoteca,fue suya. «Fue un criterio técnico. Lo que falta por terminar no es el marco, es la mazonería, que es la articulación arquitectónica de un retablo», dijo González Tornel para justificar la ausencia de la creación. Con estas palabras, los responsables del museo cambiaron de argumento. Si cuando este periódico preguntó los motivos para no exponer la pieza Cultura alegó que se estaban recuperando los dorados, ayer el titular del Bellas Artes justificó que no estaba finalizada la estructura de la obra, más allá de los marcos. Sin embargo, y quizás para calmar a las voces que no entendieron que la primera retrospectiva que busca ahondar en la figura del artista no incluya esta pieza tan significativa, hubo un anuncio inesperado: la última fase de rehabilitación de la obra se hará de cara al público que visite el museo, tal y como se ha realizado con la predela del Centenar de la Ploma –la obra perteneciente al londinense Victoria and Albert Museum y que se restaura en Valencia–.

Los cuidados que, según el Bellas, recibe en la actualidad la pieza del Maestro de Perea se centran en la limpieza de los dorados, donde se utilizan productos disolventes que no pueden hacerse de cara a los visitantes. Por ello, y calculan que aproximadamente dentro de un año, los asistentes al San Pío V podrían ver los últimos retoques para finalizar un procedimiento que sumará, en total, un mínimo de doce años. Porque cultura terminará la recuperación del retablo en dos años «si hay dos personas dedicadas en exclusiva al proceso», aseveró el director.

«Es una tomadura de pelo. Esas piezas llevan restauradas desde 2010 y estaban en un almacén. Las subieron adrede para hacer el paripé. Que no engañen a la gente. Sobre todo, cuando uno da la cara ante los coleccionistas para que presten las obras. Cuando José Ignacio Casar Pinazo era director, ya se intentó que una empresa terminara los dorados y no le dejaron. Además, lo que han hecho no es un catálogo de la exposición, es relatar la restauración de la 'Virgen de los Molineros'», aseguró ayer un indignado Gómez Frechina.