Tenerife detecta fallos en su auditorio y reclama una solución a Calatrava
El Cabildo halla problemas en el revestimiento, filtraciones de agua y humedades en el edificio
EP/REDACCIÓN
Sábado, 28 de enero 2017, 01:01
tenerife/valencia. El Cabildo de Tenerife ha detectado fallos en el revestimiento del auditorio Adán Martín y de manera inmediata ha enviado una carta al equipo del arquitecto valenciano Santiago Calatrava para que proponga una solución «lo antes posible». Así lo acordó esta semana el Consejo de Gobierno Insular, reunido bajo la presidencia de su titular, Carlos Alonso, informa el Cabildo en un comunicado.
El peritaje realizado recientemente a petición del Cabildo demuestra que existen fallos que afectan al revestimiento y a filtraciones de agua y humedades en algunas zonas del edificio, por lo que se requerirá a los responsables de la construcción del edificio que determinen las soluciones que van a proponer para subsanar estas patologías, ya que la ley establece un período de 15 años por si aparecen deficiencias en la construcción. El Consejo de Gobierno insular adjudicó en abril de 2016 a la empresa Intemac la realización de un informe que evaluara el estado del edificio ya que esta entidad tiene una amplia experiencia en la realización de estudios de este tipo.
Intemac emplea técnicas muy punteras en sus análisis como la termografía infrarroja o el envejecimiento acelerado de los materiales para poder detectar cualquier defecto o patología del edificio, resalta la corporación.
Los problemas detectados en el auditorio de Tenerife no son una excepción y se suman a otros incidentes registrados en puentes, estaciones y en algunas otras de sus obras.
Diseñó la pasarela Zubi-Zuri de Bilbao, que le provocó un contencioso con el Ayuntamiento de esa ciudad; el puente de Venecia (con una desviación presupuestaria del 300% que también acabó en pleito), y el Palacio de Congresos de Oviedo, por cuyos defectos el Tribunal Supremo le condenó a pagar 2,96 millones de euros.
En Valencia, dos edificios de Calatrava han generado problemas: el Palau de les Arts y el Ágora. En diciembre de 2013 la caída del trencadís del coliseo reveló fallos estructurales en el revestimiento cerámico. La solución acordada por la Generalitat, el despacho de Calatrava y los constructores fue retirar todo el trencadís y poner uno nuevo.
En el Ágora, un informe externo y ordenado por Avanqua, la empresa que se ha adjudicado la explotación de este espacio junto al Oceanográfico, reveló importantes deficiencias en la cubierta, problemas de seguridad y deterioro de elementos estructurales.
¿Qué ha hecho Calatrava para suscitar primero tanto encomio y luego tanto oprobio? Eso es lo que se ha preguntado el que fuese subdirector de 'La Vanguardia', columnista y crítico de arquitectura, que examina esta extraña evolución en 'Queríamos un Calatrava', que Anagrama lleva a las librerías el pasado19 de octubre. La obra contiene decenas de casos y unos cuantos testimonios que no dejarán indiferente a nadie que esté interesado en el tema y, sobre todo, al propio autor valenciano, protagonista de una publicación que no hubiese querido protagonizar.