La huelga de médicos comprometerá la asistencia toda la semana que viene en medio del aumento de la gripe

Ante estas protestas contra el Ministerio de Sanidad, el Consell ha determinado ya los servicios mínimos, a través de una resolución de la Conselleria de Educación, Cultura y Empleo, que es quien tiene las competencias. Serán del 50% de la actividad habitual en los centros de salud, de especialidades, consultas externas y servicios no urgentes de los hospitales.

La actividad por tanto bajará mucho esos días, en un periodo que se prevé que se intensifique el aumento de infecciones respiratorias, ya que los expertos vaticinan al menos dos semanas más de subida de los contagios y que se alcance el pico en Navidades. Pero ese incremento esperado de enfermedades se va a topar con numerosas consultas vacías por la huelga, lo que va a provocar situaciones de saturación en los centros, ya que los profesionales que trabajen deberán asumir los pacientes de los que secunden la huelga.

Pero no sólo tendrá consecuencias por ese incremento de virus, sino también lógicamente por muchas otras patologías y pruebas, que en el caso de las consultas externas, las visitas al especialista se programan con meses de antelación, y al anularlas por la huelga, se deben cambiar las agendas. Y si eso supone un quebradero de cabeza las veces que ha sido sólo una jornada de huelga, ahora con cuatro días de paros, esos problemas serán muy superiores.

También funcionarán a la mitad los centros de transfusiones, la hospitalización a domicilio y la farmacia hospitalaria. En todos estos casos del 50% de servicios mínimos se garantiza que la mitad de la plantilla estará en su puesto, y a partir de ahí, en función de cuántos facultativos secunden la huelga, el impacto será mayor o menor para la sociedad. Puede haber centros en los que todos los que estén designados servicios mínimos se sumen a la huelga y otros que nadie se acoja y vayan a trabajar. Lo más habitual será un término medio, pero en todo caso habrá una considerable afectación a la asistencia a los pacientes.

En las dos huelgas anteriores, en junio y octubre, los paros se notaron en todos los centros, y miles de consultas, pruebas diagnósticas y operaciones no urgentes se tuvieron que suspender y aplazar para otras fechas por la ausencia del médico. Cabe recordar que no hay obligación de avisar si se va a hacer huelga, por tanto los pacientes están citados igualmente, y cuando llegan al centro, reciben la comunicación de que su facultativo no ha ido y por tanto no le pueden atender. Una situación que provocó quejas, enfados y molestias a los enfermos afectados, y que la semana que viene se puede multiplicar, al ser cuatro, en vez de uno, los días de huelga.

Además, en Urgencias la actividad será la propia de los domingos, tanto en los servicios hospitalarios como en los quirófanos. Una reducción drástica respecto a la actividad en cualquier otro día laborable. Sin embargo, no reducirán su ritmo habitual y estarán al 100% las zonas que requieren urgencia vital, como Diálisis, Radioterapia, UCI y Reanimación, trasplantes de órganos, hospital de Día, quirófanos de Prioridad 1 y Oncología. Tampoco tendrán reducción de personal los Puntos de Atención Continuada y Sanitaria para atender la demanda urgente, igual que los servicios de ambulancia y SAMU.

La huelga de los médicos es contra el Ministerio de Sanidad, al igual que ya ocurrió este año en octubre y en junio, por unas negociaciones del Estatuto Marco que están paralizadas y sin llegar a acuerdos con la ministra, Mónica García. Pero esta vez los facultativos aumentan la presión y no será sólo un día de paros, sino cuatro, lo que va a multiplicar los problemas de asistencia. Según CESM, la última propuesta del ministerio es "insuficiente y no recoge la principal reivindicación de aceptar una regulación específica", señalan en un comunicado de este sindicato que organiza los paros.

Sus reivindicaciones son principalmente la jornada de 35 horas semanales, los derechos laborales propios y específicos de los facultativos y la protección de la salud de los médicos, así como delimitar claramente la duración de la jornada y de las guardias. Consideran que los médicos deben tener un estatuto propio y diferenciado del resto de categorías sanitarias, y reclaman a su vez que se retribuya con más dinero las horas extras, que la asistencia urgente tenga una consideración distinta a la programada, que se regulen las guardias localizadas y que se establezcan con claridad criterios objetivos de sobrecarga laboral que conlleven medidas obligatorias de aumento de la jornada.

Ante estas peticiones los médicos no han obtenido respuesta del ministerio y consideran que no van a seguir haciendo guardias "con las horas extras a precio de saldo", entre otras exigencias. Pero al final van a ser las comunidades, en concreto aquí la valenciana, y por tanto los recursos de la Conselleria de Sanidad y los pacientes, los que paguen las consecuencias de esta falta de negociación entre el ministerio y los médicos a nivel nacional.

En su comunicado, CESM destaca que "la sanidad pública lleva décadas sostenida por el esfuerzo desproporcionado del colectivo facultativo, con horas extra obligatorias y sin derecho al descanso ni a la conciliación", apuntan. "Esta situación debe terminar, es insostenible. Cada vez más médicos abandonan el Sistema Nacional de Salud y la sanidad pública se hunde", añaden. Y sobre la falta de acuerdo con el ministerio, subrayan: "Hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para alcanzar un acuerdo con el ministerio que evitara la huelga, pero ha sido en vano", lamentan.