Fragmento de la ilustración de Daniel García. D.G
9 d'Octubre

La geografía emocional del pueblo valenciano

Casi quinientos kilómetros de norte a sur, más de cien hasta que el Mediterráneo comprueba que ancha es Castilla, y por guinda el diamante del Rincón de Ademuz. Todo eso es la Comunitat, y mucho más, pues también es posible mapear los sentimientos

Antonio Badillo

Valencia

Miércoles, 8 de octubre 2025

No todas las respuestas salen de corrido en cuanto las invoca un signo de interrogación. Las hay de cajón, las hay imposibles, y también las ... hay complejas, según lo punzante del bisturí. ¿Qué es un pueblo? Si encaramos el dilema desde una perspectiva utilitarista, podemos concluir que una comunidad de intereses. Se ajustaría así nuestro dictamen a la aristotélica concepción del hombre como animal social, inclinado por tanto a cooperar para de la unión hacer la fuerza. Pero un pueblo es más que una suma egoísta de individualidades. O si lo preferimos, he ahí tan sólo el punto de partida para construir un proyecto de mucha mayor ambición. Lo que Durkheim bautizó como la conciencia colectiva: el conjunto de valores que ejercen de pegamento y nos mantienen unidos. Que nos moldean, manos y barro, como sociedad. Como país. Como comunidad. O Comunitat. Una misma moral, la idiosincrasia compartida, puntos cardinales que afinan nuestra rosa de los vientos para no perder el rumbo por más que los embates puedan despistarnos cuando se riza en olas imposibles el mar de la convivencia.

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Hoy es el día de los valencianos, los que nacieron aquí y quienes se dejaron adoptar por esta tierra de acogida. Hoy es un 9 d'Octubre muy especial, porque hace justo un año, otro 9 d'Octubre, al oír hablar de riadas todavía surcaba la mente un largo túnel en blanco y negro hasta las lágrimas de 1957. Ahora el dolor queda demasiado cerca, a once meses y diez días de distancia, puerta con puerta con el presente, y más que nunca urge reforzar las costuras de nuestra cohabitación. ¿Qué es un pueblo? Una cadena de brazos enlazados para salir adelante.

Ofrece este periódico especial un mapa emocional lleno de localizaciones. Podrían ser muchas más, pero la obligación de seleccionar lleva ingratamente ligada una condena: la de ser injusto. La Comunitat, desde los dominios del coloso Tombatossals hasta los del grácil Sant Jordiet, sabe a trufa negra y paella, huele a cuero de vaqueta, bombea sanguínea la horchata, culebrea por el onirismo luminoso de Ripollés, vibra con las Fallas y se sobrecoge al calor del Misteri. Compiten con el del Edén sus atardeceres, antesala de la noche que despierta envuelta en albaes capaces de pellizcar el alma. ¿Qué es un pueblo? Pueblo es la punzada de orgullo ante la fachada modernista del Mercado de Colón, o esas barracas que literaturizó Blasco Ibáñez. Pueblo es repantigarse como en casa ante un relato de Juanjo Braulio. Pueblo es mirar al pasado, al Tribunal de las Aguas o la Lonja, sabiéndolo bastión del futuro.

Hoy nos amanece otro 9 d'Octubre, un día concebido para tender puentes y subrayar afinidades, por más que muchos lo consideren expositor de diferencias; actitud también respetable, pues en una sociedad abierta y plural todo lo es siempre que irrigue el cauce de la tolerancia.El capital de un pueblo reside en su patrimonio, el tangible y el inmaterial, en lo que se ve y en cómo se siente, pero también en las ventanas que abre al diálogo, al contraste sosegado de ideas, sin vetos ni guetos. Habla en este periódico especial del 9 d'Octubre el presidente de la Generalitat. Y se explica. Lo hace la alcaldesa de Valencia. Y símbolos del socialismo autóctono de ayer y hoy como Ximo Puig, ocho años de servicio nutren su expediente, o la delegada del Gobierno. Un pueblo no olvida la historia, también ella está presente en este periódico. Pero por encima de todo un pueblo son sus voces, para las que LAS PROVINCIAS se ofrece de altavoz. Escuchémonos. Sintámonos. Hoy es 9 d'Octubre. El día de los valencianos.

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1 Por Patricia Cabezuelo

Barraca, herencia y resiliencia

De vivienda campesina a icono cultural: las pocas barracas que aún resisten se reparten entre las que tienen protección oficial, las restauradas como recurso turístico y aquellas que, pese a las transformaciones, sobreviven en manos privadas conservando la memoria de la huerta valenciana.

La dureza y la grandeza de la vida en la Albufera a finales del siglo XIX fue retratada por la intensa pluma de Blasco Ibáñez. En aquella época, campesinos y pescadores sobrevivían en un paisaje hecho de cañas y barro y moraban en humildes edificaciones realizadas también con ellos: las barracas. Las casas de blancas fachadas e inclinadas techumbres de cañas se han convertido ahora en el ejemplo por excelencia de la arquitectura vernácula valenciana. Unas construcciones, cada vez más escasas, y que sólo recientemente se han empezado a valorar y proteger.

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La evolución de las barracas ha ido de la mano con la degradación y destrucción del hábitat que las rodea, marcado principalmente por la desaparición de la huerta al sur de Valencia y de los cambios en el modo de vida de sus vecinos. Las sencillas construcciones, levantadas con lo que daba el entorno, han sufrido embates más importantes que los producidos por la intemperie y el tiempo. Pese a todo, unas pocas edificaciones, treinta y nueve, según el listado de bienes protegidos de interés local de la Generalitat, sobreviven en los márgenes de la vorágine de la ciudad.

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2 Por Pablo Alcaraz

Un viaje hacia las raíces del Reino de Valencia

Desfiles de más de 12.000 festeros rememoran la Reconquista en las entradas de Moros y Cristianos.

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Grandes ejércitos de la cruz y la media luna desfilan triunfales por las calles de multitud de municipios de la Comunitat para rememorar las batallas que escribieron las páginas de la Reconquista, la época en la que nació el Reino de Valencia de la mano del rey Jaime I. Qué duda cabe que los Moros y Cristianos son otra pata de las festividades que llenan de folklore, colorido y riqueza cultural a la región. Pese a la popularidad de los actos, las entradas más multitudinarias tienen lugar en Alcoy, Villena y Ontinyent, donde se cuentan por miles o decenas de miles los comparsistas que se visten con los trajes medievales.

El eterno debate sobre qué municipio es considerado la cuna de los Moros y Cristianos o cuál de ellos hace desfiles más espectaculares tiene pinta de que no acabará nunca. Pero las cifras hablan por sí solas: en Alcoy y Villena desfilan un total de 12.000 festeros mientras en Ontinyent lo hacen 6.000. Juzguen ustedes mismos.

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3 Por Moisés Rodríguez

La cuna del mito que hizo resurgir la pilota

El Genovés es el epicentro de un deporte que tiene la instalación más longeva de Europa, el trinquet de Pelayo.

Cualquier valenciano a quien se le pregunte qué sabe de pilota, por poco que la conozca, va a responder con una palabra: «Genovés». Y no se refieren a un pequeño pueblo junto a Xàtiva, sino al hombre que revitalizó el trinquet, Paco Cabanes, que adquirió como nombre profesional el de la localidad donde nació.

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El Genovés es la cuna de la pilota por Paco y porque el municipio es el mayor vivero de la historia de jugadores de primer nivel. Adosado a su trinquet está el Museo de la Pilota, donde se atesoran todo tipo de reliquias relacionadas con el deporte autóctono: pelotas, guantes, agendas, fotografías, entradas de partidas históricas...

Muchas de ellas disputadas en Pelayo, que es la Catedral de la pilota. Con más de 150 años de existencia, es la instalación deportiva en activo más longeva de Europa y la sede que cada año acoge la partida más mediática del deporte de todos los valencianos: la final del Individual de escala i corda.

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Ilustración: Daniel García

4 Por Arturo Checa

La tierra de las 3.397 horas de sol

Sorolla inmortalizó su luz y el astro rey la elige cada año para ser el lugar en el que más tiempo brilla tras Andalucía. Y con un sinfín de rincones hechos postales: los mejores atardeceres de la Comunitat Valenciana.

Casi no hay otra tierra en España con tanta luminosidad. y no es un piropo o un tópico. A las 3.397 horas de sol al año de la Comunitat (Alicante se lleva la palma) sólo le hacen sombra las 3.527 horas de sol anuales de Huelva y Sevilla. Así que el llamado 'pintor de la luz', el magistral Joaquín Sorolla, no podía nacer en otro rincón que en Valencia. «La luz es la vida de todo lo que toca, así que cuanta más luz haya en la pintura, más vida, más verdad, más belleza tendrá». Es una frase del irrepetible pintor valenciano. O como dice el maestro Padilla en su popular 'Valencia', «la tierra de las flores, de la luz y del amor». Y en el día grande de todos los valencianos, su luz, sus soles y, cómo no, sus atardeceres tenían que estar entre los iconos de esta nuestra tierra.

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5 Por Gonzalo Bosch

La vela latina, tradición pura de la Albufera

Este sistema de navegación en la laguna es una actividad ancestral que trodavía hoy se realiza en el paraje.

El mismísimo Jaume I quedó tan fascinado por la belleza de la Albufera que la adquirió como propiedad para el del Reino de Valencia. La laguna se ha convertido en un símbolo de valencianía, y del mismo modo todas las actividades humanas que se desarrollaron alrededor de ella. Entre otras, las embarcaciones de navegación con vela latina son un ejemplo ancestral de cómo los valencianos nos hemos relacionado con la lámina de agua dulce más importante de la región. Esta actividad es historia viva en la zona muchos años antes de que el paraje fuera declarado como Parque Natural en 1986. En la actualidad, en los Puertos de Catarroja y de Silla son decenas de valencianos los que mantienen viva esta preciosa tradición de navegar con vela latina. También en El Palmar se pueden observar embarcaciones cuya vela ondea en puerto a la espera de surcar la laguna albuferenca, patrimonio natural de Valencia y la Comunitat.

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6 Por Almudena Ortuño

Trufa negra, el hongo mágico de la Comunitat

De cultivo delicado, muy cotizada en los mercados internacionales y apreciada en la alta gastronomía: así es la trufa, símbolo sentimental de nuestro territorio. Su producción no deja de crecer en hectáreas, pese a la amenazas que suponen el cambio climático y los subproductos aromatizados.

Olor intenso, penetrante y complejo. Con aroma a tierra, a humedad, a petricor. Al mismo tiempo, sabor delicado, ligeramente amargo, y persistencia en el paladar. Su aspecto es rugoso, a veces agrietado, y tiene pulpa negra, como carne marmolada. Al madurar, sin embargo, aparecen vetas claras. En la trufa negra conviven todas estas contradicciones, que a la postre la engrandecen. Estamos ante un hongo subterráneo que ha adquirido la categoría de preciado tesoro, cuyo importe puede alcanzar los 1.500 euros por kilo en mercados internacionales. La gastronomía está rendida a ella y es tan valiosa, en parte, por su escasez. La breve temporada, de noviembre a febrero, y la dependencia climatológica dificultan su recolección. Sin embargo, la Comunidad Valenciana es una de las principales regiones productoras de España, con alrededor de 5.000 kilos por campaña, lo que garantiza que la trufa no sólo viaja fuera de nuestras fronteras, sino que ocupa las mesas locales.

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Recolección. Después de ser extraídas, las trufas negras viajan a casa o hacia el restaurante. Iván Arlandis

7 Por Pablo Alcaraz

La traca, nuestra banda sonora festiva

La pólvora no puede faltar en ninguna celebración que se precie en la Comunitat, pues aporta luces, olor y una musicalidad únicas.

Ni las bandas sonoras de las películas más vistas de la historia pueden compararse con esa música que marca el ritmo de todas y cada una de las fiestas de la Comunitat. Allí donde esté una buena traca, que se aparte la melodía de 'Star Wars', 'El Padrino' o 'Titanic'. La pólvora es una de nuestras mayores señas de identidad. ¿Acaso hay algo más valenciano que se pueda percibir por hasta tres sentidos a la vez? Una mascletà, como mínimo, se ve, se escucha y se huele. Además de sentirse, claro está. Y es que el estallido de los 'masclets' ya sea en Valencia, Alicante o Castellón, suena a celebración, a fiesta, a alegría de un pueblo orgulloso de sus raíces. La pirotecnia suena por doquier en las Hogueras de Alicante, la Magdalena de Castellón, los alardos de los Moros y Cristianos... Pero se escucha y se vive en su máximo esplendor en la catedral de la pólvora valenciana, la plaza del Ayuntamiento de Valencia, durante las Fallas después del 'senyor pirotècnic'.

8 Por Laura Garcés

La bebida que llega más allá del paladas

El cultivo de la chufa y la elaboración de horchata llevan el nombre de Alboraya por todo el mundo de la mano del refresco valenciano.

Qué sería del verano valenciano sin la horchata de chufa. Cuesta concebirlo. Terraza, amigos, horchata y también fartons. Un deleite para el paladar. Pero un vaso del preciado refresco es mucho más. Es un hecho cultural en el que se destila la arraigada tradición del cultivo de la chufa ligado a Alboraya. A propios y a extraños -pregunten a los turistas- atrae. Es uno de los tesoros de la agricultura y la gastronomía valencianas, por ello, de su cultura. Alboraya es huerta y también es mar. Y la horchata lo encierra todo en una bebida que nace de un superalimento por su alto contenido en ácido fólico y la ausencia de lactosa. Encuentra su origen en la cultura egipcia, pero fue la islámica la que contribuyó a su expansión. Cuenta la leyenda que Jaume I cuando la probó exclamó: «Açó és or, xata?» Lo cierto es que es oro, un oro blanco con DO en Alboraya, tierra que lucha incansablemente por la pervivencia del cultivo mundialmente conocido.

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9 Por Álex Serrano

El Tribunal de las Aguas, mucho más que otra atracción turística

Inmune al paso del tiempo, el Tribunal de las Aguas continúa con una labor centenaria que permite a los agricultores solucionar conflictos mientras convive con la explosión de visitantes de Valencia

Si Valencia nace en algún sitio, a nivel espiritual, seguro que es cerca de esta puerta gótica. En esta mañana de jueves, mientras cientos de turistas levantan móviles al aire para captar a ocho hombres que se sientan en sillas de cuero, el espíritu del Cap i Casal está más vivo que nunca. Y es que el Tribunal de las Aguas forma parte del alma de la ciudad tanto como cualquier otro símbolo, o incluso más, porque ejemplifica algo imbricado en el corazón de lo que es ser valenciano: la resiliencia, la fortaleza de tirar de tripas para sobrellevar cualquier problema. De hecho, una anécdota lo ejemplifica. Cuenta Enrique Aguilar, presidente del Tribunal de las Aguas, que hace un siglo los regantes de la acequia de Xirivella pedían de forma insistente que querían un asiento. El resto de síndics se resistían, por lo que un jueves, un agricultor de la acequia de Xirivella sacó una silla y la puso al lado de los asientos de los síndicos, soltando un muy valenciano «pues yo de aquí no me voy». Desde entonces, la acequia de Xirivella tuvo asiento en el tribunal. Esta anécdota explica por qué, si Valencia nació en algún sitio, es cerca del Tribunal de las Aguas. La institución, que todavía se reúne todos los jueves en la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, está tan imbricada en el alma del pueblo valenciano que se ha convertido en uno de los símbolos de esta tierra.

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Las llamadas a los denunciantes se repiten dos veces por cada acequia. Iván Arlandis

10 Por Laura Garcés

La fuerza imbatible de las Fallas y su fiesta

Movilizan a 120.000 falleros agrupados en 382 comisiones y generan 733 millones de euros de retorno económico para la sociedad valenciana.

Las Fallas, la mayor fiesta de los valencianos. Y una de las fiestas más grandes del mundo. Una celebración de dimensión internacional. Lo prueba el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Todo lo que acompaña a ese hecho cultural que son las Fallas es grande. Basta contemplar las cifras sobre las que se desarrollan para comprenderlo. Su capacidad de vertebración social se traduce en un censo de 120.235 falleros y falleras que se reparten en 382 comisiones que en la última edición de las celebraciones destinaron 9,2 millones de euros a los monumentos que se levantaron en las calles de la capital. El movimiento de personas, de agrupaciones y de presupuestos genera un retorno económico para la sociedad nada desdeñable. Sólo en Valencia, según un estudio de la Universitat realizado en 2023, la fiesta generó un retorno de 733 millones y se crearon 6.440 empleos. Una celebración imbatible.

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11 Por Pablo Alcaraz

Peregrinos tras la huella del Santo Cáliz

La ruta del Grial une a 18 pueblos en la doctrina de la fe, orgullosos de tener una reliquia histórica con la que Cristo bebió en la última cena.

Sólo Valencia puede presumir de tener en su haber un elemento de incalculable valor histórico como es el Santo Cáliz, la copa con la que Jesucristo posó sus labios para celebrar la primera Eucaristía. La ruta del Grial no sólo une a 18 municipios valencianos en la fe y el ir y venir de peregrinos en busca de la reliquia, sino que va un paso más allá y también ejerce como un importante elemento vertebrador de la cultura y el patrimonio religioso valenciano de las provincias de Castellón y Valencia.

12 Por Laura Garcés

El brillo eterno de la Lonja de la Seda

La obra maestra del Gótico Civil representa la pujanza comercial de la ciudad y es Patrimonio de la Humanidad.

Entre las joyas del patrimonio valenciano brilla de manera especial la Lonja de la Seda, obra del gótico civil valenciano declarada Patrimonio de la Humanidad. La Lonja no sólo encierra un gran valor patrimonial, es también el emblema de una época dorada de la historia de la ciudad, del tiempo en el que la producción y el comercio sedero situaron a la capital del Turia en la Ruta de la Seda. La Lonja, espacio destinado a las transacciones comerciales, acogía numerosas operaciones mercantiles en torno a la seda, dado que en la ciudad llegaron a existir 500 talleres en el barrio de Velluters. Referente arquitectónico y de la actividad económica en su momento, la Lonja siempre ha conservado su valor como punto de referencia. Han pasado los siglos y el monumental edificio y cuanto representa mantienen su vigencia como punto neurálgico de la ciudad, una suerte de nuevo centro de transacciones comerciales, las que atrae el turismo.

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13 Por Manuel García

«La paella no es un plato, son nuestras raíces»

Expertos del mundo gastronómico debaten sobre una cuestión con multitud de aristas, una receta cuyo origen se desconoce y que no tiene una que se considere 'canónica' al 100%.

Si cree que el debate gastronómico por excelencia es el de la tortilla de patata con o sin cebolla, en la Comunitat Valenciana hay otro que deja esta discusión a la altura del betún. ¿Qué es la paella valenciana y, sobre todo, cuáles son sus ingredientes canónicos? Los expertos se apresuran en asegurar que no hay una única receta auténtica e inmóvil que se pueda considerar como tal, fuera de los sacrilegios que pueden producirse, aunque son los menos, en la Comunitat, pero que brotan como setas tanto en otras comunidades autónomas españolas como en el extranjero.

Lo más complicado de todo es que el debate parte con unos condicionantes que poco ayudan. La paella no tiene año de nacimiento, ni autor reconocido, ni receta original… Nada se sabe de su origen. Muchas veces desconocemos a qué nos referimos cuando hablamos de paella. No resulta fácil de explicar porque ni siquiera entre los valencianos se alude al mismo plato, o tal vez porque la receta ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Quizás la paella es un «concepto» abierto a cada geografía de la Comunitat Valenciana, vinculado al uso de un utensilio de cocina y al arroz. Vicente Rioja, uno de los mayores expertos y que con más minuciosidad ha analizado este plato desde aspectos científicos y técnicos, define la paella como «algo más que un plato. Son nuestras raíces. Es amistad, es familia».

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14 Por Laura Garcés

El Corpus resiste desde la Edad Media

La Moma, la Degolla, el ball de la Magrana, la poalà, las Rocas y la procesión con la Custodia llenan de tradición la Festa Grossa de la ciudad.

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El Corpus de Valencia, la Festa Grossa, cumplirá 700 años en 2026. El Ayuntamiento ha iniciado los trámites para que se declare Fiesta de Interés Turístico Nacional. Es una de las celebraciones más antiguas de la ciudad. Se caracteriza ser una celebración repleta de peculiaridades. Entre sus elementos más representativos destacan las Rocas o carros triunfales, auténticas joyas del patrimonio festivo valenciano. El Corpus de Valencia se alimenta de tradiciones como la Cabalgata del Convite con la presencia de la Moma y los siete pecados capitales. También danzas como las de la Magrana y els Cavallets y la divertida poalà, lucha de agua que se libra en la calle Avellanas. Entre todas las tradiciones destaca la solemne Procesión que acompaña a la Custodia mas grande de España recorriendo las calles del centro histórico acompañada de los personajes bíblicos y los peculiares cirialots. Una joya del patrimonio cultural de la ciudad.

15 Por Juanjo Braulio

El relato de los Borgia y una falsa leyenda negra

'Borgia' y 'veneno' son dos palabras unidas para siempre. Pero cualquiera que se acerque a la saga con un mínimo de rigor histórico podrá rebatirlo. El Nou d'Octubre es día para la celebración, la conmemoración y la reivindicación. Tiempo para recordar los grandes nombres que -para bien o para mal -han forjado nuestra historia. Una lista en la que siempre están ausentes los mismos. Los Borja/Borgia.

Los escritores, en nuestras novelas, contamos mentiras para decir verdades. No obstante, algunos embustes literarios terminan por convertirse en monolíticos dogmas capaces de resistir los embates del tiempo y la ciencia. Hay docenas de ejemplos de este fenómeno, pero quizá muy pocos con la intensidad y virulencia con la que se ha tratado a Rodrigo de Borja, papa Alejandro VI (1492-1503). Junto a su tío Alfonso de Borja -papa Calixto III treinta años antes- los Borja son los valencianos que más alto han llegado. Sin embargo, están enterrados, en el mejor de los casos, en el olvido y, más habitualmente, en el oprobio.

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16 Por Jorge Alacid

Modernismo, la joya que aún pudo brillar más

Un estilo que dejó muestras espléndidas por toda la Comunitat, de Valencia a Alcoy pasando por Novelda, Castellón y otros rincones, pero sufrió la amputación de valiosos tesoros a manos de la piqueta.

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Dice el erudito Daniel Benito Goerlich que el modernismo en la Comunitat dispone de una muy acusada identidad, reflejada en las valiosas muestras que atesora de Valencia a Alcoy, pasando por numerosas localidades: las otras dos capitales de provincia, por ejemplo. A los casos de Alicante y Castellón se pueden sumar los ejemplos de espléndida arquitectura que custodian Nules, Novelda, Paterna... Aunque también añade el prestigioso experto en Historia del Arte una pertinente precisión: esa identidad propia del modernismo valenciano nace no sólo de la influencia cercana en lo geográfico y lo histórico de la vecina tierra catalana, por donde el modernismo entró en España. También obedece a lo que llama «interacciones» con otros territorios, un curioso fenómeno que activa sugerentes relecturas sobre cómo se implantó ese lenguaje artístico entre nosotros, aunque sin ensombrecer la certeza principal que esgrime Goerlich: esa personalidad propia que cada municipio de la Comunitat digiere según su particular ADN.

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Mercado de Colón, la espléndida obra de Francisco Mora que estuvo a punto de ser demolida. J. L. Bort

17 Por Pablo ALcaraz

El canto angelical que enamora a Elche

El Misteri d'Elx y la bajada de la 'magrana' del cielo ponen el corazón de los ilicitanos en un puño para adorar a la Virgen María.

'La Vespra', primero,, y 'La Festa', después, ponen a Elche con el corazón en un puño. El ambiente que envuelve el Misteri encandila a propios y extraños cada mes de agosto en la representación de los ritos de la Virgen. El canto angelical, encarnado en la figura de un niño, mientras la famosa 'magrana' desciende del cielo es, sin duda, uno de los momentos de catarsis colectiva más emocionantes de todas las festividades valencianas.

18 Por Laura Garcés

Juan Ripollés, mágico artista del color y de la Vida

El peculiar y polifacético creador ha mostrado su obra en todo el mundo y muchas calles lucen sus esculturas de gran formato.

Juan Ripollés, artista ligado al color y la vitalidad, representa los valores valencianos. Personaje nada convencional y polifacético, durante los últimos 50 años ha mostrado su colorista obra en Ámsterdam, Nueva York, Tokio o Beijing. Sus esculturas acompañan calles de Madrid, Sevilla, Valencia, Lisboa, Venecia, Verona...

19 Por Jorge Alacid

Albaes, la magia que se canta y se siente

Un himno a la identidad de la Comunitat que hunde sus raíces en la tradición rural, donde el fervor religioso convive con la emoción que se expresa a través de la música

Es un sonido medio atonal, casi telúrico, que opera en el alma valenciana como el detonador de emociones muy viscerales, tan enraizadas en nuestra identidad como otros símbolos de esta tierra. Los sentimientos que activan las voces de quienes rompen el silencio mientras van atacando estrofa por estrofa cada canto, según ese ritual mágico mil veces ejecutado, siempre conmovedor. Luego de atender las palabras susurradas a su oído por su compañero, Boro de Paterna, discreto y ocurrente versador, irrumpe la magia convocadas por los cantantes. Suenan la dolçaina que esgrime Paco y el tabal que enarbola el joven Lluís. La multitud enmudece y el tiempo se congela.

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20 Por Pablo Alcaraz

La huella colosal de Calatrava

La Ciudad de las Artes y las Ciencias, un complejo avanzado a su tiempo, representa el zénit del arquitecto valenciano más internacional.

Siete auténticas maravillas arquitectónicas componen la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Este complejo monumental de carácter vanguardista, cuyo carácter innovador seguirá siendo rompedor y vanguardista por mucho que pasen los años, sólo podía ser la obra culmen del arquitecto valenciano más conocido de todos los tiempos. A través de su firma colosal, Santiago Calatrava puso el broche de oro al tramo sur del Jardín del Turia convirtiéndolo en uno de los rincones más bellos de toda la ciudad.

Qué duda cabe que los siete edificios que se fueron levantando ladrillo a ladrillo, año a año, con sus luces y sus sombras, es cierto, se han convertido en emblemas del conjunto de la ciudad. Las construcciones de Calatrava han traspasado fronteras convirtiéndose en los mejores exponentes y embajadores de Valencia ante el mundo. ¡Larga vida Hemisfèric, Umbracle, Museo de las Ciencias, Oceanogràfic, Palau de les Arts y Àgora!

21 Por Gonzalo Bosch

El jardín del Turia, punto de encuentro

La conversión del viejo cauce en zonas verdes hace disfrutar a los valencianos de un lugar ideal para el deporte o pasar tiempo en familia.

'El llit del Túria és nostre i el volem verd'. Ese fue el lema que inspiró a los vecinos de Valencia hace décadas para reivindicar que no querían que el viejo cauce se convirtiera en una 'autopista', como se llegó a planear. En la década los 80 el sueño de un pulmón verde que diera oxígeno a la ciudad comenzó a hacerse realidad y casi cuarenta años después el Ayuntamiento ya trabaja en coronar el proyecto con el tramo del Parque de Desembocadura, para llevar esta joya verde hacia el mar.

Hoy, el viejo cauce se ha convertido en un lugar de encuentro para todos los valencianos. Allí, la gente aprovecha el espacio para hacer deporte, disfrutar en familia e incluso pasear a las mascotas. También este jardín se convirtió en sede de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y se ha convertido en el ejemplo de corredores verdes que busca la Generalitat para frenar en el área metropolitana la virulencia de nuevas riadas que pudiera sufrir la región.

22 Por Laura Garcés

La Muixeranga, torres humanas como emblema cultural

La danza de la Muixeranga de Algemesí, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, aporta valor cultural desde el siglo XVIII.

Entre los símbolos más representativos de los valencianos se alza la Muixeranga de Algemesí, hecho cultural que cuenta con la consideración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La acompañan cerca de tres siglos de historia ligada a las celebraciones de la Mare de Déu de la Salut, patrona de la localidad. Es la que abre paso, como explica el Ayuntamiento de la localidad, a la parte profana de la procesión. Es una danza ceremonial estructurada en dos grupos: la Muixeranga y la Nova Muixeranga. Ambas evolucionan «siguiendo el sonido de la dolçaina y el tabalet, construyendo cuadros plásticos que culminan con el levantamiento de las conocidas torres» humanas. La primera noticia documentada de la Muixeranga data del año 1733. La música de la Muixeranga presenta dos partituras básicas: Muixeranga y Florete. La primera acompaña el levantamiento de las torres, la segunda, la danza. El Dies Irae, suena en la figura de L'Enterro.

23 Por Moisés Rodríguez

Del agua a la lonja: la pesca artesanal pide relevos

La Cofradía de El Palmar celebra el 775 aniversario del permiso para realizar capturas otorgado por Jaume I: «Para mí es un regalo de la vida poder compartir experiencias con mis antepasados».

Lluís Marco ha madrugado, nada nuevo para un pescador. La rutina desde hace camino de ocho siglos es ganarle a diario la carrera al sol. Cuando despunta el alba, ya hay barcas buscando plata en las aguas de la Albufera. Es la tonalidad de la llisa, la especie comestible que más abunda en el lago salado. Pero Lluís, que dice que es pescador aunque su principal actividad profesional ha sido la de profesor de matemáticas en la Universitat de València, prepara unas redes azules más robustas que las usadas para capturar peces.

Son parte del entramado que prepara junto a la Gola del Pujol para atrapar, principalmente, cangrejo azul, una especie invasora que se ha convertido en otra de las joyas vivas que se pueden capturar en la Albufera. Lluís ha madrugado y ha acudido a la barraca y al pequeño embarcadero que hay junto a su pareja, Carmen Serrano. Ella es una de las primeras mujeres que consiguieron permiso para pescar con pleno derecho en la Cofradía de El Palmar.

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24 Por Gonzalo Bosch

La fiesta de los pueblos, els bous al carrer

Estos festejos en algunos casos tienen casi 400 años de historia, como el Torico de la Cuerda de Chiva.

Que los festejos de bous al carrer son una tradición más que centenaria y de gran arraigo en los pueblos de la Comunitat es de sobra conocido. De los documentos que lo atestiguan, uno hace referencia a las fiestas del Torico de la Cuerda en Chiva. Fechado en 1648, supone todo un descubrimiento al ser el documento más antiguo encontrado hasta el momento en el que se habla de los festejos populares taurinos. Más remoto incluso que los referentes al Bou en Corda de Ontinyent, que tiene fechado su origen en 1662 y que hasta el momento presumía de ser la fiesta más longeva.

Así, las fiestas taurinas por las calles de municipios valencianos se celebran en innumerables localidades y de manera diversa. En la Comunitat, es posible ver festejos como el Toro de la Cuerda, pero también el 'Bou embolat', encierros o la Entrada de Toros y Caballos de Segorbe, fiesta declarada Interés Turístico, Fiesta de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural.

25 Por Laura Garcés

El gran valor estético de la cerámica

L'Alcora atesora y luce la tradición de una de las creaciones señeras de la artesanía de la Comunitat.

Entre los muchos valores artísticos que ofrece la Comunitat Valenciana para deleite de los amantes de la artesanía y de la estética refinada se encuentra la cerámica de la localidad castellonense de l'Alcora. Pronunciar el nombre de este pueblo es casi como decir cerámica. La labor de los cerámicas de esta localidad alcanzó su máximo nivel con la Real Fábrica del Conde de Aranda, considerada como la mejor cerámica europea del siglo XVIII. El legado de l tradición cerámica constituye sin duda una gran aportación a la cultura valenciana, una huella de buen hacer cuyo explendor puede comprobarse en el museo de esta localidad, Sobre 800 metros cuadrados de exposición es posible descubrir la gran aportación al patrimonio valenciano. No se puede olvidar que bajo su influencia, durante los siglos XIX y XX se desarrollará un sector industrial dedicado a la producción de azulejos, motor económico de la provincia de Castellón, con el 90% de la producción nacional.

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