Borrar
La desescalada de Sánchez provoca confusión y recelo en la Comunitat Valenciana

La desescalada de Sánchez provoca confusión y recelo en la Comunitat Valenciana

Negocios y familias acogen con escepticismo la hoja de ruta hacia la «nueva normalidad»

A. Checa / I. Domingo / I. Herrero / V. LLadró

Jueves, 30 de abril 2020, 00:15

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La «nueva normalidad» anunciada por Pedro Sánchez para la desescalada es por ahora de todo menos 'normal'. Confusión y recelos son las sensaciones que más desencadena el plan en todos los sectores. Desde comercios que dudan si abrir ante la ausencia de ayudas y clientes a bares y hoteles que temen pérdidas y cierres. Familias que no saben qué hacer con los niños mayores de seis años al volver a trabajar o cómo dar los ancianos sus paseos sin protección. Guarderías que ya hablan de no abrir para cuidar a los pequeños sin test masivos al personal. Teatros y salas de cine a los que la reducción del aforo aboca a no poder pagar el caché de artistas y a sufrir una sangría en la caja. Deportistas profesionales que oyen hablar de entrenamientos sin saber nada de pruebas ni el club cómo adaptar las instalaciones. El mundo de las Fallas que ve ya el panorama de unas ¿fiestas? sin ofrenda, verbenas ni mascletaes y una dura losa económica para el sector.

Todos se encomiendan al BOE y a órdenes del Gobierno por llegar para clarificar un horizonte todavía muy espeso.

Sector Industrial

La industria topa con la falta de flexibilidad de los ERTE y de protocolos claros de seguridad

Fue uno de los sectores (junto a la construcción) que reanudó la actividad de forma gradual tras la hibernación económica decretada por el Gobierno. Ahora la industria se prepara también para iniciar la desescalada por fases con la vista puesta en los protocolos de seguridad, la flexibilidad en los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor –van vinculados a la vigencia del estado de alarma– o la financiación para las empresas.

Precisamente la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) hacía hincapié este miércoles en la protección del tejido empresarial mediante una adecuación de la tributación a «la realidad de la capacidad económica de las empresas» y la dotación de liquidez «con trámites sencillos y directos».

No sin antes reclamar «flexibilidad» en las medidas aprobadas por el Ejecutivo para mantener el empleo, como la prórroga de los ERTE de fuerza mayor un mínimo de seis meses, debido a la «falta de concreción» del plan del Gobierno que, no obstante, califica de «buena noticia» al suponer el regreso de la actividad.

Para el presidente de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), Vicente Lafuente, uno de los aspectos «imprescindibles» para el sector (muy diverso, pues abarca industria, servicios y comercio« es aclarar los protocolos sectoriales de seguridad dadas las complicaciones para realizar los test. Sobre esto, desde Ascer, la patronal azulejera, reclamaba «autonomía» para que las empresas puedan realizar las pruebas diagnósticas al haber disponibilidad en el mercado y no contravenir ninguna medida de seguridad.

Mientras, la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA) destacaba la incorporación de medidas de seguridad por parte de las empresas según la evaluación de riesgos de cada puesto. Su presidenta, Mónica Alegre, señalaba la necesidad de que «los negocios empiecen a funcionar, recuperemos el empleo y la actividad. Pero siempre, atendiendo a las medidas de seguridad para evitar una recaída que vuelva a retenernos».

Flexibilidad, financiación («que no está llegando») y «una apuesta por la internacionalizacón para que sea la salida durante la reactivación» son las claves para la directora gerente de la patronal del mueble (Anieme), Amparo Bertomeu, que también reclama mayor claridad en los planes.

Por su parte, la Federación Valenciana de Empresas del Transporte y la Logística (FVET) mostró su preocupación por la «posible proliferación de los impagos y los alargamientos de los plazos de pago» y también se sumó a las peticiones de liquidez. En este caso, «para evitar el cierre de empresas de transporte, aunque serán inevitables los ajustes y decisiones de reestructuración que permitan adaptar la oferta de transporte a la demanda real de servicios».

Comercio

Los comercios dudan si les conviene reabrir sin clientes ni instrucciones específicas

Los comercios se debaten entre la ilusión del que empieza a «ver luz al final del túnel», tras el cierre de la mayoría de establecimientos para frenar la expansión del coronavirus, y las dudas que suscita la posibilidad de reabrir «sin un protocolo claro sobre cómo actuar» e «incertidumbre total sobre la demanda» y el futuro de los trabajadores, con las prometidas ayudas públicas todavía pendientes de cobro.

«No sabemos si se ampliarán los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor o si el 11 de mayo habrá obligación de recuperar a todo el personal», explica el presidente de Confecomerç, Rafael Torres, quien advierte de que «si no prorrogan los ERTE va a ser un solar porque se va a tardar muchos meses en recuperar la demanda, muy ligada al turismo, y la inmensa mayoría de comercios no va a poder aguantar«.

Sin tener claro qué medidas de seguridad debe adoptar cada tienda y, sobre todo, cómo costearlas y pagar todos los gastos de estructura mientras esperan a los clientes, según Torres, «muchos piensan que a lo mejor son más rentables cerrados que abiertos».

Y así lo constatan también desde las gestorías y despachos profesionales, que reciben un aluvión de consultas y quejas sobre el plan de desescalada que anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Incógnitas

  • Seguridad Incertidumbre sobre las distancias mínimas, la necesidad de equipos de protección individual o, por ejemplo, si la ropa probada debe ser desinfectada

  • Trabajadores Alargar ERTE por fuerza mayor u obligación de que vuelvan todos ya

  • Rentabilidad ¿Los ingresos permitirán cubrir los gastos?

Reivindicaciones

  • Diálogo Para resolver dudas y analizar las singularidades

  • Concreción Indicaciones específicas por sectores, no un plan genérico

  • Ayudas Para aguantar el tirón y poder asumir los gastos adicionales

Según el presidente del Colegio de Gestores Administrativos, Joaquín Giner, «el problema es la falta de concreción y regularización de lo que se dice», sin concretar cómo actuar en cada sector. Y alerta de que «muchos comercios no abrirán porque no les es rentable, puede suponer una ruina absoluta«, mientras continúa el »colapso absoluto« de los ERTE y »la Administración, confinada, con servicios mínimos y el aparato funcionarial parado«.

Para el decano de los titulares mercantiles, Juan José Estruch, «lo razonable es que la extinción de ERTE por fuerza mayor también se escalone« porque »con las restricciones propuestas por el Gobierno, las empresas difícilmente van a poder abrir y ser rentables« y, en esa situación, »será diligente quien decida no abrir, sin poder asumir ni los salarios«.

A la incertidumbre se suma la responsabilidad que recae sobre estos profesionales, «obligados a dar soluciones interpretativas a primera lectura de real decreto y no morir en el intento» si su criterio pasa factura al cliente, asegura Iván Mañas, presidente de la Asociación de Oficinas y Despachos (Ofydes) en la Comunitat, quien augura que la «avalancha normativa» derivará en una «saturación en los juzgados».

Agricultura

Los agricultores a tiempo parcial siguen olvidados

La agricultura fue declarada actividad esencial en el decreto que estableció el estado de alarma, al igual que la ganadería y todo lo relacionado con la alimentación, así como los servicios necesarios para el funcionamiento de toda la cadena de producción, transportes y abastecimiento de comida a la población.

Sin embargo, la normativa dejó en el terreno de la ambigüedad algunas cuestiones relacionadas con el campo y las necesidades reales de elevados porcentajes de agricultores para poder desplegar sus tareas con toda normalidad.

Las medidas anunciadas para la 'desescalada' del confinamiento no parecen añadir por el momento nada al respecto. Por tanto cabría decir que no hay problema, porque no hay cambios: las actividades de la agroalimentación son esenciales. No obstante sigue habiendo un notorio olvido: no se tiene en cuenta a los agricultores a tiempo parcial, que en ocasiones se encuentran con dificultades para poder acreditar su condición agraria ante agentes de la autoridad, muchos no consiguen que se les reconozca tal condición y en gran número desisten de acudir a sus campos para poder realizar a tiempo los trabajos necesarios.

Un alto porcentaje de la producción agraria de la Comunitat Valenciana depende de agricultores a tiempo parcial. Son personas jubiladas que siguen cultivando sus campos, con los que obtienen rentas complementarias, normalmente sin llegar al salario mínimo interprofesional, que es el límite para no sufrir alguna reducción en las pensiones. Así mismo hay innumerables personas que tienen otras profesiones principales y a ratos y en fines de semana también ejercen la agricultura en explotaciones que heredaron o adquirieron.

Toda la producción de agricultores a tiempo parcial va al mercado y forma parte del conjunto agroalimentario que asegura el abastecimiento. Sin embargo no pueden acreditar con facilidad su condición para llegar ahora a sus campos y chocan a menudo con falta de comprensión al explicar que a fin de cuentas son también agricultores, aunque no dispongan de un papel que lo diga, salvo una escritura de propiedad, que tampoco demuestra que se cultive.

Así como la agricultura de autoconsumo, en pequeños huertos domésticos, ha terminado por reconocerse en la mayoría de los municipios que han establecido reglas para facilitar que se trabajen y poder recolectar los frutos, sigue habiendo un olvido incomprensible con los agricultores a tiempo parcial.

Noticia Relacionada

Noticia Relacionada

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios