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Vista de la Albufera. José Luis Bort

Las bajas temperaturas y el riego de emergencia permiten diluir las aguas negras en la Albufera

Medio Ambiente da por cerrado el episodio de falta de oxígeno en el parque

Juan Sanchis

Valencia

Jueves, 27 de noviembre 2025, 10:26

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El riesgo de anoxia en el parque de la Albufera ha concluido. Así lo ha comunicado la Conselleria de Medio Ambiente que considera que la situación ha mejorado y ya no se produce una falta de oxígeno en las aguas y la coloración negra se ha ido diluyendo en la mayor parte de la laguna.

Hay varios factores que han contribuido en la mejora de la situación. Por un lado, el envío del riego de emergencia por la Acequia Real del Júcar, reclamado por la Conselleria de Medio Ambiente y pactado con el Ayuntamiento de Valencia y la Confederación Hidrográfica del Júcar. Esta remesa, que rondará los cuatro hectómetros cúbicos a final de este mes de noviembre, ha permitido diluir las aguas negras presentes en el lago gracias a la entrada de recursos de calidad.

La Acequia Real ha podido realizar este envío gracias al proceso de modernización de regadíos que una vez concluya permitirá que se remitan al parque unos 40 hectómetros cúbicos anuales de agua de calidad (ahora puede remitir 19 hectómetros).

Otro de los factores que ha influido en la mejora de la situación ha sido la falta de lluvias desde principios de octubre. De esta forma, se ha permitido que parte de la paja del arroz se seque y pueda ser quemada. También se ha facilitado la recogida de estos restos de la cosecha. Este hecho ha logrado que disminuya la cantidad de materia orgánica presente en el agua y se reduzca el riesgo de anoxia con la consiguiente mortandad de fauna acuática.

El tercer factor que ha permitido esta mejora de la situación ha sido la bajada de las temperaturas. En estos momentos el agua del parque se encuentra entorno a los once grados cuando en verano llegó a alcanzar los 31 y al principio del episodio de aguas negras superaba los veinte grados. La disminución de los termómetros favorece la oxigenación de las aguas.

Todos estos elementos han permitido a la Conselleria de Medio Ambiente dar por zanjado el episodio. Fuentes del departamento que dirige Martínez Mus han explicado que desde octubre se han realizado muestreos y diferentes análisis en 473 puntos distribuidos por todo el parque natural, especialmente en aquellas zonas más problemáticas (canales próximos a El Palmar, como la Carrera de la Reina o la Sequiota o la zona sur del parque que es donde más acumulaciones de lluvia se produjeron y complicó la quema y recogida de la paja del arroz que ha sido el origen de esta problemática). Los datos confirman que ya no se han detectado puntos de anoxia, lo que confirma el fin de la situación.

El origen de este episodio se remonta a fines de septiembre y principios de octubre. En esas semanas se registraron precipitaciones que en el parque alcanzaron cerca de los 200 litros por metro cuadrado. Esta lluvia mojó la paja del arroz y evitó que se pudiera quemar o recoger. Precisamente el periodo de quema marcado por la Conselleria de Medio Ambiente se fijó entre el 10 de octubre y el 31 de diciembre. Pero los restos mojados no se podían incinerar, salvo en las partes altas del parque.

Tampoco se podía recoger porque los campos estaban encharcados y la maquinaria no podía acceder a las explotaciones. El hecho de que hayan pasado varias semanas sin lluvias ha permitido secar parte de la paja y quemarla o recogerla.

Para esta campaña, la Conselleria de Medio Ambiente había orquestado un dispositivo dirigido por la empresa pública Vaersa para la recogida de la paja de arroz. Las lluvias lo han dificultado y el departamento que dirige Vicente Martínez Mus ha llegado a pedir a los agricultores que saquen las balas de estos rastrojos a zonas públicas para ser retiradas urgentemente.

A principios de octubre se produjo una mortandad de peces en las inmediaciones de El Perelló provocada por la anoxia que arrojó un gran número de ejemplares muertos.

Pero la mayor parte de estos restos de la cosecha se han quedado en los campos y la llegada de la perellonà ha sumergido la paja (que es materia orgánica) y ha provocado la aparición de las aguas negras que han amenazado a la Albufera durante cerca de un mes.

La presencia de aguas negras puede tener terribles consecuencias. Es el caso de la mortandad de llisas, anguilas y otras especies tradicionales de la Albufera. A este hecho hay que sumarle el hedor procedente de esas aguas negras.

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