La defensa de Corberán que genera dudas
El técnico del Valencia, necesitado de un resultado positivo, valora volver a jugar con tres centrales. Los ensayos acercan la vuelta a un dibujo que no se ha utilizado desde el 6-0 encajado contra el Barça pese a que el año pasado sí funcionó
En el fútbol se suele decir eso de que cuando estás acorralado, empiezas a probar algo diferente y distinto a ver si funciona y te ... saca del embrollo. Algo similar debe estar sucediendo en la cabeza de Carlos Corberán, que necesita sacar un resultado positivo este domingo en la visita del Real Betis a Mestalla (18:30 horas). El equipo blanquinegro se encuentra en puestos de descenso y este partido cobra vital importancia al ser el previo a un parón de selecciones, lo que en caso de no conseguir un resultado positivo que saque al Valencia del pozo, generaría una semana y media por delante de runrún sobre el futuro del técnico.
Es por ello que el preparador de Cheste ha estado ensayando esta semana en los entrenamientos de la Ciudad Deportiva de Paterna con un cambio de sistema, que como contó LAS PROVINCIAS, optaría por adoptar un dibujo diferente, el 5-3-2. Es decir, el Valencia se blindaría con tres centrales y dos carrileros para defenderse de las acometidas del Betis, en busca de la solidez defensiva que le permita mantenerse vivo en los partidos de cara a tener sus oportunidades para ganarlos. Suena sencillo sobre el papel, pero tiene su intríngulis.
En el Valencia, actualmente, sólo hay tres centrales disponibles en la plantilla, ya que Mouctar Diakhaby está lesionado. Es decir, César Tárrega, José Manuel Copete y Eray Cömert apuntan al once inicial por ese motivo, porque no hay más. El lateral izquierdo, pese a que su rendimiento es cuestionable, sería para José Luis Gayà, con Jesús Vázquez como alternativa en la recámara. En el carril diestro hay más drama, puesto que Dimitri Foulquier continúa recuperándose de su dolencia en la rodilla, y el nivel mostrado por Thierry Rendall no convence al cuerpo técnico. Por estos motivos, Luis Rioja apunta a ser el encargado de correr por la banda derecha arriba y abajo, en esa posición de carrilero que ya estuvo ocupando durante el tramo final de la pasada temporada. Pero es que es importante explicar que en ese arreón que tuvo el Valencia de Corberán en la 2024-25, la clave estaba en el sistema cambiante que se adaptaba dependiendo de la situación.
Noticia relacionada
Cömert y una oportunidad que lleva esperando dos años
El equipo formaba en fase defensiva en un 4-2-3-1, con el doble pivote de Enzo Barrenechea y Javi Guerra, con André Almeida por delante. La banda izquierda era para Diego López y la derecha para Rioja, con Umar Sadiq arriba. En ese esquema, Rioja cobraba vital importancia, puesto que en defensa era un extremo con más altura para morder en la primera línea de presión, pero en fase ofensiva retrasaba su posición y actuaba como carrilero, poniéndose a la misma altura que Gayà en el otro costado y los centrocampistas, dejando tres defensores por detrás, que normalmente eran Tárrega, Cristhian Mosquera y Foulquier o Diakhaby, dependiendo del día. Es decir, el equipo atacaba en 3-4-2-1, un dibujo que hizo que tuviera más flexibilidad, sorprendiendo a los equipos rivales y obteniendo buenos resultados, entre ellos diez jornadas consecutivas sin conocer la derrota y una salvación tan holgada como milagrosa. Todo ello, gracias a la mano táctica del entrenador.
Cuando Corberán ha utilizado tres centrales -o cinco defensas, como se quiera llamar- ha obtenido resultados dispares, con victorias de mérito como el 1-2 ante el Real Madrid en el Bernabéu donde usó un 5-4-1, pero también derrotas abultadas, como el 0-5 ante el Barça en Copa del año pasado o el doloroso 6-0 del Johan Cruyff de este presente curso, ambos con el 5-4-1. De hecho, desde entonces no ha regresado a esa formación. Y es que este curso 2025-26 no ha empezado con buen pie para Corberán, que debido a las bajas tanto por lesión como por los que han dejado el equipo, no ha podido emular ese sistema que tan bien le funcionó.
Ya no tiene la polivalencia de defensores como Mosquera que pueden actuar tanto de central como lateral derecho, o pivotes como Barrenechea que abarcaban tanto terreno de juego. Sus sustitutos -Copete y Baptiste Santamaría- no han convencido ni a la parroquia de Mestalla, ni al cuerpo técnico, o eso parece. El Valencia ha estado actuando en 4-4-2 en la mayoría de los partidos de este curso, un dibujo que no ha aportado ni movilidad ofensiva al equipo ni la solidez necesaria para mantener la portería a cero. Un sistema que ya se ha demostrado que no funciona, por lo que el técnico plantea virar a un dibujo diferente. El 5-3-2 que ha estado ensayando para el Betis permitiría juntar a Pepelu, Guerra y Almeida en la medular, lo que dotaría de más posesión y trato de balón al equipo, algo que le ha estado faltando notablemente en este funesto inicio liguero.
A pesar de que la plantilla del Valencia contaba con el día libre este jueves, varios futbolistas acudieron a Paterna para realizar trabajo individual y recibir tratamiento de los fisioterapeutas: Agirrezabala, Guerra, Thierry, Diego López, Rioja, Foulquier, Ugrinić, Diakhaby, Hugo Duro y Ramazani fueron vistos en la Ciudad Deportiva por la mañana, con el objetivo de llegar en las mejores condiciones al partido contra el Betis.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión