La CHJ teme que la dana haya dejado la Albufera «próxima al aterramiento»
El organismo de cuenca teme que la barrancada, con un 30% de sedimentos, haya aumentado la altura del fondo
as imágenes satelitales de los días posteriores a la dana dieron una idea de la tragedia medioambiental que supuso la barrancada que llegó a la Albufera ... el 29 de octubre. El verde de la laguna fue sustituido por el marrón de los sedimentos. Ahora, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) pone en negro sobre blanco el efecto que esta llegada masiva de sedimentos puede haber tenido en la Albufera. Según el organismo de cuenca, el lago puede estar «próximo al aterramiento», con zonas del mismo donde la profundidad media, de un metro, se haya visto reducida drásticamente. Esto supone un grave problema para un lago sobre el que siempre se cierne la amenaza de la falta de agua.
Según explica la CHJ en el plan de resiliencia presentado el pasado mes, los caudales de la rambla del Poyo, del barranco de Picassent y otros flujos desbordados durante la crecida desembocaron en la Albufera de Valencia y afectaron al conjunto del ecosistema del parque natural. «Estas afecciones se refieren, principalmente, al aterramiento potencial de la laguna debido al aporte de sedimentos, como consecuencia de los mayores caudales sólidos en situaciones de avenida y también a los impactos en la calidad de las aguas del lago, debido fundamentalmente a la contaminación por vertidos de aguas residuales con tratamiento no adecuado producto de los daños causados por la crecida a las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de la cuenca», insiste el organismo.
El Cecopi sabe desde enero que al lago llegaron limos contaminados
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se puso tras la dana al servicio de la explicación del episodio, para conocer cómo se desarrolló la barrancada y qué pasó aquella tarde. Los estudios e informes de distintos institutos y organismos dependientes del CSIC permiten conocer la magnitud de la tragedia, también de la medioambiental. «En la segunda quincena del mes de enero de 2025, se presentaron en el Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi) los informes realizados por el CSIC en relación con la contaminación de los sedimentos depositados en el barranco del Poyo y otros barrancos que vierten en el Parque Natural de la Albufera de Valencia. Esos informes, según indica la CHJ en su plan de resiliencia, desvelan que dichos sedimentos «presentaban contaminación microbiológica».
De hecho, en los días posteriores a la dana algunas depuradoras quedaron tan dañadas que empezaron a verter sin control hacia la Albufera. Es el caso de la de Torrent, que quedó destruida tras el paso de la dana y que la Generalitat tuvo que reconstruir. Aunque de primeras la dana tuvo un efecto positivo en el lago (el profesor de Ecología de la Universitat de València Juan Soria lo describe gráficamentre: «Fue como tirar de la cadena»), a la larga los valores del lago han empeorado. En el último Simposio XL'Albufera organizado por este diario, varios científicos alertaron de que en un año no ha habido importantes avances respecto a la salud del lago y exigieron a las administraciones más atención al parque natural.
La CHJ describe el lago como «una laguna somera de una extensión de unos 25 kilómetros cuadrados que tiene una profundidad media inferior a 1 metro», por lo que la «enorme» entrada de sedimentos que se ha producido como consecuencia de la dana «puede tener un impacto importante en el vaso, pudiendo estar algunas zonas del lago próximas al aterramiento».
Un primer estudio llevado a cabo por el Grupo de Modelación Hidrológica y Ambiental (GIMHA), perteneciente al Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València (UPV), estimó que la rambla del Poyo llevaba un 30 por ciento de sedimentos sobre el volumen total de la crecida de agua, «lo que obviamente influyó en el nivel y en la energía que alcanzaron las aguas en los cauces durante la crecida», indica la CHJ en el plan de resiliencia. Esta información coincide con los estudios realizados por el CEDEX, que tras realizar campañas de muestreos de sedimentos en distintos puntos de la cuenca de la rambla del Poyo y proceder a la simulación hidráulica del transporte de sedimentos «han estimado un volumen total de sedimentos comprendido entre 20 y 25 hectómetros cúbicos». Para que se hagan una idea, 20 hectómetros cúbicos es la capacidad del embalse de la Muela de Cortes, donde está la central hidroeléctrica. Muchas de esas toneladas de sedimentos fueron depositadas en la Albufera.
Es por eso que el Ayuntamiento de Valencia, a través de la concejalía de Devesa-Albufera, ha autorizado la realización de un estudio batimétrico integral del lago de la Albufera con fines científicos. El objetivo de esta iniciativa, anunciada por el president de la Generalitat en el IV Simposio XL' Albufera organizado por LAS PROVINCIAS, es conocer el nuevo aspecto de las profundidades de la laguna tras el paso de la riada. La autorización permite el uso de una embarcación no tradicional equipada con un dispositivo denominado ecosonda monohaz que permite medir la profundidad y el relieve del fondo del lago, siguiendo perfiles paralelos cada 20 metros.
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