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La N-232 a la altura de Catí

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La N-232 a la altura de Catí GVA
Temporal

Retenciones de 20 kilómetros en carretera por las imprudencias para ir a ver la nieve

El bloqueo de turistas en Barracas obliga a los vehículos a saltar el cierre perimetralpor Teruel para hacer cambios de sentido

Domingo, 10 de enero 2021

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De las nevadas de Filomena al frío gélido de los próximos días. La ola invernal no da tregua tras una jornada, la de este domingo, marcada por más nieve en el interior de Castellón, el rescate de personas en apuros o aisladas y, especialmente, los colapsos de vehículos durante la mañana por el aluvión de familias en busca de nieve. A pesar de las advertencias de que eso era un riesgo y complicaba el trabajo a los equipos de emergencias.

La Guardia Civil activó un dispositivo especial y puso todo su empeño para evitar que se repitieran los atascos de turistas de nieve como los registrados el sábado en la Carrasqueta o la Sierra de Aitana, en las montañas alicantinas. Pero la existencia de esas barreras y su difusión no frenaron las intenciones. Cientos de personas hicieron caso omiso a las reiteradas recomendaciones y se lanzaron a la carretera con rumbo fijo al manto blanco.

Uno de los puntos críticos fue la A-3, que desde el mediodía registró importantes colas de visitantes procedentes de Valencia y su área metropolitana. Según Tráfico, en el momento crítico la hilera de vehículos se extendía a lo largo de 20 kilómetros, desde Buñol a Requena. La Guardia Civil frenó el paso de estos vehículos en los accesos, de modo que, paulatinamente, los visitantes fueron desistiendo con cambios de sentido y sin alcanzar, en la mayoría de casos, las zonas nevadas de las montañas.

Mucho antes Delegación del Gobierno y Guardia Civil habían acordado cerrar «todas las vías que se estimen para que no acudan visitantes». Toda la artillería contra «los desplazamientos imprudentes» como los que llenaron también la N-232 a su paso por Cati, con hileras de coches en ambos márgenes de la carretera entre críticas de la Generalitat en sus redes sociales señalando estas conductas de riesgo.

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tra potente intentona de tomar el paisaje nevado fue la que protagonizaron cientos de familias que optaron por la A-23, la autovía Mudéjar, en busca de Viver, Segorbe, Altura o Barracas. El problema es que este último pueblo limítrofe estaba bloqueado por la Guardia Civil y un buen número de vehículos se saltaron el cierre perimetral por Teruel por la pandemia en el primer pueblo de esta provincia, San Agustín, para hacer el obligado cambio de sentido. Pilar Martín, conductora de Sagunto, temió ser multada en esta maniobra de regreso junto a su familia por saltarse el cierre aunque fuera por unos minutos. «Pero no. Nos adentramos unos metros y luego de vuelta, sin sanción».

Quejas desde Teruel

Según describe, «hubo quien tiró de picaresca y siguió hasta el pueblo de San Agustín». Su alcalde, Dani Riera, estalló con quejas en redes sociales: «Valencianos invadiendo el primer pueblo de Teruel para ver la nieve. Puede hacer ilusión, pero estamos en un momento grave de la pandemia y no está permitido salir de la Comunitat».

Otro punto con procesión de coches fue la Sierra Calderona, en Serra, entre el puerto de L'Oronet y el Garbí. A pesar de las advertencias de que los vehículos se alejaran de las alturas blancas, se repitió la imagen de conductores ascendiendo hasta la misma cumbre del Garbí. Este espacio era un ir y venir de coches desde las 10.30 horas y se generó algo de atasco. Antonio Estall, ciclista, se mostró perplejo. «Otros días vengo en bici y voy sólo, ahora hay más de cincuenta personas en las antenas del Garbí y los coches ya han empezado a quedarse atrapados porque no saben dónde aparcar y hay placas de hielo».

Uno de esos visitantes era Paco Alcañiz. «Venimos de Paterna. Queríamos ver la nieve, pero tampoco nos queríamos desplazar a un punto donde hubiera mucha para no tener problemas». Maite Gascón llegó desde Meliana. «Otras veces vamos hasta Teruel o Huesca para ver la nieve, pero ahora está cerca», expuso.

Arantxa Sánchez, Óscar Pau y María Jesús y Vicent Penya, se desplazaron desde Rafelbunyol y Alzira. «Nos hemos acercado para ver el paisaje, andar y tirarnos bolas». Marylin Massol, Noelia Yeste e Ismael Salvador son senderistas habituales, pero también se acercaron para jugar con la nieve a pesar de los avisos.

Algunos senderistas de esta zona se mostraron enfadados por el hecho de que los visitantes alcanzaran lo más alto del Garbí con sus coches. «Son sitios para ir paseando, haciendo ejercicio. No entiendo que quieran llegar de este modo a todos los sitios», se quejó Ana G.

En Buñol, la alcaldesa Juncal Carrascosa constató la desobediencia a los consejos. «Han venido muchos coches a zonas como el Portillo, la Cabrera, Collado Humán o Cañalarga». Y «habíamos advertido que no era necesario salir».

Una quitanieves accidentada

Patrullas de la Guardia Civil libraron en todo el territorio la dura batalla contra el desplazamiento desaconsejado. Varias máquinas quitanieves estuvieron sin servicio por los vehículos acumulados en la carretera de Sacañet y Teresa. La invasión de vehículos afectó también a Benassal o Ares del Maestrat. En Xixona se acumularon más de 30 vehículos en la CV-780 obligados a dar media vuelta.

Una de las máquinas quitanieves que trabajó ayer en Castellón sufrió un accidente en la carretera N-232 a su paso por Torremiró, cerca del límite con Teruel. Quedó atravesada en la calzada y un operario resultó herido, según informaron fuentes de Delegación del Gobierno.

Conforme cesaron las nevadas y se abrieron carreteras fue desapareciendo, paulatinamente, el embolsamiento de camiones en las áreas de servicio. Según el organismo, a última hora de ayer ya no había transportes retenidos en ninguna de las tres provincias.

Más allá de impedir el paso a los hambrientos de nieve, la Guardia Civil realizó multitud de auxilios a conductores en apuros por el temporal en Castellón. Mucho antes, durante la madrugada, los bomberos auxiliaron a vecinos en apuros en masías o puntos aislados: cinco personas con necesidades por enfermedad, otra urgencia en Vistabella y el auxilio a una pareja incomunicada en Altura son sólo algunos ejemplos del esfuerzo de los equipos de emergencia.

También continuaron las tareas para evitar que los pueblos quedaran incomunicados. Las quitanieves abrieron vías sepultadas en la provincia de Castellón y se intensificó la limpieza con sal para evitar las peligrosas placas de hielo. En pueblos como Fredes y Castellfort el termómetro se desplomó hasta cuatro grados bajo cero.

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