«Me embistió, dijo que iba a aparcar y se largó sin más»

Valencia y otras grandes ciudades de España celebran hoy el día en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico. Paula Andrea Quintero es una de ellas. La joven ciclista de 20 años sufrió el pasado 16 de octubre un atropello por parte de un conductor que se marchó del lugar antes de la llegada de la policía. Ella sufrió traumatismos, una contractura cervical y una dilatación en el estómago. Lleva un mes de baja y apela a la colaboración ciudadana para localizar al responsable. Ha pasado un mes y la policía todavía no lo ha encontrado.

«Fue sobre las ocho de la tarde, en la avenida Alfahuir», recuerda Paula. «Se saltó un semáforo en un giro y me atropelló cuando yo circulaba correctamente por el carril bici. El hombre me embistió, se bajó del coche un momento y me apartó la bicicleta. Dijo 'voy a aparcar', pero no lo hizo. Volvió al coche, arrancó y se largó sin más», recuerda la víctima del accidente.

Si bien en ese momento estaba más pendiente del dolor de sus lesiones, Paula confiesa que dicha conducta por parte del conductor anónimo le dejó una amarga sensación de rabia e indignación. «Es absolutamente inhumano que alguien haga algo así. Se fue y me dejó herida. Me sentí descolocada. Por las mismas podría haber muerto y me hubiera dejado igual. No se esperó a asumir su responsabilidad, cuando llegó la policía ya no estaba en el lugar», añade la víctima.

Según asegura la víctima, «mi caso está ya en manos del equipo de atestados de la Policía Local». Además de investigar las causas de los accidentes graves, esta unidad también dedica muchas horas de trabajo a intentar localizar a aquellos que, como en este accidente, ponen tierra de por medio para eludir su responsabilidad en un siniestro. El principal problema es, como en el caso de Paula, cuando la víctima no retiene la matrícula, algo habitual en una situación de tensión como es la de un roce, choque o atropello. «No recuerdo ni el modelo», lamenta la joven accidentada. «Estaba muy dolorida en el suelo y no me pude fijar. Sólo sé que era un coche negro conducido por un hombre moreno calvo de estatura media». Con tan pocos datos resulta complicado dar con el autor, pero Paula no pierde la esperanza de ponerlo ante la justicia.