Particulares venden pisos en Valencia por hasta 448.000 euros con el okupa dentro
Un tercio de las viviendas más baratas que ofrecen los portales inmobiliarios sufre ocupación ilegal
Kike Cervera
Valencia
Miércoles, 1 de octubre 2025, 00:33
Compre una vivienda con un okupa dentro. Da igual el precio. La inversión oscila entre los 30.000 euros de un piso ... en la calle de San Rafael en la Malvarrosa hasta los 448.000 por los que se ofrece otro en la calle Conde de Altea. Las calidades y los metros cuadrados no son los mismos, obviamente, pero hay un punto que une lo modesto y el lujo: un inquilino ilegal. Uno de los portales de referencia a la hora de encontrar un piso para comprar es Idealista, donde sin trampa ni cartón ofrecen sus viviendas e indican, si es así, que la inversión viene con un polizón dentro.
La escena se repite en distintos rincones de Valencia dentro del cupo de las presuntas gangas: fachadas desconchadas, portales tapiados y carteles de 'se vende' que apenas despiertan interés en el mercado convencional. Los edificios en ruinas y los pisos okupados son un inesperado laboratorio de oportunidades.
De las treinta viviendas a la venta más baratas de la ciudad publicadas en Idealista, la última radiografía del mercado revela que once de ellas —más de un tercio— tienen okupas en su interior. Para muestra un botón, el top-3 hace pleno. La vivienda más barata de toda la ciudad se encuentra en la calle San Rafael: un segundo piso de 81 metros cuadrados y tres dormitorios tasado en apenas 30.000 euros. Le sigue otra propiedad del Cabanyal, valorada en 40.000 euros, y una tercera en La Torre, que roza los 49.000. En los treinta pisos analizados, la superficie media ronda los 70 metros cuadrados, aunque hay casos que alcanzan los 96, y sólo siete disponen de ascensor o de una única habitación.
Los barrios más representados son Orriols, con seis viviendas; Malvarrosa, Tres Forques y Benicalap, con cuatro cada uno; seguidos por Torrefiel (3), El Cabanyal y La Torre (2) y, con una sola vivienda, El Grau, Castellar, Sant Llorenç y Nazaret. De las once okupadas, dos se encuentran en Orriols, dos en Tres Forques y otras dos en Benicalap —que, además, alberga la más cara de este grupo, a la venta por 83.500 euros—, mientras que el resto se reparten entre Torrefiel, El Grau, La Torre, El Cabanyal y la propia Malvarrosa.
Estos precios, fuera de toda lógica de mercado, se explican por el riesgo jurídico que asumen los compradores: «En ningún caso deberían ser un indicador de la evolución del mercado», advierte un joven promotor valenciano. La clave, explica, está en distinguir entre los okupas sin contrato previo, que pueden ser desalojados con mayor rapidez, y los llamados inquiokupas —inquilinos que dejaron de pagar el alquiler—, con procesos que pueden alargarse hasta cinco años, especialmente si hay menores a cargo. «Es un tipo de compra más enfocada a pequeños inversores con ahorros de en torno a 100.000 euros y sin prisa, dispuestos a cruzar líneas que los profesionales no podemos asumir porque no podemos quedarnos bloqueados tanto tiempo», sentencia.
Otro joven empresario del sector coincide en que el problema no es sólo legal, sino financiero: «Por muy barato que compres, no sabes cuándo vas a recuperar la inversión. Puedes resolverlo en un año o en diez, y eso destroza la tasa interna de retorno. Yo prefiero operaciones más caras pero seguras».
En este terreno, los protagonistas no son las grandes promotoras, sino pequeños inversores con visión a largo plazo o, en algunos casos, fondos especializados —poco presentes aún en Valencia— capaces de esperar años y negociar lotes completos para extraer una rentabilidad futura. «Estos fondos tienen más pulmón para aguantar y luego rentabilizar, pero no es un juego para cualquiera», añade.
Mientras, la escasez de suelo y la presión de los precios siguen empujando a explorar nuevas fórmulas. Cooperativas como la que acaba de adquirir un edificio abandonado en Patraix para levantar 17 viviendas demuestran que la rehabilitación de inmuebles en ruinas es otra vía para abaratar costes sin asumir los riesgos de la okupación. Sea como fuere, en una Valencia cada vez más tensionada, las gangas existen… aunque estén detrás de una puerta tapiada y con un futuro sin garantía.
La realidades que en los anuncios de las plataformas inmobiliarias no se engaña al inversor y se le advierte, en la mayoría de los casos, que la compra tiene que ser casi un acto de fe porque no puede visitar el inmueble. En el piso ubicado en la pedanía de La Torre la directriz es clara y figura en mayúsculas: «La vivienda se vende con ocupantes ilegales, no se puede visitar y sólo se aceptan contados».
La venta con okupas no es sólo una cuestión exclusiva de los pisos de bajo precio sino que afecta a todos los tramos, incluso a los que se pueden considerar de lujo. En el mismo portal, y bajo el epígrafe de advertencia de que el inmueble lleva como extra un inquilino ilegal, hay ofertas como un piso en la avenida de Les Corts Valencianes por 375.000 euros. El anuncio advierte de que no se puede realizar la visita de rigor al inmueble y a partir de ahí desarrolla todas las cualidades y su ubicación, un paquete que se puede considerar de nivel alto. En la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias hay una propiedad por 375.000 euros y en la calle del Conde de Altea la más cara, a un precio de 448.000 euros pero con una serie de problemas legales que hay que desenmarañar.
En la calle Luis Bolinches hay otra propiedad por 345.000 euros que está a la venta sin posibilidad de visitar ni de hipotecar y en Camins al Grau se ofrece un piso por 354.000 euros si se compra con el okupa, ya que en el caso de que este haya decidido irse de manera voluntaria, el precio será más alto. No se puede visitar y se advierte de que las imágenes pueden no corresponderse con el estado real del inmueble. Además, también existe una amplia oferta de propiedades entre los 100.000 y los 200.000 euros.
En la ciudad de Valencia hay en estos momentos 55 inmuebles con el cartel de «se vende con okupa». En la provincia, 455 pisos y casas, muchos de ellos chalés con piscina en distintas urbanizaciones.
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