Alquilar piso en el distrito relámpago de Valencia: «No encuentras nada por menos de 800 euros y más de 40 m2»
Una de cada cinco viviendas de Jesús no llega a estar ni 24 horas anunciada y las inmobiliarias señalan la facilidad con la que las arriendan
El valenciano de 37 años Pablo Álvaro y su pareja viven de alquiler en un piso de unos 100 metros cuadrados en la avenida Giorgeta ... de Valencia por el que pagan 975 euros. Es el precio que acordaron con el casero hace unos meses tras cinco año viviendo en el mismo sitio y, aunque no es la ganga que se encontraron en 2020 por 670 euros, lo califican de «aceptable y razonable». Están satisfechos no solo por el precio, más barato que la media del barrio, sino por no tener que salir en los próximos tres años a la jungla en la que se ha convertido el mercado del alquiler, donde los pisos vuelan. Más aún en un barrio como el suyo, dentro del distrito de Jesús, donde una de cada cinco viviendas dura menos de 24 horas anunciada, según un estudio de Idealista. Hay tantas aves al acecho que, en cuanto cae una miga de pan, se tiran todas a por ella.
Peor suerte han corrido Estela Manzanedo e Iñaki Moret, también pareja del barrio, que de momento no tienen otra opción más que quedarse en la casa de los padres de él. El bar ubicado en la calle Sant Vicent Màrtir que decidieron comprar y abrir en mayo les absorbe buena parte de los ingresos, ya que el dueño del local les pide 1.200 euros mensuales. Así que ni hablar de vivir de alquiler, al menos por ahora, esgrime ella. «No hay ningún piso que cueste menos de 800 euros al mes y tenga más de 40 metros cuadrados», añade él.
Ambos casos ejemplifican la odisea en la que se ha convertido encontrar un piso de alquiler en Valencia en general y en el distrito de Jesús en particular. Sus barrios —La Raïosa, L'Hort de Senabre, La Creu Coberta o Sant Marcel·lí— combinan unos precios relativamente asequibles con una ubicación cercana al centro y bien conectada, lo que los convierte en un suculento caramelo para hacer negocio con la vivienda.
Así lo ven también algunas inmobiliarias de la zona, que certifican el crecimiento del distrito y la facilidad con la que las ofertas de alquiler se evaporan. «Prácticamente no llegamos ni a anunciarlos; cuando [los propietarios] salen por la puerta, ya lo tienen alquilado», señala Luis Fresneda, trabajador en una de ellas. Además, en algunas ocasiones, no les hace falta ni enseñar el piso; si el precio es acorde, se cierra el trato, relata Fresneda. Las oportunidades en la jungla son escasas, así que no hay tiempo que perder.
Tampoco duran más de uno o dos días las viviendas que ofrece Isabel Roldán, de otra agencia inmobiliaria ubicada en el distrito. Ella, que lleva varios años trabajando en la zona, comenta que el auge ha sido «progresivo». «El barrio está muy bien comunicado; hay metro y bus y la estación de AVE está cerca. Y todo a menos de 20 minutos del centro», desgrana. Una opinión en la que coincide Sofía, otra agente, que agrega que encontrar un piso por menos de 1.000 euros «es muy complicado».
La suma de precios relativamente asequibles y la ubicación no muy lejana del centro han tenido como resultado que el 18% de los pisos de Jesús publicados en Idealista duren menos de 24 horas, siendo el distrito con un mayor porcentaje por delante de Rascanya, con un 10%, o La Saïdia, con un 9%. Esto no implica que sea el más barato, ya que Patraix, con 12,7 euros por metro cuadrado al mes, o Benimaclet, con 13,2, son inferiores al 13,6 de Jesús.
Así que, con este panorama, Manzanedo y Moret ven complicado independizarse a corto plazo. «Justo delante del bar están construyendo unos edificios en los que el bajo cuesta 300.000 euros y el resto de plantas rondan el medio millón. A los que vivimos aquí, el mercado nos está expulsando», lamentan.
Álvaro y su pareja, que de momento se han asegurado un contrato por menos de 1.000 euros al mes durante los próximos tres años, son conscientes de la suerte que han tenido con el alquiler, así que tienen claro que su próximo paso será ser propietarios. «Estamos buscando para comprar, pero vamos 'piano piano'», esgrime él. Todo con el objetivo de sobrevivir en la jungla.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión