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Messi, Vidal y Suárez se retiran exhaustos del terreno de juego. AFP
El desgaste preocupa más al Barça que el 1-1 del clásico
Semifinales I Ida

El desgaste preocupa más al Barça que el 1-1 del clásico

Hasta Piqué reconoce la factura física de pelear desde el primer día por todo, sin relevos en algunas posiciones, aunque el posible regreso de Dembélé sería aire fresco en Bilbao

p. ríos

Barcelona

Jueves, 7 de febrero 2019, 19:06

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¿Está lesionado Messi? Algo tendrá cuando sólo jugó media hora el miércoles en la ida de la semifinal de la Copa, un clásico que nunca quiere perderse, y además salió sin forzar y tocándose el muslo en ocasiones. ¿Puede jugar Luis Suárez cada tres días? El rendimiento del uruguayo es espectacular si tiene casi una semana de reposo entre partido y partido, pero desciende una barbaridad cuando apenas descansa, su rodilla necesita un plan específico de trabajo. ¿Se quemarán Piqué y Rakitic con tantos kilómetros? El central, que casi nunca entra en las rotaciones, aguanta, pero el centrocampista, el hombre más utilizado por Valverde porque o juega en su puesto o en el de Busquets, comienza a pedir aire. ¿Se le acabará la chispa a Alba? Siendo lateral, es el atacante fundamental del Barça, pero no tiene un sustituto natural en la plantilla una vez que el canterano Miranda confirmó que todavía está verde.

Desgaste. Es la palabra de moda en el Barça. El equipo sigue dando la cara. Líder con seis puntos de ventaja al Atlético en la Liga, a punto de visitar al Lyon en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones y manteniendo sus opciones de entrar en la final de Copa pese al 1-1 de la ida en el Camp Nou ante el Madrid. Pero ya se advierte que la frescura va desapareciendo. En cuatro días, dos empates en casa, aunque en ambos casos, como bien indica Valverde, el equipo reaccionó ante resultados adversos: del 0-2 al 2-2 en Liga ante el Valencia y del 0-1 al 1-1 en el clásico copero.

El propio Piqué puso voz a esa realidad. Preocupa más la factura física que el empate copero. «Pese al desgaste que llevamos, ya que hemos llegado hasta aquí habrá que intentar pasar a la final del Bernabéu», comentó el central. El Atlético, eliminado en la Copa antes de tiempo, tiene menos exigencias y el Madrid se tomó un largo relax en los primeros meses de competición. Jugadores como Modric o Kroos, que comenzaron la Liga andando, ahora ya corren, por ejemplo.

Valverde reforzó al Barça en enero con las cesiones de un central como Murillo pensando en dar relevos a Piqué y un delantero centro como Kevin-Prince Boateng para que Luis Suárez no lo jugara todo. Pero las circunstancias no han favorecido a las dos incorporaciones. Para remontar al Sevilla en la Copa el Barça recurrió al once de gala y el sorteo deparó un clásico en semifinales que no permitió experimentos. Así, el defensa colombiano sólo ha jugado dos partidos de Copa, los dos ante el Levante, y el delantero ghanés no ha vuelto a tener minutos desde su estreno en Sevilla en Copa sin deshacer la maleta. Y no parece que vayan a jugar en Bilbao porque luego sí hay una semana limpia que Valverde espera para recuperar las fuerzas de los más utilizados. Si el Barça hubiera liquidado por la vía rápida algún partido de Liga reciente, quizás Boateng habría entrado por Suárez a media hora del final, pero los resultados han sido ajustados.

No todas las situaciones son alarmantes. En Bilbao, el domingo ante el Athletic, sí se espera el regreso de Dembélé tras 20 días de baja por un esguince de tobillo que sufrió en su mejor momento. Si mantiene aquel nivel, será el mejor refuerzo. Aleñá también está fresco y va a más. La rotación entre Semedo y Sergi Roberto o entre Arthur y Arturo Vidal ha permitido tener a los cuatro en buenas condiciones. Vermaelen, a la espera del lesionado Umtiti, ya da descansos a Lenglet. Y ya hay quien pide que Malcom, crecido tras su buen clásico con gol, siente a Coutinho, en horas bajísimas. Y no por desgaste, más bien por falta de confianza y de ánimo. Recuperarle es el reto de Valverde.

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