El mes más triste para los animales

Son un regalo en Navidad y en verano se convierten en algo incómodo. Es una de las explicaciones que dan los expertos a que estas semanas se dispare el abandono de perros y gatos en las grandes ciudades y Valencia no es una excepción, indica la asociación Modepran, que gestiona el refugio municipal situado en Benimàmet.

Fuentes de la entidad señalan que uno de los motivos es el «fracaso» de la normativa de protección animal aprobada en 1994 y que obliga a la colocación de un microchip en los animales de compañía (no mascotas) que identifique a los propietarios.

«La mayoría de entradas que tenemos no cumplen esa circunstancia, es decir, que no podemos localizar a los dueños», aseguran. A día de ayer, entre Benimàmet, otro centro situado en Carlet donde derivan ejemplares y las familias de acogida, custodian 116 perros y 281 gatos.

El ritmo de adopciones es bueno durante todo el año, aunque no ocurre lo mismo en verano, donde lógicamente se acerca menos gente a las instalaciones al perder población Valencia por el éxodo estival. Las redes sociales suplen esa carencia y las aprovechan para difundir desde la llegada de camadas de cachorros hasta los llamados «abuelitos», los ejemplares de más edad donde la adopción es más complicada, lo mismo que sucede con las especies consideradas peligrosas. «Son muy buenos, pero es así», señalaron sobre esto último acerca de unas adopciones que necesitan más requisitos.

Como ocurre habitualmente, el refugio de Benimàmet apenas tiene «margen» para aceptar más ejemplares, lo que se debe en parte al hecho de que en Valencia no sean sacrificados animales. «Llegan de otros municipios donde si lo hacen y los dejan aquí porque les dan pena», apuntan, aunque al final los abandonan.

La asociación gestiona el recinto en precario al haber caducado hace tiempo el convenio firmado con el Ayuntamiento. El gobierno municipal tiene en proyecto otro refugio en la parte norte de la ciudad, junto a Tabernes Blanques, además de otro metropolitano en Torrent, este último en alianza con dicho consistorio. Pero la realidad es que se ha avanzado poco o nada en ambas iniciativas, con lo que la saturación en Benimàmet es algo que siempre es posible.

Las mismas fuentes recordaron que los particulares pueden ir a Benimàmet y salir de las instalaciones con «el animal y todos los papeles en regla, las vacunas y el microchip identificativo», sin más trámites.