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El VCF ha vuelto

Desde el mirador ·

KIKE MATEU

Miércoles, 30 de agosto 2017, 08:47

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Con el mercado abierto hasta el viernes poco se puede hablar de la plantilla final que tendrá el Valencia a 1 de septiembre. Pero de la que ya hay sí se pueden analizarlas las dos primeras jornadas. Sobre todo porque el tal Marcelino -fichaje estrella del club- ya está firmado. La llegada del técnico ilusionó a todo el mundo: aficionados, periodistas, jugadores... porque daba la sensación de que las cosas empezaban a hacerse bien. 'Por fin un entrenador de verdad' pensaba yo y supongo todos ustedes. Pero claro, luego es el fútbol el que transforma las ilusiones en realidades. Negredo ilusionó mucho y salió rana, por poner un ejemplo. Pero el asturiano en dos meses ha transformado una plantilla indolente en competitiva. Ha conseguido que donde todos querían marcharse, todos quieran estar con él. Que donde los jugadores buenos no venían, él coge un teléfono y les convence. Que donde al Valencia le zurraban cada domingo no le haya ganado nadie en dos partidos oficiales. Ni siquiera el campeón de liga en su estadio tras ganar Supercopa de España y de Europa. Mamma mia... Lo de este equipo tiene una pinta fabulosa. Defiende bien (por fin) ataca con velocidad y criterio, Kondogbia le da un empaque al centro del campo solo eclipsado por el mejor Parejo y el enorme Carlos Soler... y todos ellos en la misma causa. Vezo parece Maldini y de Murillo nada; muro de contención en toda regla. Por no hablar de la cantera; Marcelino cumple con su idea de justicia y de la pretemporada vuelo directo a jugar en liga. Y da igual si es Mestalla o el Bernabéu. Lato, Gayà, Soler, los Nachos... ¿es o no es para estar contento? Sólo me falta un poquito de gol arriba para la forma de entender el juego de Marcelino. Rodrigo es ideal pero no mete goles y Zaza trabaja como un loco pero aprovecha pocas de las ocasiones que tiene. Veremos si el mercado trae novedades. Marcelino es el capitán de un barco que no parece vaya a zozobrar por ausencia de tripulación como en temporadas anteriores en las que nadie llevaba el timón dentro ni fuera del vestuario. Me quiero acordar del que manda fuera del césped: Mateo Alemany (ya sé que no he nombrado a Alesanco, no insistan). El hombre que apostó por Marcelino. El que llegó primero para poner cordura en esta casa de locos. Cordura, orden y criterio. Lo nunca visto en la era Lim. Con él empezó todo. Un hombre de fútbol con el conocimiento necesario y una autonomía otorgada por Lim que todos dudábamos. Pero sí, ha ocurrido. Y junto a Mateo, Murthy. El hombre que une a dueño y director general; un atípico presidente que trabaja codo a codo con Alemany respetando a los profesionales e intermediando con Lim. Intermedia, no entorpece. Esto es otra cosa, señores. El Valencia está volviendo, amigos. Si no ha vuelto ya...

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