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Los mercados cargan contra la venta de fruta en la plaza de la Reina

Los mercados cargan contra la venta de fruta en la plaza de la Reina

«Es un sinsentido, nosotros ya ofrecemos producto de proximidad todos los días», aseguran desde Confemercat

Á. S.

Lunes, 17 de octubre 2022, 00:28

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valencia. Con eso de recuperar espacio ciudadano, el Ayuntamiento entra en un charco detrás de otro. Enfada a (casi) todo el mundo cuando ese mantra que guía los designios del Gobierno del Rialto plantea ideas como vender pantalones en la plaza del Ayuntamiento o caquis en la de la Reina. Bueno, y cerveza, claro, porque lo que se montó este domingo por la mañana cerca de la Catedral era más una fiesta que un mercado ecológico de productos de kilómetro cero, que haberlos los hubo y se terminaron con rapidez: antes de las 14 horas, los vendedores ya estaban recogiendo porque no les quedaba de nada. Quizá algunas calabazas.

Pero evidentemente, cuando permites que vendan en la plaza de la Reina directamente los productores, provocas dos cosas: primero, alegrar a los agricultores, claro, que veían el día de ayer como una fiesta. Y segundo, molestar a los mercados municipales, esa malla tejida durante décadas donde miles de familias se ganan el pan levantándose a las tres de la mañana para ir a Mercavalencia. Los agricultores, como repiten machaconamente los mercados municipales, forman parte de su idiosincrasia y, como la canción, sin ellos no son nada, pero evidentemente estos mercados no son del agrado de los vendedores. «Es un sin sentido, en nuestros mercados ya hay productos de kilómetro cero», dicen desde Confemercat.

Su coordinadora, Alicia García, explica que los agricultores grandes no van a estos eventos. «Van quienes tienen pequeños campos, pero a mí me vendría muy bien poder comprar un coche sin tener que pasar por el concesionario», apunta tirando de ingenio. García asegura quye los vendedores de mercados municipales no son «ciudadanos de segunda» y defiende que ellos pagan el precio justo. «Cuando voy a la tira de contar, el precio es el que me dice el agricultor. Yo no le digo nunca a qué precio tiene que venderme, me lo dice él», comenta García.

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