El joven atacado con ácido en una terraza de Valencia continúa en estado crítico
El individuo que arrojó el líquido corrosivo a la víctima en la cara huyó con la ayuda de otro hombre que le esperaba al volante de un coche
TONI BLASCO/J. MARTÍNEZ
Sábado, 26 de julio 2014, 00:16
El hombre que fue atacado con ácido en una terraza de Valencia continúa ingresado en estado muy grave en la unidad de quemados del Hospital La Fe de Valencia. Juan Pablo, de 33 años de edad y físico de profesión, se encontraba ayer en estado de coma inducido a la espera de una operación para reconstruirle la cara con un injerto de piel.
Los familiares de la víctima dicen que no pueden creerse todavía lo sucedido y desconocen el móvil de la brutal agresión. La policía mantiene abiertas varias hipótesis, desde un ataque de un perturbado hasta una acción criminal por motivos pasionales o laborales, sin descartar incluso un juego de rol desvirtuado. Los agentes del Grupo de Homicidios aún no habían podido interrogar ayer a la víctima, un joven con pareja que lleva una vida ordenada y no tiene ememigos conocidos, según su familia.
Los hechos ocurrieron sobre las diez y media de la noche del viernes de la semana pasada en la terraza de un café, concretamente en el número 3 de la Plaza del Cedro. Juan Pablo y dos amigos habían pedido unas cervezas y ocupaban una de las mesas. A esa hora no había más clientes en la terraza. El local se suele llenar más tarde cuando la gente termina de cenar y sale a tomar una copa.
Unos diez minutos después, un individuo de unos 30 años y vestido completamente de negro giró en la esquina peatonal de la plaza y se encaminó directamente hacia la mesa. El único que estaba sentado de frente al agresor era Juan Pablo, y por su posición lo vio llegar, pero siguió charlando con sus amigos al desconocer que iba a ser atacado.
El hombre vestido de negro, sin mediar palabra, arrojó sobre su víctima el contenido de un vaso o jarra -un líquido corrosivo- que llevaba en una mano y echó a correr, volviendo sobre sus pasos y llevándose el recipiente. Los dos amigos de Juan Pablo salieron corriendo para perseguir al agresor, y al doblar la finca vieron cómo montaba en el asiento del copiloto de un coche gris que conducía otra persona. Los dos individuos huyeron a toda velocidad y los jóvenes regresaron a la terraza. Hasta ese momento creían que un gamberro había arrojado el contenido de una bebida a Juan Pablo, pero pronto descubrieron la gravedad de la agresión.
Los gritos de la víctima eran desgarradores. «Me escuece mucho y no veo nada», dijo el joven mientras un camarero y Raquel, una clienta, arrojaban agua sobre las graves quemaduras de la cara. En apenas tres minutos, la plaza del Cedro se llenó de coches patrulla. También se movilizó el SAMU, que llevó al herido la Hospital Clínico, aunque luego fue trasladado a la unidad de quemados de La Fe. Sus dos amigos también sufrieron heridas leves por salpicaduras del líquido corrosivo.
La policía recogió muestras del ácido en la terraza, tomó declaración a los testigos y difundió los datos del agresor a través de la sala del 091, pero no pudo localizar al autor del cruel ataque. Mientras el Grupo de Homicidios continúa las investigaciones, los familiares de la víctima mantienen una angustiosa espera en La Fe y no encuentran ninguna explicación a lo ocurrido. Se preguntan una y otra vez porqué el agresor eligió a Juan Pablo. Sus amigos, que están muy afectados y en los últimos días apenas salen a la calle, corroboran que la víctima no tiene enemigos.
El joven precisará intervenciones quirúrgicas de reconstrucción de cara. «Está estable dentro de la gravedad, tiene muy afectado el rostro, el torso y ambos brazos, y ha sufrido quemaduras muy importantes en los ojos», según informaron fuentes médicas. Puede oír pero no habla debido a la fuerte sedación, y su evolución es favorable, pero será lenta y complicada.