Una empresa abrirá un hotel en un palacio del siglo XIX del barrio del Carmen de Valencia

Se trata de una propiedad privada de planta baja y dos alturas, cuyo aspecto actual corresponde a una intervención del arquitecto José María M. Cortina realizada en 1886. No obstante, el origen de esta casa señorial es anterior y se encuadra en una trama urbana condicionada por la desaparecida muralla islámica. El Plan de Ciutat Vella subraya que no «participa de la uniformidad de las categorías tipológicas del barrio, y puede ser considerado una excepcionalidad».

El palacio es propiedad privada y la empresa que ha presentado la documentación tiene la sede en Barcelona. Hasta ahora había tenido uso como vivienda, sin que se conozcan otros, en un inmueble situado justo enfrente de la plaza Condes de Buñol y que tiene entrada por la calle Álvarez, seguramente las caballerizas y entrada de servicio en su época de construcción. Al lado se encuentra el teatro Talía.

La reforma del edificio para uso hotelero está avalada por el Plan de Ciutat Vella, que lo permite al considerar que estos inmuebles es difícil que tengan salida en el mercado residencial. En el momento de su aprobación hace tres años había pedidas 70 licencias para hoteles y apartamentos en el centro histórico, aunque la pandemia ha frenado muchas de estas iniciativas, al igual que la lentitud de los permisos para iniciar las obras.

Tan lejos como el pasado día 3, el Colegio de Arquitectos de Valencia y el Colegio de Aparejadores ofrecieron al Ayuntamiento su colaboración para desatascar la lista de espera. A través de entidades colaboradoras, estos colectivos quisieron ofrecer una alternativa para las empresas, que de momento sigue sin respuesta del gobierno municipal.

En cuanto al hotel, la ficha lo cataloga como de protección integral, mientras que la parte recayente al número 4 de la calle Álvarez es parcial, al ser de una factura menor. En el caso del edificio principal, existe un semisótano, lo que elimina parte de las posibilidades de hallazgos arqueológicos. Eso sí, la empresa deberá contar con vigilancia de expertos para el seguimiento de todas las obras.

El acceso principal está presidido por el escudo familiar (Los Centelles o los Condes de Oliva), justo arriba de un gran portón con remaches metálicos. El zaguán da acceso a un característico patio abierto interior que sirve para la distribución de todas las estancias, donde destacan las cocinas, una capilla, salas nobles y chimeneas, con un revestimiento de azulejos valencianos y murales, entre otros. La ficha del Plan de Ciutat Vella establece que se encuentra en buen estado de conservación y su valor patrimonial es alto.

El proyecto de este hotel se une a otros en Ciutat Vella que quieren aprovechar la condición de palacetes. El documento aprobado por el Consistorio otorga más facilidades del llamado uso terciario en los barrios de Velluters y Sant Francesc.

Uno de los últimos hoteles de lujo que abrieron en los aledaños del eje de la calle Caballeros fue en otro palacio, en este caso un cinco estrellas en el Palacio Valier, donde una excavación durante las obras desveló la presencia de valiosos restos arqueológicos de época romana, en concreto un taller de perfumería.

De la misma empresa está pendiente la apertura de otro establecimiento, esta vez en la calle Blanquerías, pendiente de los últimos permisos municipales. La promoción ha sido una de las «víctimas» del atasco en el Consistorio. Los colegios profesionales ofrecieron ocuparse de la verificación técnica y formal de la documentación durante el proceso de gestión de licencias, a través de un convenio de colaboración con el consistorio. Este tipo de actuaciones están avaladas por la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje (LOTUP) e incluidas en las funciones de los colegios profesionales en su colaboración con los ayuntamientos.