Los vecinos alertan de que el mar se traga la arena para regenerar El Saler
Los residentes insisten en que el aporte de material que realiza la Demarcación de Costas no servirá sin arrecifes o escolleras
PACO MORENO
Lunes, 29 de mayo 2017, 20:07
«Como no pongan arrecifes en la Garrofera no servirá de nada». La frase se ha convertido en uno de los mantras de los vecinos de El Saler, sobre todo en la zona de la urbanización La Casbah, acerca de las obras de trasvase de arena que realiza el Ministerio de Medio Ambiente desde mediados de febrero. Cada vez que sube el oleaje, el agua entra a través de los montones de material y se lleva una parte al fondo del mar.
La opinión es de Mercedes, vecina de la zona, aunque coincide con el resto de los integrantes de la asociación de vecinos. La Demarcación de Costas aprobó un aporte extraordinario de arena después de los dos tremendos temporales que se llevaron parte de las dunas, dejando al descubierto restos del demolido paseo marítimo y amenazaron con el derrumbe de las viviendas.
El trasvase se realiza desde las golas de El Perellonet, El Perelló y El Puchol, lo que servirá también para despejar los accesos al lago de la Albufera y facilitar la entrada y salida de peces. En total, 60.000 metros cúbicos de material, el equivalente a 6.000 viajes en camiones. Pero ese ir y venir de vehículos a la playa tiene un rendimiento escaso, a juicio de los vecinos. La solución pasa, reiteraron fuentes de la asociación, por la construcción de escolleras similares a la que hay en la playa de Pinedo. «La afección del Puerto es clara y hasta que eso no se tenga en cuenta, esto será una solución temporal, nada más».
La erosión se agrava cada año por los temporales. En esta ocasión provocaron el hundimiento de un pequeño paseo marítimo entre las viviendas de La Casbah más cercanas al mar y la playa. Afectó al alcantarillado, el alumbrado y hasta puso en riesgo la cimentación de los inmuebles, cuyos vecinos se encuentran en pleno proceso judicial contra el Gobierno por la delimitación de la línea marítimo-terrestre realizada hace años y que afectó a estas casas, dejándolas dentro del dominio público.
El Ayuntamiento asumió las reparaciones al igual que lo había hecho unos años antes. En esta ocasión la factura supera los 600.000 euros y fuentes de la concejalía de Desarrollo Urbano indicaron que seguirán pidiendo este dinero al Gobierno. «De momento no han dado ni un euro», apostillaron.
Estas obras de defensa están muy adelantadas, a falta del remate del murete y el alumbrado público. Consistieron en la colocación de grandes bloques de piedra con una ligera inclinación hasta la arena, para sujetar una estrecha zona peatonal. Desde esta zona hacia el norte, donde se levanta el antiguo Sidi Saler, es donde se realiza el aporte de arena de emergencia.
Hierros y hormigón
La situación no es mejor en el resto del litoral. Las mismas fuentes mostraron varias fotografías del tramo donde recae la pedanía de El Saler, con hierros a la vista, ladrillos y trozos de hormigón. «Los bañistas se dedican a señalizar todo esto con botellas de plástico y trozos de tela, con el propósito de evitar accidentes», comentaron. Dadas las alturas del año y con la temporada de baño iniciada, cualquier obra de regeneración se hará después del verano.
Escolleras o arrecifes artificiales es una segunda opción defendida por los vecinos tras el buen resultado que está teniendo una experiencia similar en la playa de la Malvarrosa. La inversión estimada por el catedrático José Serra, promotor de la iniciativa, sería de un millón de euros, que de momento no ha encontrado apoyo en el Ministerio.
Cualquier cosa para retener la escasa arena de playa situada al sur del puerto. Puertos del Estado apostó en una reunión tras los temporales por financiar parte de la recuperación de las playas de la Albufera, dejando la solución técnica en manos de la Demarcación de Costas.
De momento lo que está vigente es el documento de 2015 que fija la estrategia de recuperación de playas de la Comunitat. Para las situadas en la parte sur de Valencia, no se mencionan escolleras ni arrecifes, dejándolo todo en aportes de arena de un banco en alta mar.