Maje y el auge de los 'true crime'
Las series, películas y podcasts sobre crímenes reales se han convertido en productos de gran consumo por audiencias diversas. El caso de Patraix es el último que ha generado formatos de éxito
P. Chen y Juan Antonio Marrahí
Domingo, 13 de julio 2025, 00:01
Desde siempre, las historias de miedo han sido muy populares, como cuando se contaban alrededor de una hoguera para hablar de todo lo que escondía la oscuridad de la noche. Y muchas de esas historias, de hecho, se presentaban como verdaderas, y no solo como recreaciones imaginarias. No obstante, hoy el 'true crime' está más vivo que nunca gracias a las plataformas digitales.
La etiqueta 'true crime' (expresión en inglés que se puede traducir como 'crimen real') sirve para describir un género de no-ficción literario, cinematográfico, televisivo y de podcast, en el que se tratan crímenes reales, frecuentemente asesinatos, con un perfil sensacionalista. El hecho, precisamente, de ser supuestamente veraces, es la principal diferencia con otros thrillers o historias de terror y horror de ficción, y también su principal controversia por cómo retratan a víctimas reales y sus familias. A pesar de las preguntas éticas que siempre rodean estas producciones, el 'true crime' está de moda tanto en España como a nivel internacional. Los ejemplos patrios son series documentales como 'Muerte en León' (2016), 'El caso Alcàsser' (2019), '¿Dónde está Marta?' (2021), 'El caso Asunta' (2024), 'El caso Sancho' (2024), y programas como 'L'hora fosca' de À Punt y 'Crims' de TV3.
A estos hay que unir otros productos, como el podcast 'Maje: autopsia a una asesina', producido por LAS PROVINCIAS en torno al crimen de Patraix. Este documental sonoro, que fue estrenado el pasado 1 de junio en la web de este periódico y que ya está disponible completo en todas las plataformas de audio, acumula más de 20.000 descargas. Las circunstancias que rodearon al asesinato de Antonio Navarro generan interés ocho años después de que ocurriese. «Este suceso es interesante porque aquí precisamente tenemos a dos personas con una vida familiar y social, están plenamente integrados en su trabajo, cuentan con el aprecio de sus compañeros y es por consiguiente, un perfil muy diferente«, explica el criminólogo Vicente Garrido. »Hay casos que traspasan fronteras cuando hay algo incomprensible. La pregunta de por qué una chica prefiere ser viuda a divorciada es muy difícil de desentrañar«, indica Ramón Campos, productor de 'La viuda negra', la película de Netflix sobre el mismo caso.
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El podcast sobre Maje, completo en la web de LAS PROVINCIAS
El interés por lo horrible y escabroso tiene límites. Un estudio de 2020 publicado en la revista Psychological Science titulado 'Playing With Fear: A Field Study in Recreational Horror' ('Jugando con el miedo: Un trabajo de campo en el horror recreativo') habla de un punto óptimo de miedo, a partir del cual lo disfrutable o lo interesante decae para dar paso a lo desagradable y realmente terrorífico. Así, un artículo de 2021 de los profesores Haiyang Yang y Kuangjie Zhang para el Harvard Business Review alude a que, para disfrutar del terror y el horror, necesitamos un determinado marco mental protector compuesto por tres elementos: 1) sentirnos físicamente seguros, 2) saber separar realidad de ficción, como ser consciente de que lo horrible no está sucediendo realmente, sino que simplemente son actores y actrices interpretando, y 3) tener confianza en que tenemos la capacidad de superar o controlar los peligros que se nos están mostrando. La ensayista y periodista Beatriz García Guirado encuentra «algo muy viejo» en el interés por lo que nos da miedo: «Desde siempre nos da curiosidad la naturaleza del mal. Las obras de 'true crime' nos permiten ver algo que siempre se nos dice que podría pasar, pero desde una distancia de seguridad».
Los nombres femeninos destacan como principales divulgadoras de contenido 'true crime'. Mona León Siminiani, pionera del pódcast en España, con 'Negra y criminal' (primero en la Cadena SER y luego en Podium podcast) y '¿Hablas miedo?' (en Audible); el de Miren Jaure, alias Mimi XXL, con el podcast 'Mimicidios'; el de Clara Tiscar, con el podcast 'Criminopatía'; y el de Martha Caballero, que suma más de 272.000 suscriptores en su canal de Youtube sobre crímenes de España y de todo el mundo.
¿Son ellas también las principales consumidoras? ¿Es una simple preferencia de contenido? Investigaciones como la de Amanda M. Vicary y R. Chris Fraley de 2010 para la revista científica Social Psychological and Personality Science, titulada 'Captured by True Crime: Why Are Women Drawn to Tales of Rape, Murder, and Serial Killers?' ('Atrapadas por el true crime: por qué las mujeres se sienten atraídas hacia historias de violaciones, asesinatos y asesinos en serie'), nos da datos interesantes sobre ello. Por una parte, analizaron que, en Amazon, más mujeres que hombres dejaban reseñas sobre libros de 'true crime'. Por otra, en una encuesta online que realizaron a 1.866 personas, también concluyeron que las mujeres preferían el 'true crime' por encima de otros géneros con contenido violento. Otro estudio de 2024, realizado por Kantar, empresa líder en marketing y análisis de datos, con 10.000 consumidores de diez mercados globales (incluido España), habla de que un 46% de las mujeres siente predilección por los podcasts sobre crímenes, frente al 34% de los hombres.
En el libro 'Reina del grito. Un viaje por los miedos femeninos' (Blackie Books, 2024), la periodista y crítica de cine de terror Desirée de Fez habla de ser muy miedosa pero de haber abrazado las películas y los libros de terror precisamente como obras que ayudan a observarse y entenderse. Aunque advierte de que, a raíz de hablar con las lectoras sobre el libro, se ha dado cuenta de que «a no todo el mundo le funciona, y el terror no es para todo el mundo, pues no hay que olvidar que pide estar dispuestos a pasarlo mal», en su caso personal, «ver mis propios miedos reflejados en las películas, desde la distancia y en un espacio controlado (la pantalla) me ayuda a analizarlos. No sé si a combatirlos, pero sí a entenderlos». Sobre el vínculo entre el terror y lo femenino, lo ve, sobre todo, desde la dirección de cine y la escritura: «En la última década han sido muchas las cineastas y escritoras que han optado por los códigos y las narrativas del terror para abordar, de manera muy inteligente y rotunda, nuestros miedos, nuestras ansiedades, las maternidades no convencionales, la presión estética, el edadismo, la identidad…». Algunos de sus ejemplos favoritos son las películas 'Babadook' (2014), 'Una chica vuelve a casa sola de noche' (2014), 'Titane' (2021) y 'La sustancia' (2024). Sin embargo, respecto al 'true crime' no se muestra entusiasta: «Salvo en excepciones muy buenas, tengo la sensación de que se ha trivializado demasiado estos últimos años vía su éxito en plataformas».