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Logo de Metro de Madrid. Foto: Archivo | Vídeo: Europa Press

El estallido fortuito de un ordenador provoca el pánico en el metro de Madrid

Decenas de viajeros han salido despavoridos por las vías del suburbano al pensar que se trataba de un atentado

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Lunes, 17 de septiembre 2018, 10:38

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El metro de Madrid ha vivido una mañana de infarto. El estallido fortuito de un ordenador de una viajera en un vagón de la línea 9 y la posterior humareda ha provocado escenas de pánico en el suburbano sobre las 9 de la mañana, hasta el punto de decenas de usuarios han corrido despavoridos por las vías, pensando que podría tratarse de un atentado.

Emergencias Madrid ha atendido a varios pasajeros por ataques de ansiedad, así como a los usuarios afectados por la pequeña explosión, cuyas lesiones no revisten ningún tipo de gravedad.

La explosión se ha producido en un convoy que viajaba entre las estaciones de Sainz de Baranda y Avenida de América. El incidente ha provocado que tuviera que desalojarse todo el tren y que se cortara el tráfico en la línea 9 en ambos sentidos hasta las 10 de la mañana, cuando se ha recuperado la normalidad.

Efectivos de los bomberos de Madrid y de Emergencias rastrean ahora todas las vías por si pudieran quedar pasajeros en el interior de los túneles.

Las explosiones son «anecdóticas»

Las explosiones de baterías de litio, que llevan incorporados móviles, tabletas y ordenadores, como el que hoy ha obligado a evacuar el metro de Madrid, son muy llamativas pero «anecdóticas» en comparación con el número de estos dispositivos en el mercado..

Así lo ha explicado a Efe el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Ricardo Jiménez, quien opina que la tecnología que incorporan este tipo de baterías es «muy segura» y su probabilidad de deflagración es «muy escasa».

Hoy, el ordenador de una pasajera en el metro en Madrid se ha incendiado y ha obligado a interrumpir la circulación del convoy y a atender a nueve personas por crisis de ansiedad y a tres por inhalación de humo.

Las baterías de litio llevan media década en el mercado, son usadas allí donde hace falta tener «mucha potencia y se tiene poco espacio», por eso, además de los dispositivos inteligentes, también lo incorporan desde bicicletas y monopatines eléctricos a una taladradora inalámbrica.

Su explosión se produce cuando hay algún fallo de fabricación o se ha generado por un golpe. Esto hace que la energía no circule adecuadamente y se genere un punto caliente en el que se acumula la energía y que es el que la perfora y genera la deflagración, que habitualmente «se trata de una explosión suave» y nunca «violentamente como una olla a presión», apunta.

Cuando se produce este tipo de incidentes, lo que se quema es todo el material plástico del dispositivo, que genera mal olor.

Aunque la tecnología de esta baterías «es muy segura» y todas las baterías se prueban antes de comercializarse, este tipo de incidentes han comenzado a aparecer por llevar «al límite» los dispositivos.

«Si tienes 200.000 amperios en un metro cuadrado, estás apretando mucho la tecnología y todo tiene sus límites» explica el científico sobre la dinámica del sector, que desde hace años tiende a reducir el espacio y aumentar las prestaciones.

El incidente de hoy en Madrid se suma a la deflagración de un móvil en un avión este verano y al del teléfono de un niño en Burgos, aunque su pico mediático fue con el modelo Samsung Note 7, que la empresa tuvo que retirar del mercado el año pasado.

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