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Gente en la playa con gorros de navidad.

Navidad anticipada

«Por si toca...», le dicen los clientes a Juan, que lleva vendidos 15.000 décimos de lotería desde su turística administración en La Rambla de Barcelona

julia fernández

Viernes, 11 de septiembre 2015, 20:48

Las muñecas de Famosa no se dirigen todavía al portal, no se asusten, pero la Navidad está a la vuelta de la esquina. En algunos puntos de España incluso ya ha empezado a llamar a la puerta. Uno de esos sitios es la administración de lotería trending topic cada 22 de diciembre. En Doña Manolita despachan por fajos décimos para el sorteo de los sorteos "desde el 6 de julio". Los pusieron a la venta la víspera de San Fermín y en unos minutos volaron los primeros, que a estas alturas deben haber perdido ya una parte del apresto por el roce en los bolsillos y carteras de sus propietarios. Es más, no descarten que incluso estén en paradero desconocido en algún cajón de sus casas.

Algunos datos

  • El Gordo. Las comunidades donde más veces ha tocado el primer premio a lo largo de su historia son Madrid (en 82 ocasiones), Cataluña (70) y Andalucía (62). El 'top 5' por ciudades lo ocupan Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Alicante. El año pasado se repartió en Leganés.

  • Dulces toneladas. De la fábrica La Estepeña salieron el año pasado 2,5 millones de kilos de dulces navideños que se repartieron en 5 millones de unidades de venta ( cajas y bolsas de diferentes pesos). La canela viene de India, " y cada rama mide dos metros, de ahí que la gente se sorprenda mucho".

A los trabajadores del despacho de la calle del Carmen de Madrid poco hay ya que les impresione. Ni siquiera que sin haber acabado el curso escolar hubiera quien estuviese ya confiando su futuro al Gordo. En pleno agosto han registrado colas, aunque "no como las de diciembre". El Sorteo Extraordinario de Navidad tiene un público muy fiel desde aquel 18 de diciembre de 1812 en el que hizo millonarios a los primeros españoles. Y es una cita rodeada de superstición. En la ventanilla no falta quien pide que su boleto termine en 5 o que no tenga el 13, quien rechaza el que le ofrecen al azar "por feo" o quien, con la ley de la probabilidad en la mano y pese a mantener que "todos entran en el bombo", compra el mismo que tocó el año pasado, el anterior... Por cierto, el primer número agraciado con el Gordo fue el 03604. Entonces por cada billete, que costaba 40 reales, tocaban 8.000 pesetas. El año pasado nos gastamos de media en el sorteo precisamente esa cantidad, 48 euros, dos euros menos que en 2013.

Para esta Navidad, sin embargo, las cosas pintan algo mejor. Jordi García Valdés es optimista. Es el propietario de Loterías Valdés, un negocio que lleva despachando décimos en La Rambla de Barcelona desde 1905. "Primero fue mi abuelo, luego mi madre y ahora yo", se enorgullece el hombre. Desde principios de julio ha vendido "entre mil y mil quinientos billetes". Un billete son diez décimos, así que echamos cuentas... y sale un buen pico: entre 200.000 y 300.000 euros se han dejado los clientes. "Se nota cierta mejoría" con respecto a otros años, asegura el lotero, que confía en que de su local salga el Gordo de este diciembre. En sus 110 años de historia, Loterías Valdés ha dado siete. "El último fue en 1998, así que ya toca", se sonríe.

El día del sorteo es una jornada de mucho trasiego en las administraciones, "y de nervios". Marian intenta amarrar los suyos en esta jornada, aunque no es fácil. Lleva diez años despachando en la administración más antigua de Granada, la número 1, "muy cerquita de la Catedral". "Antes cerrábamos para seguirlo", pero ahora, desde que tienen pantallas en el local, suben la persiana y reciben a todo aquel que se acerque para vivirlo con ellos... o para cobrar su premio. El año pasado fue el primero en el que pudimos ir a por nuestro pellizco en el mismo día.

Dulces a toneladas

"De momento", Marian no conoce lo que es dar el primero. Aunque puede que no pase de este año: "¡Quién sabe!". Eso es lo mismo que piensan los que traspasan el umbral de su negocio para comprarle un décimo. Ha vendido 4.000 hasta hasta ahora, la mayoría en ventanilla, "y sobre todo a turistas". Como en los otros dos despachos. Nadie quiere irse de su lugar de vacaciones sin llevarse un décimo "por si acaso".

Las administraciones de Lotería no son las únicas que han empezado la campaña navideña con 40 grados. En Estepa, Sevilla, hace ya unos cuantos días que huele a canela, la que llevan los dulces de La Estepeña. En esta fábrica, con más de 157 años de historia a su espalda, ya se amasan los primeros polvorones y mantecados con que nutriremos nuestras mesas en diciembre. "Hemos empezado poco a poco, con un turno", explica Marcos Galván. A producir, porque a preparar el catálogo, hacer las previsiones de materia prima, firmar los contratos de distribución... llevan entregados "desde marzo". Seis meses. A muchos ni nos había dado tiempo a quitarnos los kilos de más que nos dejó el turrón.

La familia Galván lleva cuatro generaciones al frente del negocio, que nació en un pequeño obrador de confitería en el centro del pueblo. Rafael Galván Gamito fue el autor de la receta magistral que hoy se sigue al pie de la letra en una nave de 22.000 metros cuadrados situada en un polígono a las afueras de la localidad. En ella trabajan un centenar de personas esta semana. Según se acerquen las fechas señaladas "serán el doble". Tienen que hacer "2,5 millones de kilos" de polvorones, mantecados, roscos de vino, alfajores... En noviembre, La Estepeña estará "a pleno rendimiento". Y para cuando toque la Lotería, que caerá en Madrid, Barcelona y Granada, como ha quedado claro, su trabajo casi habrá terminado.

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