Mazón pone a prueba su recuperación política y si está en condiciones de repetir en 2027
El debate de política general que arranca este martes condiciona el resto de un curso político marcado por la celebración del 9 d'Octubre y la conmemoración del primer aniversario de la dana
10.30 horas de este martes. Debate de política general en Les Corts, el más importante de cuantos se celebran en la Cámara valenciana a ... lo largo del año, junto al del presupuestos, y el día más importante de lo que queda de legislatura. El primer debate sobre el estado de la Comunitat después de la dana del 29 de octubre del año pasado. En puertas de la celebración del primer aniversario de la catástrofe y sólo unos días antes del 9 d'Octubre, el Día de la Comunitat Valenciana, citas marcadas en rojo por el Gobierno y por la izquierda valenciana. La cita política clave de inicio del curso político, sólo cuatro días después de la declaración del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, ante la jueza que instruye la causa de la dana.
Los debates de política general no los puede perder el president de la Generalitat. Es una sentencia que se repite por el Parlamento valenciano a la vista de la estructura del mismo. Las intervenciones del jefe del Consell no tienen límite de tiempo –algunas fuentes especulan con que la inicial de este martes supere las tres horas y cuarto de la del año pasado-. Tampoco tiene límite de tiempo para contestar a los portavoces del resto de grupos, que en cambio disponen de 30 minutos. Además, el debate lo cierra el propio president. Sobre el papel, la oposición puede aspirar a empatar si acaso, poco más.
El de este año es un debate más que especial por razones obvias. Llega después del acontecimiento más doloroso que ha tenido que vivir la Comunitat, con una riada que arrasó media provincia de Valencia y se cobró 229 víctimas mortales. La instrucción judicial de la dana viene poniendo el foco en la responsabilidad de la administración autonómica, mientras que el Gobierno y los grupos de izquierda no dejan de poner el foco sobre el president del Consell y la falta de avisos a la población cuando ya se conocía la gravedad de la situación. Durante los últimos once meses se ha disputado la pugna por el control del relato. El Gobierno y la izquierda han agitado con reiteración 'El Ventorro', el nombre del establecimiento en el que comió ese 29 de octubre el president Carlos Mazón con una periodista, tratando de no mover el foco de la agenda ese día del president. El último vídeo filtrado de la reunión del Cecopi de aquel día insiste en el mismo plan.
La izquierda trata de no mover el foco de la agenda de Mazón el día de la dana
Sin embargo, Mazón ha logrado superar las líneas rojas que se le venían poniendo durante todos estos meses, y que inicialmente daban por segura su renuncia inmediata al cargo. Mazón superó las navidades, las Fallas, las Hogueras, la Magdalena, la convención del PP europeo en Valencia y el congreso nacional de los populares. Y además de superar esos frentes, ha ido viendo cómo se apagaba el fuego amigo, logrando incluso que algunos de los nombramientos principales de Núñez Feijóo en su partido –Miguel Tellado en la secretaria general o Ester Muñoz como portavoz en el Congreso- sean de dirigentes populares que han entendido la posición del presidente valencino.
Mazón, además, ha venido encontrando en la falta de implicación del Gobierno de Pedro Sánchez en la reconstrucción la mejor palanca para su recuperación política. El presidente del Gobierno, cercado por su debilidad parlamentaria y por las investigaciones judiciales sobre su entorno más cercano (Santos Cerdán sigue en prisión) no sólo ha tenido que rebajar la presión sobre el presidente valenciano. A Sánchez se le sigue esperando en la zona cero de la dana, las ayudas del Gobierno aún se queda lejos de la mitad de los 16.600 millones comprometidos (y eso, contando el Consorcio de Compensación de Seguros), y ahora ha puesto todo su interés político en la situación de Gaza y en la consideración de 'genocidio' de la injustificable actuación del Gobierno de Israel. En apariencia, Valencia y la dana ya se le han quedado lejos.
Por el contrario, el president parece haber encontrado el relato con el que afrontar el resto de legislatura. La actitud del Gobierno este verano ante la ola de incendios –más interesado en el desgaste de los presidentes autonómicos del PP que en aportar recursos con celeridad-, la agilidad en la reconstrucción que sí viene mostrando el Consell, la disposición a presentar unos presupuestos para 2026 y la proverbial capacidad para encontrar el debate de los símbolos y las señas de identidad en el que la izquierda sigue mostrándose incómodo, han reforzado una posición a la que se suma un tono vital recuperado después de meses de angustia. Hasta el punto de que el debate sobre si aguantará hasta el final de la legislatura comienza a verse sustituido por el de si repetirá como candidato a presidir la Generalitat en 2027. En el debate del pasado noviembre, Mazón dijo que no volvería a optar al cargo si no era capaz de liderar la reconstrucción.
Mazón ha encontrado el relato tras el verano y trata ahora de exhibir iniciativa política
PSPV y Compromís pedirán la dimisión del president de la Generalitat. No parece una gran sorpresa, porque llevan once meses haciéndolo. Al portavoz socialista, José Muñoz, se le ha puesto algo más difícil su intervención tras la declaración de Polo ante la jueza y ese «nadie era capaz de prever lo que iba a suceder». Una afirmación que complica ese discurso de que sólo Mazón es el único culpable y que libera de toda responsabilidad a la Aemet y la CHJ. Muñoz tiene ante sí la obligación además de no limitar su intervención al ataque político al president por la dana. Máxime después de esa recomendación pública expresada por Ximo Puig, alentando a su partido a construir una «alternativa» y a alejarse de la crispación. Sin Diana Morant en los bancos de Les Corts, pero seguro que atenta al debate, el portavoz parlamentario de los socialistas tiene ante sí la oportunidad de hacer propuestas, de ofrecer pactos y en definitiva de dar una respuesta política a la situación de la Comunitat que supere el rifirrafe de la riada.
Compromís, probablemente, no tiene sobre la mesa esa obligación de ofrecer un perfil institucional al que Puig invitaba hace pocos días a su partido. De la formación que encabeza Joan Baldoví es de la que más cabe esperar una sesión áspera, en la que habrá que ver qué protagonismo tienen, dentro y fuera del hemiciclo, las asociaciones de víctimas. Después de aquel «me da asco tener a un sinvergüenza como president de la Generalitat» que pronunció en febrero, el portavoz de la formación nacionalista, empeñado en tutear al presidente de los valencianos, tratará de arrastrar a Mazón por su comida con una periodista, la inacción de la exconsellera Pradas y su negativa a declarar ante la jueza. En algún momento del debate es probable que Mazón aproveche esa división entre Mes e Iniciativa que se ha plasmado en elo Congreso de los Diputados y que debilita la posición de la coalición
Vox, en cambio, pondrá el foco en la gestión del Gobierno de Sánchez, en aquel «si necesitan ayuda que la pidan», en la lentitud de la llegada de las ayudas y en la actitud de un Gobierno que en demasiadas ocasiones parece más empeñado en obtener rédito político de lo sucedido que en ofrecer toda la ayuda posible. José María Llanos insistirá en las líneas clave de la posición política de su formación, incluída la que se refiere a la batalla contra la Acadèmia Valenciana de la Llengua y las subvenciones a patronal y sindicatos. Sobre la mesa, esa propuesta del PP para sacar adelante los presupuestos de la Generalitat para 2026.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión