La policía de Alboraya rescata a un indigente de la calle y le paga el AVE tras localizar a un familiar en Madrid

Vivir en la calle para algunas personas no es una opción sino una necesidad. La policía Local de Alboraya, en coordinación con los Servicios Sociales municipales lograron, hace unos días, rescatar a un indigente de la vía pública tras localizar a su hermana en Madrid y pagarle el billete en el AVE hasta allí.

Julián, que ronda los 60 años, sufre un trastorno mental y se ausenta de su domicilio durante largas temporadas sin que sus familiares más cercanos sepan su paradero. En una de estas, el hombre apareció, con sus escasas pertenencias repartidas en bolsas, en un banco de Port Saplaya, en Alboraya.

La presencia de estas personas, por desgracia, no pasa desapercibida allí donde se instalan, y no pasó mucho tiempo hasta que los vecinos dieron la voz de alarma de que un mendigo dormía en los soportales de la plaza del mercado.

Los agentes de la Policía Local no tardaron en dar con él. "No se expresaba bien y nos dimos cuenta de que le pasaba algo", señala uno de ellos. Como atención urgente, le ofrecieron sábanas y una manta térmica para protegerse de la humedad que azota por las noches esta zona de playa.

El estado en el que se encontraba, "desaliñado y como perdido", les tocó el corazón y se fueron ganando su confianza hasta que consiguieron sonsacarle un contacto familiar. Se trataba de su hermana, que reside en Madrid. Con este dato, se puso en marcha la maquinaria social que empezó a rodar y el Cuerpo Local puso en conocimiento de los servicios sociales municipales la situación de Julián.

En menos de tres días los asistentes se habían puesto en contacto con la mujer, que recibió la llamada con mucha alegría y agradecimiento, y aceptó sin pensárselo dos veces hacerse cargo de su hermano.

Pero el hombre, no podía viajar en las condiciones en las que se encontraba y desde los servicios sociales le proporcionaron ropa más adecuada, incluso le compraron una chaqueta, y pusieron a su alcance medios para que se diera una ducha y se afeitase.

Solo faltaba lo imprescindible, un billete de AVE que le permitiera regresar a su hogar. Fueron los policías los que le acompañaron hasta la estación de Joaquín Sorolla donde se subió al tren para volver a casa. Tras una llamada a su hermana al día siguiente, se cercioraron de que Julián había llegado a su destino sin problemas.

Esta vez la historia ha tenido un final feliz, pero no todas acaban igual, como señalan desde el departamento de Servicios Sociales de Alboraya, que ponen de relevancia la fluida coordinación que tienen con la Policía Local, cuya intervención ha sido imprescindible en este caso.

Y es que Julián "ha puesto de su parte pero hay personas que rechazan la ayuda por sus circunstancias personales o que las familias no quieren hacerse cargo de ellos", comentan desde el área social.

Estas situaciones son mucho más complicadas de lo que aparentemente parecen aunque puntualizan que se atiende a "todos por igual", estén o no empadronados en el municipio. "Lo primero es prestarles atención, luego ya se busca coordinación con sus lugares de procedencia si hay que prestar ayuda económica o buscarles un refugio donde poder pasar las noches", explican.

Desde el departamento advierten de que se ha producido un incremento de los sin techo coincidiendo con la pandemia, "cada vez hay más gente viviendo en la calle", ya que por su cercanía a Valencia, estas personas se van desplazando de un sitio a otro sin entender de fronteras, aunque, si bien, matizan que el pico en Alboraya se registra sobre todo en verano, "con el buen tiempo vienen buscando refugio en la playa".

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