Escapada gastronómica a Asturias: cita con la casa de comidas de la familia Manzano

Una fabada legendaria, sus reconocidas croquetas y un recetario que rinde homenaje a la tradición asturiana pero aborda también nuevos retos, recreaciones de sus platos más icónicos y una vanguardista puesta en escena: atributos más que suficientes para visitar en Arriondas la casa de la familia Manzano, un local que va más allá de la cocina de Nacho, el patriarca de la saga, porque integra un concepto familiar del negocio bajo una intrigante nomenclatura (Hermanosmanzano.com) y una estrategia también innovadora: su espacio De Temporada, donde aúna propuestas sugerentes y frescas para resolver las comidas y cenas veraniegas. Bajo esta promesa: «Estés donde estés». Es decir, que sus menús Pica Pica y Degustación justifican desplazarse hasta ese privilegiado enclave en la costa cantábrica y dejarse seducir por su carta primavera-verano. «Platos sabrosos y coloridos, ideales para cenas ligeras», explican los Manzano.

¿En qué consiste su propuesta? Hay donde elegir. Cantidad y calidad. Por euemplo, los bollinos preñaos, listos para hornear y servir «que no pueden faltar en ninguna celebración, desde una barbacoa a una tarde con amigos». O su oferta de croquetas y platos tan sabrosos como el meloso de ternera con puré de patata, las verdinas con bacalao y pulpo o la cebolla rellena de gochu asturcelta, el cerdo de la tierra, «que solucionan cualquier comida o domingo en familia». «Los más asiduos a la casa siguen disponiendo de los menús de fabada, arroz con pitu caleya o pitu caleya guisado con patatines, que tradicionalmente gustan tanto», recuerda la casa de comidas.

Pero hay más. Mucho más. Las entradas de su carta De temporada, una idea efímera «que irá evolucionando hacia nuevas opciones a medida que las estaciones se sucedan y nos dicten otras propuestas sabrosas y reconfortantes». Una acabada representación de una oferta presidida por la ambición que expresan los hermanos Esther, Jesús y Nacho y completa Sandra ocupándose de elegir productos afines, menaje y utensilios elaborados por productores y artesanos locales, que aporten una conexión con la casa y sean fieles al estilo de un restaurante ejemplar, en constante reinvención.

Esa apuesta por mantenerse fieles al pasado pero ser capaces de renovar su discurso se refleja no sólo en una carta que contiene esas golosinas citadas sino porque añaden elementos adicionales a la experiencia gastronómica. Por ejemplo, acercando ese rico recetario al comensal mediante un exquisito servicio a domicilio y también abriendo las puertas de su cocina para que la clientela disfrute de la experiencia de dirigir esos fogones galardonados por Michelin con dos estrellas: «meter las manos en la masa», como explican los Manzano, significa diseñar tu propio menú, ser partícipe de todo el proceso, incluyendo el emplatado, y sentir en definitiva que uno forma parte de esa familia. Ser uno de los Manzano por un día.

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