Sigue la fiebre tras el apagón: sin stock de dispositivos para proteger el autoconsumo eléctrico en los hogares
Las empresas instaladoras aseguran que el interés ha crecido de forma considerable sobre todo entre las pequeñas empresas y los propietarios de viviendas adosadas
El apagón del pasado 28 de abril marcó un antes y un después para el sector de las energías renovables, después de que la ... mayoría de particulares y empresas que contaban con instalaciones fotovoltaicas no pudieran mantener el suministro por la falta de sistemas de almacenamiento o dispositivos alternativos que garantizasen la continuidad. «Si yo tengo mi propia generación, ¿por qué no puedo hacer uso de mi propio consumo?», se preguntan los usuarios. Ante tal escenario, el interés por hacerse con un sistema de back up (un dispositivo físico que permite conmutar la energía producida para convertirla en energía de consumo propio) o con baterías de almacenamiento se ha multiplicado.
Desde el sector aseguran que las empresas proveedoras de este tipo de equipos, que sirven para proteger el autoconsumo en casos de apagón, han sufrido una «rotura de stock en las últimas semanas» ante el aumento inesperado de la demanda. Ricardo Montés, de la empresa No te quedes sin sol de Ontinyent, estima que tres de cada cinco clientes que tenían instalados en sus domicilios sistemas de autoconsumo antes del apagón se han interesado por la instalación de baterías de almacenamiento o de dispositivos alternativos en las semanas posteriores al 28 de abril.
«Mucha gente se ha dado cuenta de que para ser autosuficiente hay que tener baterías en casa», explica Rafa Castillo, presidente de la Asociación de Empresas Eléctricas de Valencia (Aselec). De hecho, las familias que viven en adosados o zonas residenciales destacan entre los nuevos interesados en la instalación de infraestructuras que permitan el autoconsumo: «Es gente que no puede entrar a casa o subir las persianas, porque tienen todo automatizado».
La fiebre por hacerse con sistemas de este tipo también ha llegado a las empresas, aunque su consumo energético, mayor al de una vivienda, hace que opten por otro tipo de dispositivos, como los sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) o los grupos electrógenos. Los SAI son dispositivos que almacenan energía para asegurar la continuidad de un sistema hasta que se pone a funcionar el grupo electrógeno.
En ambos casos los precios pueden variar mucho. La infraestructura que tiene un precio menor es el de un sistema back up, que ronda los 450 o 500 euros más IVA, aunque la falta de stock entre las empresas españolas que disponen de estos dispositivos podría encarecerlos. Los sistemas de almacenamiento para particulares y los grupos electrógenos para empresas tienen un coste mucho mayor.
Si se trata de una batería de almacenamiento de aproximadamente unos 5 kilovatios, potencia suficiente para alimentar una casa, el coste puede ascender hasta los 4.000 euros, mientras que los grupos electrógenos pueden ir desde los 600 euros hasta los 4.000. Sin embargo, al precio del equipo se le debe sumar el del mantenimiento (incluye una revisión de batería y la reposición de gasoil) para que «pueda ponerse en marcha en cuanto sea necesario».
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