Ministerio de Cultura y conselleria buscan desbloquear el futuro del Museo de Bellas Artes de Valencia

El Museo de Bellas Artes de Valencia presentó el 17 de febrero de 2016 el borrador del plan museológico, un documento que articula el nuevo discurso expositivo de la pinacoteca. Más de un año después, el proyecto está en 'stand by'. La filosofía de esta hoja de ruta, la valencianización del centro de arte, está en punto muerto, en cuarentena, en suspenso... ¿La razón? Las objeciones del Ministerio de Cultura, titular de la institución museística, que cuestiona el viraje valenciano de una pinacoteca nacional. El Ejecutivo enmienda el planteamiento impulsado por el equipo de José Ignacio Casar Pinazo. Sin el visto bueno del Ministerio, el futuro del Bellas Artes está bloqueado.

Para evitar que el plan museológico continúe en letargo, la pinacoteca acogerá el próximo 9 de marzo una jornada en el que representantes del Gobierno, responsables de la Generalitat y representantes de la sociedad civil abordarán cómo desbloquear la situación del Bellas Artes. Se trata de acercar posturas oyendo todos los puntos de vista posibles (universidad, gestores públicos, expertos, etcétera) y buscar fórmulas para consensuar la hoja de ruta a aplicar. Es un encuentro necesario porque poco se ha avanzado desde que se presentara el borrador del plan museológico en febrero de 2016, pero la jornada evidencia tanto que Casar Pinazo tiende la mano a encontrar caminos intermedios en su propuesta como que el Ministerio es parte de la solución.

Está previsto que asistan Miguel González Suela, subdirector general de Museos Estatales; Blanca Padilla, jefa de Infraestructuras de Museos Estatales; Antonio Bravo, subdirector de Patrimonio de la Generalitat; Joan Llinares, gestor cultural y exdirector económico del IVAM; Ester Alba, decana de la Facultad de geografía e Historia de la Univervitat de València; Marina Morante, directora del Bellas Artes de Málaga; y Felipe Garín, exdirector del Consorcio de Museos y director honorario del Prado, entre otros.

En la reunión del próximo jueves, además, se profundizará en el modelo que dote de autonomía al Bellas Artes de Valencia, otra cuestión que también está bloqueada. Sobre la mesa está la propuesta de un consorcio, pero poco se ha profundizado en esta cuestión, por tanto no se descarta otra fórmula alrededor de la que se articulen las instituciones que forman parte de los órganos de gobierno de la pinacoteca. En principio, Ministerio, Generalitat y Academia de San Carlos son las entidades que se han de vincular normativamente al modelo de gestión, pero existe «voluntad política de que se integre el Ayuntamiento de Valencia y la Diputación», según fuentes del Bellas Artes.

El resultado de las jornadas previstas para el 9 de marzo será un nuevo punto de partida. Cerrar un plan museológico definitivo es básico para poder trabajar posteriormente en el proyecto museográfico del Bellas Artes de Valencia. Desde la pinacoteca resaltan el apoyo del Ministerio en el centro de arte y ponen como ejemplo que el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) esté trabajando en la restauración de catorce piezas de la colección permanente del museo, dado que la pinacoteca no ha aumentado la plantilla de conservadores y restauradores.

En transformación

Que el Ejecutivo cuestione parte del plan museológico de Casar Pinazo (la valencianización del discruso expositivo) no significa que el proyecto del 'nuevo' Bellas Artes esté paralizado. Así, se han recuperado la celebración de reuniones del Patronato, se ha activado la línea de adquisición de compras, se han retomado las relaciones con las instituciones (universidades, centros de formación, etc).

Todas las partes implicadas coinciden en que el Museo de Bellas Artes de Valencia no ha de funcionar como galería y limitarse solamente a la exhibición de obras de arte. Su planteamiento es más ambicioso. Desea a ser un centro vinculado con la ciudad, la historia y la sociedad. Una meta que sólo se puede conseguir con actividades más allá de las exposiciones de su fondo artístico.

En la actual revisión de la relación del museo con el entorno es esencial mejorar la oferta cultural destinada a captar nuevos públicos y a ampliar el número de visitantes con programas como 'Conozcamos la colección' o el ciclo 'Cine y arte'. La pinacoteca tampoco quiere descuidar la línea de investigación. De hecho, acaba de reiniciar la elaboración de publicaciones relacionadas con las obras expuestas en el centro cultural y retomará la publicación de catálogos de las exposiciones temporales.

El Museo de Bellas Artes de Valencia está inmerso en un proceso de transformación. En esta singladura, Casar Pinazo no renuncia a las muestras potentes. Lo dejó bien claro en la presentación de 'Miradas fotográficas': «Queremos mimar a los coleccionistas privados para retomar las grandes exposiciones». El director es consciente de que la pinacoteca sólo se hará fuerte si cuenta con la complicidad de los amantes del arte. Los fondos del Bellas Artes son extensos, pero en manos privadas se hallan joyas de incuestionable interés museístico. Tampoco obvia el director que el Bellas Artes necesita extenderse más allá de los muros: «Es imprescindible firmar convenios con la Universidad Politécnica de Valencia y con la Jaume I de Castellón». La pinacoteca tiende la mano a instituciones formativas, como ESAT o ADEIT.

En el horizonte del museo, antes llamado San Pío V, también se encuentra el proyecto por abordar en exposiciones otras disciplinas, como las artes suntuarias, la arquitectura, el dibujo, etcétera.