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Efectos de la tormenta en Sueca, ayer por la tarde. Jesús Signes

Las trombas imprevisibles golpean Valencia

El temporal se ceba con la Ribera y la Safor y complica las comunicaciones: incidencias menores en tráfico, suspensión de vuelos y trenes y daños de escasa cuantía en una jornada marcada por el recuerdo del 29-O

Jorge Alacid

Valencia

Martes, 30 de septiembre 2025, 00:40

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Alerta roja significa según AEMET la clase de contingencias que se pueden producir cuando el peligro meteorológico es extremo: es decir, «fenómenos no habituales de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto». Ese fue el aviso que se lanzó el domingo por Valencia, ante la entrada de un temporal amenazante que seguía la estela de una borrasca tropical llamada 'Gabrielle'. Sus efectos se previnieron con antelación. Hubo un envío de alerta a móviles por SMS desde la Generalitat muchas horas antes de que amaneciera un lunes presidido por nubes, tormentas y otras variables (un minitornado en la Safor, por ejemplo) que confirmaron los presagios pero que la ciudadanía sobrellevó sin graves sofocos. Vuelos y trenes cancelados, algunos daños de escasa cuantía en infraestructuras, carreteras bloqueadas en algún punto... Nada que ver desde luego con la catástrofe del 29 de octubre del año pasado, la dana fatídica cuyo recuerdo presidió la jornada: en la mentalidad colectiva, temerosa de vivir otro día infernal, y también en la reacción de la Administración, más diligente y ágil que entonces.

La incidencia más relevante tuvo que ver con la repercusión de todo ese sistema de avisos que se puso en marcha sobre la vida ciudadana. No sólo porque se suspendieron las clases en colegios del territorio más proclive a sentir el impacto del temporal, que coincidía más o menos con los contornos de la zona cero, la más golpeada hace once meses, sino también porque en consecuencia descendió el nivel de tráfico en Valencia y su entorno, en especial las comarcas del sur: el temporal siguió una curiosa trayectoria a lo largo del día, de acuerdo con una secuencia que primero golpeó la comarca de la Safor y luego se cebó con las localidades más cercanas a la capital. El Perelló, Cullera o Mareny, donde a medida que avanzaba la tarde, la situación se complicaba como refleja una cifra muy elocuente: hacia las 18.30 horas, Avamet ya tenía registrada una precipitación acumulada de 144 litros por metro cuadrado en Sueca, donde siguió lloviendo cuando anochecía.

Esa trayectoria que dibujó el temporal tenía su explicación científica. El huracán 'Gabrielle', de origen tropical, había llegado a la costa suroeste de la Península luego de golpear el archipiélago portugués de las Azores, dejando una estela de lluvias, tormentas, mala mar y vientos de unos 200 kilómetros por hora: «Un temporal bastante duro», en palabras del meteorólogo de Meteored Samuel Biener. Al contacto con la tierra, fue perdiendo fuerza pero no hasta el punto de quebrar del todo su intensidad como pudo observarse en la Comunitat durante todo el lunes. Su impacto se notó en el interior de la provincia de Castellón, de acuerdo con una pauta que se trasladó posteriormente a Valencia e incluso a Alicante: Dénia y su entorno sufrieron cortes de tráfico en carreteras comarcales, que fueron también la tónica en las demás provincias. Una suerte que corrieron otras infraestructuras valencianas y castellonenses, también de orden menor, que aunque complicaron la circulación no llegaron a impactar sobre el tejido global de comunicaciones.

Estas incidencias, aunque de escasa entidad, reflejaron el panorama de conjunto que resume el impacto del temporal sobre la Comunitat: rutinas alteradas, también porque prendió una cautela máxima entre quienes tenían que desplazarse por las zonas donde se esperaba un temporal más acusado. El llamamiento de las distintas administraciones a aumentar la cautela hizo efecto entre los conductores, tal vez porque en este escenario fue donde más repercutió el recuerdo del 29 de octubre y los daños que ocasionó en vidas y bienes entre quienes iban al volante de sus vehículos en esa infausta fecha.

«Puede no llover durante horas y de repente caer todo de golpe», advirtió Avamet en alusión a una tormenta «imprevisible»

En realidad, el efecto de esta 'Gabrielle' que aterrizó en la Comunitat ya resacosa no se notó tanto en los pueblos del curso bajo del Poyo como en otras comarcas que sí esquivaron el impacto más cruel de la dana. Localidades como Manises, Aldaia (con sus defensas sobre el barranco de la Saleta reforzadas con éxito, pese a algún susto a primera hora) o Pedralba sintieron ayer el impacto del temporal con precipitaciones intensas que se fueron amortiguando a medida que avanzaba el día y el frente se dirigía hacia la Safor, para cebarse con especial intensidad sobre Gandia. Tanto la población ducal como sus alrededores vivieron momentos de tensión a primera hora de la mañana, como se deduce de un dato facilitado también por Avamet: los 225 litros por metro cuadrado recogidos en el área que incluye de Gandia, Parpalló y Borrell, donde no llovía tanto en un solo día desde la pasada década.

Una llamativa estadística que avalaba el dictamen que ya se podía emplear como conclusión cuando atardecía: el sur de Valencia sufría entones con una furiosa saña las consecuencias de las tormentas, que durante todo el día habían acumulado lluvias copiosas en municipios como Oliva, Xeraco, Barx o Tavernes. En la cercana costa de Gandia, las imágenes despertaban una honda inquietud. Playas inundadas, alcantarillado desbordado, calles cortadas y caminos al borde del colapso tras recibir una tromba de agua que acabó por afectar también a localidades del norte, haciendo bueno el pronóstico de los expertos: hacia el mediodía, desde Avamet (entidad que integra a los meteorólogos valencianos) ya se había avisado de que la Comunitat se asomaba a una situación «inédita». «Puede no llover durante horas y de repente caer todo de golpe», alertaron en alusión a una tormenta calificada como «imprevisible».

Imagen principal - Las trombas imprevisibles golpean Valencia
Imagen secundaria 1 - Las trombas imprevisibles golpean Valencia
Imagen secundaria 2 - Las trombas imprevisibles golpean Valencia

Un preocupante pronóstico (de nuevo, con la dana de hace once meses presente en la memoria) que justificaron porque «los modelos meteorológicos están entrenados con lo que conocen». Es decir, que una especie de extormenta tropical como 'Gabrielle' escapaba de sus análisis históricos y condenaba a la incertidumbre a municipios como los surcados por la A-3, que anoche sufrieron igualmente la visita del temporal. La tormenta, en efecto, era indetectable para esas horas. Incluso existió en algún momento el peligro de que se hiciera estática y descargara de golpe una cantidad exagerada de lluvia sobre un punto muy concreto, localizado en una imprecisa área identificada por Avamet: nada menos que en toda la extensión del golfo de Valencia.

Ese factor de incertidumbre justificó que los municipios localizados en la zona cero de la dana extremaran las medidas de cautela, a medida que llegaban noticias de nuevas incidencias. Cuatro vuelos anulados en el aeropuerto de Manises, suspensión momentánea del tráfico ferroviario, sobre todo en cercanías aunque también con una interrupción solventada en poco tiempo en un par de trayectos del AVE, y del transporte de Metro Valencia... Las pedanías del sur de la capital, otro territorio devastado por la dana del año pasado, sufrieron asimismo las consecuencias del temporal, que al menos no dejaron daños personales. Sólo hubo un rescate en una carretera de Castellón, en el término de Sant Jordi, como toda incidencia en este apartado, saldado sin mayores problemas.

La lluvia caída en Gandia, golpeada por el agua como toda la Safor, fue histórica: no llovía tanto en un sólo día desde hace una década

En general, la Comunitat logró salvar sin severos contratiempos el choque más brutal contra la estela de 'Gabrielle'. Los expertos habían avisado de que se esperaban 24 horas cruciales «con rachas de viento muy fuertes y lluvia», tal y como indicaba el modelo europeo de predicciones que también aventuraba que anoche el temporal debía tomar rumbo hacia el norte de Marruecos, donde pronosticaban que toque tierra este martes. Las imágenes por satélite evidenciaban que lo peor de la tormenta se situaba a última hora en el Mediterráneo, en el espacio que media entre la costa de Alicante y las Baleares, aunque sus efectos se notaban también en el interior de Valencia. Con una particularidad. Tal vez también lo ocurrido durante la dana explique que las previsiones de los expertos apuntaran a que el comportamiento de estas precipitaciones se guía por criterios impredecibles. De ahí su consejo final: «No hay que perder de vista a 'Gabrielle' en ningún momento». Ni siquiera cuando ya no era un huracán: es un exhuracán, pero dañino.

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