Juicios entre mascarillas, plásticos y contadores de aforo

La Ciudad de la Justicia de Valencia, al igual que las otras 62 sedes judiciales de la Comunitat, estrenó ayer nuevas medidas de seguridad en una jornada marcada por la reactivación de los plazos judiciales. Aunque las instalaciones registraron una actividad baja que se espera que se incremente con el paso de las semanas ya se pudieron observar los que serán los nuevos acompañantes de jueces, fiscales y abogados en esta nueva etapa marcada por el coronavirus. Mascarillas, mamparas, geles hidroalcohólicos, plásticos protectores y hasta contadores automáticos de aforo ya son los otros protagonistas.

A primera hora de la mañana ya había cola para entrar al recinto y cada persona se situaba en el espacio delimitado en el suelo para mantener la distancia de seguridad y contaba con una mascarilla, ya que su uso es obligatorio. Antes de acceder a las instalaciones, un agente de la Guardia Civil recibía a los profesionales y recordaba a los funcionarios que tenían una puerta particular ya que en la principal quedaban registradas cada una de las personas que accedían al edificio gracias a un contador de aforo automático que se estrenó durante la jornada. Una de las novedades presentes en el protocolo que se estrenó ayer es que, a diferencia que antes de la cuarentena, no todo el mundo podía acceder a la Ciudad de la Justicia. Para el público general es necesario pedir cita previa y fueron decenas de personas las que tuvieron constancia de la noticia en la misma puerta. Otras aseguraban que habían intentado realizar el trámite de forma telemática pero que la web daba problemas y se marchaban indignadas.

En el interior, el dispositivo de seguridad estaba reforzado y, como es habitual, se mantenían otras medidas previas como la obligación de pasar por el detector de metales. El gran pasillo central lucía vacío ya que aunque la actividad se ha retomado con la reactivación de los plazos procesales eso no tuvo una consecuencia directa en los juicios. Se notará de forma más clara a partir del lunes. Los trabajadores relataban que sí había más movimiento en las oficinas que en las salas, ya que, aunque ayer aunque tuvieron lugar unos pocos juicios puntuales de naturaleza penal o familiar que se unieron a los urgentes que nunca se han dejado de celebrar, la mayoría de los juzgados permanecían cerrados y los magistrados trabajaban en los despachos de cara a las próximas semanas.

El personal de mantenimiento ultimaba la preparación de los espacios en los que se suelen producir aglomeraciones puntuales y se disponían de pegatinas separadoras en el suelo para tratar que en un futuro se mantenga la distancia de seguridad. En el ala central ya estaban señalizados los carriles para circular en una u otra dirección y las sillas y bancos que estaban presentes permanecían precintados.

Una magistrada relató como en un juzgado de lo penal tenían programadas ocho vistas y en cada una de ellas se aplicó el protocolo. Todos los asistentes contaban con una mascarilla pero se habían desecho de la toga y respetaban la distancia de seguridad. Los micrófonos estaban precintados con plásticos y entre cada sesión se procedía a la desinfección de la sala. Dos trabajadoras del servicio de limpieza aseguraron que la jornada era "un no parar" ya que pese a que los juicios eran muy reducidos era el primer día en el que se ponía en marcha el protocolo y todo debía estar "cuidado al detalle". Además, apuntaron que aún queda por perfilar la organización ya que consideraron que no es operativo que una misma persona se encargue de desinfectar salas que están en pisos diferentes ya la gran extensión de la Ciudad de la Justicia "obliga a estar todo el día para arriba y para abajo".

Al igual que el resto de sedes judiciales, en la Ciudad de la Justicia se ha reducido el aforo máximo a un tercio del total, 3.927 personas en unas instalaciones pueden albergar hasta 13.000. El máximo de funcionarios que pueden entrar al recinto será de 1.797 pero ayer acudieron algo menos de la mitad ya que la vuelta es escalonada. El resto de aforo corresponde a un máximo de 2.130 profesionales y público general aunque ayer al no celebrarse apenas juicios y estar la actividad limitada ni tan siquiera se llegó a un centenar de personas al mismo tiempo, según confirmó un agente de la Guardia Civil que realizaba tareas de seguridad. Eso sí, la jornada de ayer sirvió para poner aprueba un dispositivo que parece que ha llegado para quedarse.