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El condenado por las agresiones sexuales a su hija y una amiga y grabarlas en el baño. I. Cabanes

Once años de prisión para un pederasta por agresión sexual y grabar en el baño a su hija y una amiga

La Audiencia de Valencia le condena por agredir sexualmente a las dos menores, de ocho años, por descubrimiento y revelación de secretos y por la pornografía infantil

Ignacio Cabanes

Valencia

Sábado, 6 de diciembre 2025, 00:41

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La alerta roja por el «riesgo extremo de lluvias» en la dana del pasado 29 de septiembre obligó a cancelar varios juicios en la Audiencia Provincial de Valencia, alguno de ellos causa con preso como en este caso, pero el temporal no iba a ser un impedimento para que antes o después el peso de la ley caiga sobre este pederasta que además de realizar tocamientos a la hija de su pareja y a una amiga, ambas de ocho años, colocó un teléfono móvil oculto en el baño para grabar a las menores. Ahora el acusado ha sido condenado a once años de cárcel, de los trece a los que se enfrentaba, tras reconocer los hechos ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia de Valencia.

La sentencia, dictada in voce tras el acuerdo de conformidad alcanzado, lo condena por dos delitos de agresión sexual a menor de edad, dos delitos de descubrimiento y revelación de secretos (por grabar a las menores en el baño sin su consentimiento) y un delito de posesión de pornografía infantil, ya que la Guardia Civil le incautó gran cantidad de material pedófilo.

Le tapa con una manta y le hace creer que es un juego

El primer episodio probado se produjo en julio de 2024 en el domicilio familiar, en una localidad de l'Horta que este periódico no revela para proteger el anonimato de las menores. En un momento dado de la noche, cuando se encontraba la pareja junto a la menor sentados los tres en el sofá, y aprovechando que la madre se había quedado dormida, el ahora condenado realizó tocamientos a la menor primero por encima de la ropa y después introduciendo su mano, hasta que la niña de ocho años le apartó.

Asimismo, al día siguiente, y estando a solas con la menor, la sentó en el sofá y bajo el pretexto de que iban a jugar a un juego, tapándole la cabeza a la menor con una manta, pero guiado con un ánimo libidinoso, le bajó los pantalones y la ropa interior a la niña. En ese momento la pequeña se incorporó y se negó a seguir jugando, diciéndole a su padrastro que ese juego no le gustaba. De igual modo trató que le diera un beso pero la niña se negó.

También consta acreditado que el acusado colocó su teléfono móvil en modo grabación en el cuarto de baño para capturar imágenes de la hija de su pareja desnuda, llegando a conseguirlo como se ha demostrado tras el volcado realizado por la Guardia Civil.

Ese mismo mes de julio, tan solo diez días después de estos hechos, el condenado aprovechó que una amiga de su hija, de nueve años, se quedó a dormir en en su casa para acostar a ambas menores en su propia cama a su lado. Sobre las 22.20 horas de la noche, mientras la menor se encontraba acostada jugando a la videoconsola, el acusado aprovechó para hacer un vídeo enfocando a sus partes íntimas, sin que la niña se percatara. Posteriormente, a las tres de la madrugada, le realizó tocamientos hasta que la pequeña se despertó y le apartó la mano.

La sentencia también prueba que colocó de nuevo su teléfono móvil, estratégicamente en un punto del cuarto de baño, y lo puso a grabar a sabiendas de que las menores iban a entrar para así obtener imágenes íntimas de esta niña.

Mediante este mismo método, también tomo imágenes y grabó un vídeo de las partes íntimas de su hijastra, colocando el móvil enfocado al espejo del baño para grabarla desnuda, al saber que se iba a duchar. Posteriormente, estando a solas en una de las habitaciones del domicilio de nuevo le realizó tocamientos y le dio besos a esta segunda víctima. La menor incómoda pidió llamar a un familiar para que la recogiera inmediatamente. Como suele ocurrir en este tipo de casos, el acusado le dijo que no le contara a nadie lo que había ocurrido.

La guardia civil realizó un registro domiciliario en la vivienda del acusado en un municipio de l'Horta y se le intervinieron diversos terminales móviles, discos duros y una memoria USB. Tras ser debidamente analizado todo el material de almacenamiento informático por la unidad de Delitos Tecnológicos de la Comandancia, se constató que guardaba gran cantidad de archivos de pornografía infantil, tanto material pedófilo que había descargado como imágenes y vídeos de las niñas que él mismo había grabado.

La Audiencia Provincial de Valencia lo condena a un total de once años de cárcel. Por el primer delito continuado de agresión sexual a menor de edad a cuatro años de prisión. Por el segundo a dos años y por cada uno de los delitos de descubrimiento y revelación de secretos le impone una pena mínima de dos años y medio de cárcel al haber reconocido los hechos. Además deberá pagar sendas multas de 2.700 y 900 euros.

De igual modo se le prohíbe aproximarse a menos de 300 metros de sus víctimas y de comunicarse con ellas durante cuatro años tras finalizar la condena y una medida de otros dos años de libertad vigilada. En concepto de responsabilidad civil deberá indemnizar a cada una de las menores con 3.000 euros. El condenado, de nacionalidad colombiana y que carece de residencia legal y arraigo en territorio español, ha solicitado ser expulsado a su país tras cumplir dos tercios de la pena.

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