Ingenieros alertan de la falta de mantenimiento de Forata y otras presas: «Si no se toman medidas, se romperá una»
El Instituto Español de Ingeniería exige más inversión por el envejecimiento de los pantanos y lamenta la «gestión ineficaz de la dana por la falta de conocimiento en el Cecopi, lo que multiplicó los daños y las víctimas»
Manuel García
Valencia
Martes, 21 de octubre 2025, 14:00
No es ni mucho menos casual que cuando se acerca el primer aniversario de la dana, el Instituto de la Ingeniería de España y el ... Colegio de Ingenieros organizara este martes en Madrid una jornada sobre la seguridad de las presas españolas bajo un epígrafe que deja poco espacio a las dudas sobre el diagnóstico: «Una prioridad inaplazable».
Y, como era de esperar, la dana del pasado 29 de octubre fue protagonista en muchos momentos de la jornada, con Forata como referencia negativa. Calificaron de «alarmante» el estado de esta presa, que depende de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Recordaron que durante la dana de octubre de 2024, un fallo estructural habría liberado una avenida de hasta 20.000 metros cúbicos por segundo, afectando a más de 110.000 habitantes en municipios como Turís, Montroi, Real, Carlet o Algemesí y provocando pérdidas humanas y económicas mucho mayores de las que ya causó.
A día de hoy, recordaron Forata, con más de 50 años, ya que se hizo en 1969, «no cuenta con un plan de emergencia implantado. No existen sirenas, señalización de evacuación ni protocolos activos, por lo que durante la dana no se emitió ninguna alerta a la población».
La presa, según denunciaron los ingenieros, «sin plan de emergencia implantado y con 110.000 habitantes en riesgo, ejemplifica el deterioro de un sistema en el que el 75% de las presas estatales carecen de medidas básicas de seguridad y el 65% necesitan renovar sus sistemas de vigilancia».
Así, fueron rotundos: «Si no se toman medidas, sí se puede romper una presa». Es más, en el litoral mediterráneo, el número de personas en riesgo sube hasta el millón debido a las carencias en los pantanos.
«El caso de Forata simboliza la vulnerabilidad del sistema», explicó Jesús Contreras, vocal de la Junta Directiva de la Asociación Caminos pese a que se comportó de manera muy eficaz el 29 de octubre del pasado año. «El problema no es solo técnico, es institucional. No existe un organismo independiente con autoridad y recursos para garantizar la seguridad de las presas públicas. En España, seguimos dependiendo de estructuras administrativas que son juez y parte», agregó.
Contreras añadió que aunque los desagües de fondo no estaban reparados, «no hubieran valido para nada en esta avenida, porque estás hablando de 20 o 30 metros cúbicos por segundo, pero sí para antes de las avenidas, para mantener el embalse a los niveles de seguridad que recogía el plan de explotación».
Con respecto a las obras de emergencia previstas por la CHJ, destacó la situación de la margen derecha de la presa, ya que «se debe garantizar la imposibilidad del vertido lateral en caso de grave avenida mediante el cierre de la zona de cota menor que la coronación, con un muro de la suficiente entidad como para darle continuidad al cuerpo de presa».
Así, explicó que en la ficha técnica de Forata se puede ver que hay un punto en el collado lateral que tiene la cota tres metros por debajo de la coronación, lo cual quiere decir que si el embalse llegó a la 384,90, el portillo de la margen derecha se quedó a poco más de un metro de desbordarse: «Es decir, si se desborda la presa por el portillo, va hacia el estribo derecho. Y todos sabemos lo que puede pasar con un caudal incontrolado cayendo por el estribo derecho de una presa que con cierta forma de arco que tiene te la puede descalzar y ahí sí que estaba el peligro. Ahí sí que se entiende lo que podía haber pasado».
Lamentó, tanto la escasez de la inversión en el parque de presas y la situación precaria de los ingenieros encargados del control de las mismas y señaló que si en Forata se hubiera producido la rotura, las consecuencias para ellos incluso podrían haber sido de cárcel. También echó en falta más profesionales de su área en este campo.
El ingeniero también citó otras presas que presentan deficiencias significativas, como la del Tejo (Segovia) —que afecta a poblaciones del municipio madrileño de Cercedilla y está sujeta a avisos recurrentes por parte de ese ayuntamiento por riesgo de rotura—, así como las de Arenós y María Cristina (Castellón), ambas bajo gestión de la CH del Júcar, que requieren refuerzos estructurales y mejoras de auscultación.
Los diferentes ponentes, como no puede ser de otra manera, también efectuaron numerosas referencias a la dana del pasado 29 de octubre que afectó a la provincia de Valencia.
Respecto a la gestión de la seguridad, se apuntó que episodios como la dana «evidenciaron estas deficiencias: una gestión ineficaz de la emergencia, derivada de la falta de conocimientos hidrológicos e hidráulicos en el Cecopi, multiplicó los daños y víctimas».
José Trigueros, presidente de la asociación de Ingeniería de Caminos, también lamentó la situación «de los pobres ingenieros que estaban trabajando en condiciones penosas, infradotados y trabajando 24 horas», situación en la que incidieron otros ponentes.
Francisco Bueno, profesor de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Burgos, se refirió en su discurso sobre la rotura de pantanos a «la mal llamada pantanada de Tous», en un día del que este lunes se cumplieron 43 años, que fue «una concatenación de errores, algunos de ellos humanos». Defendió que el pantano de Tous «evitó más problemas de los que ocasionó, porque dio más tiempo a actuar» y alabó la labor en episodios posteriores de las presas de Escalona y Bellús.
Momento crítico
Según los organizadores de la jornada, la seguridad de las presas en España atraviesa un momento crítico. Más del 75% de las 375 presas de titularidad estatal carecen de planes de emergencia implantados y muchas presentan deficiencias graves de mantenimiento y seguridad. El 65% necesitan renovar o sustituir sistemas de auscultación y la mitad requieren una rehabilitación de desagües de fondo.
La edad media de las presas españolas es de 50 años. Más de 600 superan el medio siglo y un centenar tienen más de un siglo de antigüedad. Este envejecimiento exige actuaciones constantes de mantenimiento, modernización y control que hoy no se están realizando con la intensidad necesaria.
A ello se suma una normativa ambigua, la falta de un organismo gestor independiente y el grave déficit de inversión pública que sufren unas infraestructuras esenciales para la vida cotidiana. El parque de presas español garantiza el agua de consumo, el riego agrícola, la energía hidroeléctrica y la protección frente a sequías, inundaciones e incendios. Sin embargo, su envejecimiento y el abandono de la conservación ponen en riesgo un servicio público básico, igual de importante que el mantenimiento de carreteras, hospitales o redes eléctricas: «La sociedad civil tiene derecho a conocer esta realidad y exigir soluciones: sin inversión, la seguridad no está garantizada».
Ante este panorama, la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil, junto con el Instituto de la Ingeniería de España, ha celebrado este encuentro que busca analizar la situación actual, reclamar medidas urgentes y presentar el Manifiesto por la seguridad y conservación de las presas en España para dar visibilidad a este debate urgente sobre la conservación de infraestructuras críticas y el papel de la ingeniería como garante de la seguridad pública.
Conclusiones y medidas urgentes
En el acto se leyó el Manifiesto por la seguridad y conservación de las presas en España, promovido por la Asociación Caminos y el Instituto de la Ingeniería de España.
Entre las medidas urgentes destacan:
1. Incrementar la inversión en mantenimiento y modernización.
2. Implantar los planes de emergencia pendientes en todas las presas estatales.
3. Crear un organismo técnico independiente, con autoridad y financiación propia.
4. Reinstaurar el Servicio de Vigilancia de Presas, con personal cualificado.
5. Actualizar la normativa con criterios vinculantes y de adaptación al cambio climático.
6. Establecer una moratoria en la demolición de presas sin estudios técnicos y patrimoniales rigurosos.
«Las presas son infraestructuras críticas para la seguridad, la energía y el medio ambiente. No se trata de conservarlas por nostalgia, sino de garantizar la vida y la seguridad de todos», concluyó José Trigueros.
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