Compromís y PSPV permitían el bou embolat en varias localidades pese a prohibirlo en las pedanías de Valencia
La alcaldesa Catalá levanta el veto al festejo taurino y se celebrará la próxima semana en Carpesa
Las pedanías de Valencia volverán a celebrar el bou embolat, tras siete años de prohibición por parte del gobierno municipal de Compromís y PSPV al considerar esta modalidad como maltrato animal. Carpesa será la primera en organizar este acto taurino, el próximo día 16 de este mes, tras levantar la nueva alcaldesa, María José Catalá, el veto a estos festejos tradicionales. Aunque esa prohibición que decretó Ribó muestra un doble rasero del gobierno del Botánico. Mientras en Valencia no se permitía el bou embolat, en muchas otras poblaciones gobernadas en coalición por estos dos partidos de izquierda sí se dejaba que se llevaran a cabo.
Municipios como Llíria, Meliana, Rafelbunyol, Moncada, Bonrepòs o Chiva, entre otros, han permitido durante todos estos años, con Compromís y PSPV en el poder, que se celebrara el bou embolat en las fiestas, mientras en las pedanías de Valencia estaba prohibido. Además en Vila-real, donde en las últimas elecciones municipales de mayo el partido nacionalista logró entrar en el poder con tres concejales, junto a los 11 de los socialistas, se celebraron el pasado sábado día 3 los festejos y embolaron dos toros. Incluso en Castellón de la Plana en febrero se embolaron 15 toros el mismo día, cuando todavía gobernaba el PSPV.
Se trata de una tradición muy arraigada en varias comarcas de las provincias de Valencia y Alicante y en la totalidad de la de Castellón. Las pedanías de la ciudad en las que Ribó decidió no permitir estos festejos son Carpesa, Borbotó, Vinalesa, Benifaraig y Massarrojos, que dependen de Valencia. «Han jugado con la ilusión de mucha gente, en las pedanías la afición que hay es tremenda, y los han destrozado moralmente, tienen una impotencia enorme, porque ha sido una sinrazón, no hay motivos para prohibirlo», señala Juan García 'Joanot', muy conocido en este sector, ya que lleva cuatro décadas como embolador en los festejos.
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También en Turís se llevan haciendo bous embolats desde hace años, pese a que la alcaldía es socialista, igual que ocurre en Monserrat, donde en agosto fueron las últimas celebraciones de esta modalidad. Otros gobiernos municipales del PSPV que no han puesto problemas a embolar toros han sido los de Picassent, Massamagrell, Yátova, Montroy, Foios, Mislata y L'Alcora, entre otros. Alcaldes socialistas que por lo visto no comparten la visión de Sandra Gómez, que en su etapa de vicealcaldesa de Valencia defendía que Valencia era una «ciudad libre de tortura y crueldad animal» al prohibir esta modalidad.
En cambio municipios como Sueca o Xàtiva, con Compromís y PSPV respectivamente al mando, tienen prohibidos estos festejos taurinos, y hace unas semanas también los vetó el nuevo alcalde de El Verger, mientras que otras localidades donde tampoco estaban permitidos en los últimos años con Compromís, como Alcúdia de Crespins, Catadau y Xirivella, han cambiado de color político en las últimas elecciones y tienen alcaldes populares, por lo que las fiestas de bous al carrer regresarán en breve.
«Donde está el PSPV solo no pasa nada, el problema viene con Compromís, porque ponen el foco en el bou embolat, dicen que es un maltrato, pero sin embargo los estudios hechos por veterinarios determinan que el toro ni se queda ciego ni le ocurre nada, pero nadie se ha dignado a ir a ver cómo está el toro después, está perfectamente», asegura Joanot García. «El alcalde de Chiva era de Compromís pero sabía que si prohibía los toros no lo iban a votar y los permitió», indica.
También el embolador de Borbotó Boro Monca muestra su alegría por el fin de esta prohibición. «Ha sido una aberración de la clase política, han prohibido el toro porque les ha dado la gana, sin contar con nosotros, ha sido una dictadura prohibicionista. En otras localidades de aquí al lado nadie se ha atrevido a prohibirlo porque saben que van a la calle. Lo mínimo es consultar con la pedanía, con las peñas, pero nunca lo hicieron. Nunca se tenía que haber politizado los toros, son del pueblo, y los herrajes no les causan daño en los ojos», expresa. En Borbotó el bou embolat será en octubre.
En la Comunitat hay casi 2.000 bous embolats al año en las distintas poblaciones de la región. «En la provincia de Valencia los festejos duran 45 minutos con cada toro, en Castellón unos 25», dice el especialista. Se tarda unos 30 segundos en poner las bolas de fuego en las astas del animal, que es el momento más crítico y donde se producen las escenas de mayor tensión que más suelen criticar desde el sector anti taurino. «Ha podido haber algún accidente pero los toros no suelen sufrir quemaduras, las bolas no gotean, aunque caiga alguna chispa la piel del toro es gordísima y no les pasa nada, no hay lesiones en los ojos y de hecho esos mismos toros vuelven a ser embolados sin problemas otras veces», señala García, que este último año emboló 130 toros.