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El polideportivo municipal de Alfafar acoge a alumnos de los colegios Rabisancho y Orba. JL Bort

'Clases' en el polideportivo de Alfafar ante el retraso de las obras de reconstrucción

Dos de los tres colegios públicos de la localidad, muy afectada por la dana, no han podido iniciar el curso en tiempo y forma

Joaquín Batista

Valencia

Martes, 9 de septiembre 2025, 11:19

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El polideportivo municipal de Alfafar se ha convertido este martes en un centro educativo accidental al prestar servicio a las familias de los colegios Rabisancho y Orba que no han podido iniciar el curso en tiempo y forma por retrasos e imprevistos en las obras de sus escuelas.

Se trata de dos de los tres colegios públicos de Infantil y Primaria de una de las localidades más afectadas por la dana, y se sitúan en el parque Alcosa, barrio de gente humilde y trabajadora pegado a Massanassa. Muy cerca están las antiguas instalaciones del Ausiàs March y el Lluís Vives, otros centros gravemente dañados por la riada y también afectados por la demora en el montaje de las prefabricadas que les acogerán. Como los anteriores, tendrán que esperar al jueves para iniciar el ejercicio.

Por contra, Alfafar sí ha tenido un inicio de curso normal en el instituto 25 d'Abril, en el que todavía quedan algunas reparaciones en los espacios de ciclos formativos, en el Ceip La Fila (que acogió a los alumnos del Orba el curso pasado) y en los tres concertados: María Inmaculada, Guía y Vamar. Cabe recordar que se volvía a clase hoy porque el lunes fue festivo en el municipio, que ha celebrado sus fiestas.

El Ayuntamiento, ante la posibilidad de que el arranque se retrasara por la situación de los barracones del Orba, contactó con Suma, la concesionaria del polideportivo, para diseñar una alternativa que se activó en cuanto la conselleria oficializó que el alumnado volvía a las aulas el día 11. Una veintena de monitores se encargan del cuidado de los pequeños mediante actividades lúdicas que van desde las nueve hasta las 13 horas, sin contar la escola matinera. El servicio, con espacios separados para Infantil y Primaria, se podría alargar hasta el viernes si se produce alguna demora adicional, como explica la concejala de Educación, Amparo Sanjuan.

En esta primera jornada han sido pocos los niños que han recurrido a la alternativa municipal. Por la mañana lloviznaba, hay declarada una alerta amarilla y el efecto psicológico de lo vivido el 29 de octubre es enorme en la zona. Los alumnos llegaban con madres y abuelas, sobre todo, que se mezclaban con los usuarios habituales del gimnasio o las pistas de pádel. Los niños eran recibidos por los monitores, que registraban algunos datos y pasaban a las instalaciones. Mientras, de fondo, se escuchaba la ambientación musical de la actividad de 'zumba'.

María Amparo Roig ha llevado a su hijo de 5º. «En casa se aburre y ya tiene ganas de estar con sus compañeros», decía. Y sobre la situación de los barracones, considera que «aunque se han arreglado muchas cosas en el pueblo esto era preciso, porque los niños ya han perdido bastantes clases como para ahora tener que esperar un poco más». «Tienen ganas de colegio y de retomar su rutina de siempre», sentenciaba. Maite, madre de la escuela infantil Rabisancho cuya hija pasa este curso al Orba, describía la situación de forma más gráfica. «Salimos del barro para meternos de nuevo en él», lamentaba, aludiendo a las carencias que, a día de hoy, aún presenta el centro provisional. «No es normal que once meses después nuestros hijos no tengan disponible una escuela adecuada», concluía.

Los barracones que acogerán al Orba se sitúan en la zona de los Alfalares y aunque los módulos ya están instalados, queda trabajo pendiente en el entorno, como terminar de adecuar el patio de Primaria y, sobre todo, el de Infantil. Miriam Martínez, presidenta de la Ampa, estuvo el lunes por la tarde en las inmediaciones y destacaba que faltan todavía detalles como servicios de luz o agua. En cuanto a la escuela alternativa en el polideportivo, la ha considerado «perfecta, porque la gente tiene que conciliar».

En cuanto a la escuela infantil Rabisancho, Amparo Sanjuan ha explicado que además de los trabajos de reconstrucción en la planta baja las pasadas navidades se licitó la sustitución de la cubierta, que era de fibrocemento, por lo que se ha aprovechado para simultanear ambas intervenciones. Pero cuando se iba a certificar el fin de la obra se detectaron problemas en el sistema eléctrico, seguramente como consecuencia de la riada, que obligaron a demorar la apertura. El centro ya está limpio, añade, y hoy se recepciona el mobiliario para equipar los espacios. El jueves abrirá sus puertas.

Sanjuan confía en que también lo pueda hacer el Orba, aunque teme que si todavía quedan trabajos pendientes haya familias que no lleven a sus hijos. «A día de hoy no está para que entren los alumnos. El barrio Orba es zona cero, y cualquiera puede entender que esos niños no pueden pasar a un colegio que también parece que haya resultado afectado por una dana», ha sentenciado.

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