Los 5 lugares abandonados más terroríficos de la Comunitat
Sábado, 2 de noviembre 2019, 20:35
El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
FOTO Y TEXTO: TAMARA VILLENA
El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
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El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
FOTO Y TEXTO: TAMARA VILLENA
El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
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El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
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El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
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El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
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El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
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El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
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El psiquiátrico infantil abandonado de Cheste (Valencia) | Apenas existen datos concretos sobre su historia, pero sí se sabe que su nombre popular no se corresponde con la realidad de lo que fue. El centro 'La Humanitat' jamás fue un psiquiátrico, sino un centro asistencial para pacientes con distintos grados de deficiencias físicas y psíquicas. Las leyendas que circulan sobre él aseguran que residían aquí niños y enfermos mentales potencialmente peligrosos. La residencia pasó a formar parte en 1986 del Consorcio Valenciano de Servicios Sociales (Convaser) y con el tiempo sus instalaciones dejaron de servir para el modelo asistencial que se pretendía cubrir. El lugar quedó abandonado, objeto de bulos urbanos y objetivo de los adeptos a lo paranormal. La más conocida es la 'leyenda del pasillo quemado' según la cual una enferma o interno prendió fuego al pasillo del ala derecha, ocasionando un incendió en el que -por supuesto- murieron varias personas (según se dice, niños). El lugar, desde luego, da para mucho. Entre muebles, grafitis y pintadas, el pasillo sigue quemado y aún conserva, aunque destrozadas, las bañeras y los aseos que empleaban los residentes.
FOTO Y TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO Y TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO Y TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO Y TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
Colonia de Santa Eulalia (Alicante) | Referente del socialismo utópico del siglo XIX en la Comunitat, la colonia se fundó en 1887 y estaba pensada por y para trabajadores. Fue fundada por Antonio de Padua y Saavedra, conde de Alcudia, y su esposa María Concepción Fontes y Sánchez de Teruel, protagonistas de la historia de adulterio que marcó el abandono del lugar. Los restos del palacio de los condes aún conservan cerámica y azulejos de distintos colores y sus estancias aún tienen muebles que parecen esperar un nuevo uso. O retomar uno interrumpido. El edificio albergaba una biblioteca, gran salón, despacho, administración, cocina, patios y hasta 12 habitaciones. Se dice que el palacio es fuente de desdichas, que -según la leyenda popular- tienen su origen en los vicios y desenfreno de sus adinerados propietarios. La pareja acabó protagonizando uno de los mayores escándalos por adulterio de la época y el modelo colectivo acabó por no cuajar. Sus casi 200 trabajadores fueron abandonando progresivamente el lugar y el imponente palacio quedó completamente abandonado, junto al teatro, cuyos restos siguen mostrando la estructura de lo que fue el escenario y las gradas.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
La fábrica de muñecas de porcelana abandonada (Castellón) | Es una de las paradas por excelencia de la ruta del 'terror' en la Comunitat, situada en un municipio de la provincia de Castellón y conocida más allá de las lindes mediterráneas por el morbo que despierta lo que un día fue. Y también lo que sigue siendo. Porque aunque sus ruinas están ya en un estado muy crítico y potencialmente peligroso para cualquier visitante, el atractivo de las muñecas de porcelana atrae a multitud de curiosos y amantes de lo paranormal. Aunque ya no queda ningún juguete íntegro, el panorama presenta cientos de moldes rotos, trozos de cerámica apilados, pintadas, trozos de pelucas y hasta lo que parecen restos de sangre de alguien que subestimó el riesgo de adentrarse en el lugar. En el edificio todavía se pueden apreciar moldes completos de algunas partes del cuerpo de los juguetes, como la cara, o el brazo, que permiten hacerse una idea del escalofriante detalle con el que se construían las muñecas del escultor y porcelanista Ramón Inglés. Junto a su hermana Josefina, puso en marcha esta fábrica en la década de los 70, Por entonces ya eran dos escultores reconocidos en el sector y la fábrica funcionó a la perfección durante muchos años, en los que se constituyeron como auténticos maestros en el arte de estas figuras. Hasta que llegaron los ochenta. Es en esta década cuando la empresa Lladró irrumpe con fuerza en la industria de la porcelana y va ganando terreno a los hermanos Inglés. La estocada final llegó el 3 de mayo de 1997, con la muerte de Ramón, que supuso el cierre definitivo de la fábrica. Desde entonces, la fábrica permanece como un referente en la iconografía de terror, incluso a nivel nacional.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
La fábrica de muñecas de porcelana abandonada (Castellón) | Es una de las paradas por excelencia de la ruta del 'terror' en la Comunitat, situada en un municipio de la provincia de Castellón y conocida más allá de las lindes mediterráneas por el morbo que despierta lo que un día fue. Y también lo que sigue siendo. Porque aunque sus ruinas están ya en un estado muy crítico y potencialmente peligroso para cualquier visitante, el atractivo de las muñecas de porcelana atrae a multitud de curiosos y amantes de lo paranormal. Aunque ya no queda ningún juguete íntegro, el panorama presenta cientos de moldes rotos, trozos de cerámica apilados, pintadas, trozos de pelucas y hasta lo que parecen restos de sangre de alguien que subestimó el riesgo de adentrarse en el lugar. En el edificio todavía se pueden apreciar moldes completos de algunas partes del cuerpo de los juguetes, como la cara, o el brazo, que permiten hacerse una idea del escalofriante detalle con el que se construían las muñecas del escultor y porcelanista Ramón Inglés. Junto a su hermana Josefina, puso en marcha esta fábrica en la década de los 70, Por entonces ya eran dos escultores reconocidos en el sector y la fábrica funcionó a la perfección durante muchos años, en los que se constituyeron como auténticos maestros en el arte de estas figuras. Hasta que llegaron los ochenta. Es en esta década cuando la empresa Lladró irrumpe con fuerza en la industria de la porcelana y va ganando terreno a los hermanos Inglés. La estocada final llegó el 3 de mayo de 1997, con la muerte de Ramón, que supuso el cierre definitivo de la fábrica. Desde entonces, la fábrica permanece como un referente en la iconografía de terror, incluso a nivel nacional.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
La fábrica de muñecas de porcelana abandonada (Castellón) | Es una de las paradas por excelencia de la ruta del 'terror' en la Comunitat, situada en un municipio de la provincia de Castellón y conocida más allá de las lindes mediterráneas por el morbo que despierta lo que un día fue. Y también lo que sigue siendo. Porque aunque sus ruinas están ya en un estado muy crítico y potencialmente peligroso para cualquier visitante, el atractivo de las muñecas de porcelana atrae a multitud de curiosos y amantes de lo paranormal. Aunque ya no queda ningún juguete íntegro, el panorama presenta cientos de moldes rotos, trozos de cerámica apilados, pintadas, trozos de pelucas y hasta lo que parecen restos de sangre de alguien que subestimó el riesgo de adentrarse en el lugar. En el edificio todavía se pueden apreciar moldes completos de algunas partes del cuerpo de los juguetes, como la cara, o el brazo, que permiten hacerse una idea del escalofriante detalle con el que se construían las muñecas del escultor y porcelanista Ramón Inglés. Junto a su hermana Josefina, puso en marcha esta fábrica en la década de los 70, Por entonces ya eran dos escultores reconocidos en el sector y la fábrica funcionó a la perfección durante muchos años, en los que se constituyeron como auténticos maestros en el arte de estas figuras. Hasta que llegaron los ochenta. Es en esta década cuando la empresa Lladró irrumpe con fuerza en la industria de la porcelana y va ganando terreno a los hermanos Inglés. La estocada final llegó el 3 de mayo de 1997, con la muerte de Ramón, que supuso el cierre definitivo de la fábrica. Desde entonces, la fábrica permanece como un referente en la iconografía de terror, incluso a nivel nacional.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
La fábrica de muñecas de porcelana abandonada (Castellón) | Es una de las paradas por excelencia de la ruta del 'terror' en la Comunitat, situada en un municipio de la provincia de Castellón y conocida más allá de las lindes mediterráneas por el morbo que despierta lo que un día fue. Y también lo que sigue siendo. Porque aunque sus ruinas están ya en un estado muy crítico y potencialmente peligroso para cualquier visitante, el atractivo de las muñecas de porcelana atrae a multitud de curiosos y amantes de lo paranormal. Aunque ya no queda ningún juguete íntegro, el panorama presenta cientos de moldes rotos, trozos de cerámica apilados, pintadas, trozos de pelucas y hasta lo que parecen restos de sangre de alguien que subestimó el riesgo de adentrarse en el lugar. En el edificio todavía se pueden apreciar moldes completos de algunas partes del cuerpo de los juguetes, como la cara, o el brazo, que permiten hacerse una idea del escalofriante detalle con el que se construían las muñecas del escultor y porcelanista Ramón Inglés. Junto a su hermana Josefina, puso en marcha esta fábrica en la década de los 70, Por entonces ya eran dos escultores reconocidos en el sector y la fábrica funcionó a la perfección durante muchos años, en los que se constituyeron como auténticos maestros en el arte de estas figuras. Hasta que llegaron los ochenta. Es en esta década cuando la empresa Lladró irrumpe con fuerza en la industria de la porcelana y va ganando terreno a los hermanos Inglés. La estocada final llegó el 3 de mayo de 1997, con la muerte de Ramón, que supuso el cierre definitivo de la fábrica. Desde entonces, la fábrica permanece como un referente en la iconografía de terror, incluso a nivel nacional.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
La fábrica de muñecas de porcelana abandonada (Castellón) | Es una de las paradas por excelencia de la ruta del 'terror' en la Comunitat, situada en un municipio de la provincia de Castellón y conocida más allá de las lindes mediterráneas por el morbo que despierta lo que un día fue. Y también lo que sigue siendo. Porque aunque sus ruinas están ya en un estado muy crítico y potencialmente peligroso para cualquier visitante, el atractivo de las muñecas de porcelana atrae a multitud de curiosos y amantes de lo paranormal. Aunque ya no queda ningún juguete íntegro, el panorama presenta cientos de moldes rotos, trozos de cerámica apilados, pintadas, trozos de pelucas y hasta lo que parecen restos de sangre de alguien que subestimó el riesgo de adentrarse en el lugar. En el edificio todavía se pueden apreciar moldes completos de algunas partes del cuerpo de los juguetes, como la cara, o el brazo, que permiten hacerse una idea del escalofriante detalle con el que se construían las muñecas del escultor y porcelanista Ramón Inglés. Junto a su hermana Josefina, puso en marcha esta fábrica en la década de los 70, Por entonces ya eran dos escultores reconocidos en el sector y la fábrica funcionó a la perfección durante muchos años, en los que se constituyeron como auténticos maestros en el arte de estas figuras. Hasta que llegaron los ochenta. Es en esta década cuando la empresa Lladró irrumpe con fuerza en la industria de la porcelana y va ganando terreno a los hermanos Inglés. La estocada final llegó el 3 de mayo de 1997, con la muerte de Ramón, que supuso el cierre definitivo de la fábrica. Desde entonces, la fábrica permanece como un referente en la iconografía de terror, incluso a nivel nacional.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
La fábrica de muñecas de porcelana abandonada (Castellón) | Es una de las paradas por excelencia de la ruta del 'terror' en la Comunitat, situada en un municipio de la provincia de Castellón y conocida más allá de las lindes mediterráneas por el morbo que despierta lo que un día fue. Y también lo que sigue siendo. Porque aunque sus ruinas están ya en un estado muy crítico y potencialmente peligroso para cualquier visitante, el atractivo de las muñecas de porcelana atrae a multitud de curiosos y amantes de lo paranormal. Aunque ya no queda ningún juguete íntegro, el panorama presenta cientos de moldes rotos, trozos de cerámica apilados, pintadas, trozos de pelucas y hasta lo que parecen restos de sangre de alguien que subestimó el riesgo de adentrarse en el lugar. En el edificio todavía se pueden apreciar moldes completos de algunas partes del cuerpo de los juguetes, como la cara, o el brazo, que permiten hacerse una idea del escalofriante detalle con el que se construían las muñecas del escultor y porcelanista Ramón Inglés. Junto a su hermana Josefina, puso en marcha esta fábrica en la década de los 70, Por entonces ya eran dos escultores reconocidos en el sector y la fábrica funcionó a la perfección durante muchos años, en los que se constituyeron como auténticos maestros en el arte de estas figuras. Hasta que llegaron los ochenta. Es en esta década cuando la empresa Lladró irrumpe con fuerza en la industria de la porcelana y va ganando terreno a los hermanos Inglés. La estocada final llegó el 3 de mayo de 1997, con la muerte de Ramón, que supuso el cierre definitivo de la fábrica. Desde entonces, la fábrica permanece como un referente en la iconografía de terror, incluso a nivel nacional.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
La fábrica de muñecas de porcelana abandonada (Castellón) | Es una de las paradas por excelencia de la ruta del 'terror' en la Comunitat, situada en un municipio de la provincia de Castellón y conocida más allá de las lindes mediterráneas por el morbo que despierta lo que un día fue. Y también lo que sigue siendo. Porque aunque sus ruinas están ya en un estado muy crítico y potencialmente peligroso para cualquier visitante, el atractivo de las muñecas de porcelana atrae a multitud de curiosos y amantes de lo paranormal. Aunque ya no queda ningún juguete íntegro, el panorama presenta cientos de moldes rotos, trozos de cerámica apilados, pintadas, trozos de pelucas y hasta lo que parecen restos de sangre de alguien que subestimó el riesgo de adentrarse en el lugar. En el edificio todavía se pueden apreciar moldes completos de algunas partes del cuerpo de los juguetes, como la cara, o el brazo, que permiten hacerse una idea del escalofriante detalle con el que se construían las muñecas del escultor y porcelanista Ramón Inglés. Junto a su hermana Josefina, puso en marcha esta fábrica en la década de los 70, Por entonces ya eran dos escultores reconocidos en el sector y la fábrica funcionó a la perfección durante muchos años, en los que se constituyeron como auténticos maestros en el arte de estas figuras. Hasta que llegaron los ochenta. Es en esta década cuando la empresa Lladró irrumpe con fuerza en la industria de la porcelana y va ganando terreno a los hermanos Inglés. La estocada final llegó el 3 de mayo de 1997, con la muerte de Ramón, que supuso el cierre definitivo de la fábrica. Desde entonces, la fábrica permanece como un referente en la iconografía de terror, incluso a nivel nacional.
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La fábrica de muñecas de porcelana abandonada (Castellón) | Es una de las paradas por excelencia de la ruta del 'terror' en la Comunitat, situada en un municipio de la provincia de Castellón y conocida más allá de las lindes mediterráneas por el morbo que despierta lo que un día fue. Y también lo que sigue siendo. Porque aunque sus ruinas están ya en un estado muy crítico y potencialmente peligroso para cualquier visitante, el atractivo de las muñecas de porcelana atrae a multitud de curiosos y amantes de lo paranormal. Aunque ya no queda ningún juguete íntegro, el panorama presenta cientos de moldes rotos, trozos de cerámica apilados, pintadas, trozos de pelucas y hasta lo que parecen restos de sangre de alguien que subestimó el riesgo de adentrarse en el lugar. En el edificio todavía se pueden apreciar moldes completos de algunas partes del cuerpo de los juguetes, como la cara, o el brazo, que permiten hacerse una idea del escalofriante detalle con el que se construían las muñecas del escultor y porcelanista Ramón Inglés. Junto a su hermana Josefina, puso en marcha esta fábrica en la década de los 70, Por entonces ya eran dos escultores reconocidos en el sector y la fábrica funcionó a la perfección durante muchos años, en los que se constituyeron como auténticos maestros en el arte de estas figuras. Hasta que llegaron los ochenta. Es en esta década cuando la empresa Lladró irrumpe con fuerza en la industria de la porcelana y va ganando terreno a los hermanos Inglés. La estocada final llegó el 3 de mayo de 1997, con la muerte de Ramón, que supuso el cierre definitivo de la fábrica. Desde entonces, la fábrica permanece como un referente en la iconografía de terror, incluso a nivel nacional.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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Las ruinas de la fábrica Avidesa (Valencia) | Su demolición comenzó el septiembre de 2018, pero hasta entonces, los restos de Avidesa eran uno de los puntos más escalofriantes de la Comunitat. Luis Suñer fue pionero en la formación de un imperio industrial valenciano, liderado por sus dos empresas: Cartonajes Suñer y Avidesa, especializada en la producción de helados y a la que pertenecen estas imágenes. Tras la abrupta muerte mientras dormía del heredero de Suñer, con 21 años, la empresa fue adquiriendo más y más éxito. Tanto así que incluso llamó la atención de la organización terrorista ETA, que puso a Súñer en su punto de mira y perpetró el secuestro del empresario en su despacho en esta fábrica. La banda le tuvo retenido durante tres meses y aunque tras su libración se reincorporó al trabajo, el suceso pasó factura en la salud del fundador. Después, en 1982, la pantanada de Tous supuso la estocada definitiva para Avidesa. Sus impactantes ruinas, con un colosal boquete de cuatro pisos, han sido el escenario perfecto para sesiones de espiritismo, psicofonías e historias de terror desde entonces.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
FOTO: TXEMA RODRÍGUEZ | TEXTO: TAMARA VILLENA
La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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La cementera de Benagéber (Valencia) | La enorme construcción todavía se contempla desde lo lejos, como un colosal castillo de hormigón entre agua y maleza. Construida en la década de los cuarenta, fue gestionada por la misma empresa que se encargó del embalse, Portolés y Cía, que se convertiría en una de las principales compañías de obras públicas tras la Guerra Civil. La construcción del pantano de Contreras también corrió a cargo de esta firma, prueba de su estrecha colaboración laboral con el gobierno franquista. En aquella época, la mayoría de los habitantes de Benagéber eran los trabajadores de las obras del embalse y la cementera. Por ello, cuando en 1955 finalizaron los trabajos para la formación del pantano, la mayoría de la población emigró y el lugar quedó sumido en la escalofriante quietud que, a día de hoy, le sigue caracterizando.
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