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El alcalde de Sax quiere agotar su mandato pese a la rebelión de seis ediles

Vicente Gil critica que los concejales que solicitan su marcha utilicen cuestiones personales para «forzar mi dimisión»

R. BERNABEU

Miércoles, 17 de septiembre 2014, 00:47

Tras la tormenta desatada el lunes en Sax por la rebelión de seis concejales contra el alcalde Vicente Gil, ayer reinó una calma tensa en el Consistorio sajeño. Incluso se celebró una comisión informativa de Hacienda presidida por el propio Gil y a la que asistieron al menos dos de los ediles díscolos que, no obstante, aprobaron las propuestas de Gobierno.

En las horas previas a esta reunión, el alcalde aclaró en su despacho que lo sucedido en las últimas horas no tiene nada que ver con su vida personal, al tiempo que lamentó que sus excorreligionarios hubiesen utilizado este tipo de cuestiones personales para tratar de desestabilizar su moral y «forzar mi dimisión», según aseguró el primer edil.

Gil negó rotundamente las acusaciones realizadas por el grupo disidente, en referencia a una supuesta ausencia del Consistorio durante siete días. «El máximo tiempo que he permanecido fuera de Sax ha sido 36 horas. Y, además, esas ausencias que me achacan son en fin de semana la mayor parte y encima por motivos protocolarios al estar invitado por los alcaldes de Beneixama y Alagón», aclaró Gil.

Para el regidor sajeño no existe ningún argumento de peso referente a su gestión que justifique que seis ediles hayan pedido su cargo. Gil achaca este movimiento a una 'trama' urdida por el exconcejal del PP Carlos Pérez como «venganza personal contra mí por ser expulsado del equipo de Gobierno», lamentó el primer edil.

Gil extendió sus sospechas al edil popular Francisco Sánchez, exportavoz de la ejecutiva local, con quien no ha mantenido una buena relación desde el inicio de legislatura debido a unos posibles 'celos políticos' tras el nombramiento del propio Gil como miembro de la ejecutiva provincial.

Sin declaraciones

En cuanto al grupo de concejales díscolos, ayer ninguno quiso hacer ninguna declaración oficial. La única respuesta obtenida fue de Pedro Iborra, quien se limitó a reiterar que «todo el mundo sabe lo que pasa aquí desde hace tres años», en referencia a la actitud de la primera autoridad sajeña.

En relación al perjuicio que esta situación podría acarrear al PP de cara a las próximas elecciones municipales, Iborra afirmó que «yo no me caliento la cabeza, porque yo ya tengo mi vida resuelta gracias a mi trabajo», comentó el concejal del PP, quien desde hace años trabaja en un tanatorio de Elda.

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