Comienzan las mediciones en el edificio de Barón de Cárcer
Los investigadores de la Universitat Politècnica repetirán mañana el análisis para comparar las vibraciones en un día laboral y otro festivo
I. D.
Sábado, 22 de noviembre 2014, 00:05
La llegada de los investigadores de la Universitat Politècnica de Valencia (UPV) al edificio del número 36 de la avenida Barón de Cárcer fue recibida con expectación por los trabajadores de la novena planta.
Ayer comenzaron las mediciones de los temblores que se han detectado en las últimas semanas para tratar de determinar cuál es su origen. Unas pruebas que se repetirán mañana para comparar los resultados obtenidos en un día laboral y en otro festivo y establecer si están vinculados con actividades de trabajo.
Para este estudio los dos investigadores de la UPV, José María Bravo y Juan Vicente Sánchez, han empleado tres acelerómetros, un interfaz para tratar la señal y un ordenador para recoger los datos. Una vez realizadas las mediciones, procederán a contrastar y evaluar las informaciones y elaborar un informe para la Conselleria de Bienestar Social, que es quien ha recurrido a los servicios del Centro de Tecnologías Físicas de la UPV. Este centro tiene varias líneas de trabajo y cuenta una división de acústica ambiental, arquitectónica y estudio de vibraciones. La previsión es que el informe con las posibles causas esté listo a finales de la próxima semana,
El estudio consiste en la distribución de sensores en las tres estancias en las que más quejas se han recogido «de forma octogonal y en horizontal y vertical, es decir, en suelo y paredes», explicó el profesor Bravo. En las tomas realizadas ayer «algo hemos notado, pero hay que seguir observando», indicó.
En cualquier caso, ya el jueves el investigador de la UPV resaltó que «la percepción es que no se trata de una situación peligrosa que afecte a la estructura». A su juicio, el hecho de que se registren de manera «eventual» y que duren sólo un segundo o dos hace pensar que podrían estar «ligados al funcionamiento de máquinas que se encienden y apagan puntualmente, «que se activan en un momento y se frenan» luego.
Los trabajadores de este inmueble, que data de 1944 y que es propiedad de la Generalitat, sí que han indicado que los temblores comenzaron el 7 de noviembre y que se perciben cuando están en reposo.
Respecto a los otros dos inmuebles donde los vecinos habían alertado de temblores y que habían sido revisados por los bomberos, fuentes de la Generalitat explicaron que su revisión es competencia municipal al estar en suelo urbano y que el estudio encargado en el número 36 se hace «por prevención» y al ser propiedad autonómica.