Ciudadanos rompe con el PSPV por haber dado a los nacionalistas la alcaldía de Valencia

Lo había advertido y no le habían hecho caso. Ciudadanos avisó de que no pactaría con partidos que llegaran a acuerdos con formaciones nacionalistas o independentistas. Y así sucedió ayer. Después de que el reducido grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Valencia diese su conformidad y apoyo a Joan Ribó, candidato de Compromís, para que se convierta en alcalde de Valencia el próximo 13 de junio, la formación que lidera Albert Rivera suspendió todas las negociaciones que mantiene con los socialistas valencianos en la Comunitat, desde la presidencia de la Generalitat hasta el último rincón donde tenga presencia municipal Ciudadanos y precise el PSPV de su apoyo.

Fran Hervías, secretario de Organización de Ciudadanos, anunció pasadas las 20.30 horas de ayer que suspendía todas las negociaciones con los socialistas valencianos después de que estos dieran la alcaldía de Valencia «a los nacionalistas de Compromís».

El teórico número tres nacional de Ciudadanos, Hervías, incluso llegó a bromear en las redes sociales de que Pedro Sánchez, el líder nacional socialista, quiere superar a Rodríguez Zapatero, que permitió el fracasado tripartito catalán, y el actual líder del PSOE «da la alcaldía a los nacionalistas de Compromís». Las altas esferas de Ciudadanos consideran a Compromís como un partido nacionalista, independentista y pancatalanista con el que no está dispuesto a llegar a acuerdos ni pactar con nadie que ya los haya establecido.

La decisión comunicada anoche por Fran Hervías viene a desautorizar, en cierta medida, a Carolina Punset, que ayer se reunió con el candidato del PSPV, Ximo Puig, que buscaba el acuerdos para su investidura. Mantuvieron un encuentro privado y de manera discreta para acercar posturas.

Los 13 diputados de Ciudadanos eran el plan B de Ximo Puig, como él mismo se encargó de dejarlo muy claro el pasado jueves, aunque a lo largo del día empezó a tomar cuerpo como primera opción. Mònica Óltra, la candidata de Compromís, recibía el apoyo directo de Pablo Iglesias para que se convirtiera a finales de junio o principios de julio en presidenta de la Generalitat.

El plan B de Puig, reconvertido en opción casi principal, tenía como inconveniente que necesitaría la abstención del PP en Les Corts -los populares reclamaban como contrapartida que Ciudadanos apoyara a Rita Barberá en el Ayuntamiento de Valencia para seguir como alcaldesa y la abstención de los cinco concejales socialistas-. Pero el apoyo de Joan Calabuig, el número uno del PSPV por Valencia, al cabeza de lista de Compromís a la alcaldía del cap i casal, empezaba a desmontar ese sueño de Ximo Puig: los populares ni estaban ni están dispuestos a apoyarlo gratuitamente.

Así las cosas, a Ximo Puig sólo le queda una opción si quiere optar a presidir la Generalitat: pactar con Mònica Oltra -ahora más que nunca aspirará a ser la número uno del Gobierno autonómico- y Antonio Montiel, el secretario general y cabeza de lista de Podemos en la Comunitat.

Precisamente Montiel había apelado ayer mismo a la responsabilidad del PSPV y reclamó al presidenciable socialista, Ximo Puig, que no pactase su investidura con Ciudadanos.

Para Antonio Montiel, el acuerdo PSPV-Ciudadanos, además de que dejaría a Puig en minoría y necesitaría contar con la abstención del PP, no representa el cambio que supuso el resultado del 24-M.

Antes de que Ciudadanos rompiese sus negociaciones con el PSPV en toda la Comunitat Valenciana, Montiel advirtió a Puig de que debe decidir si está con el cambio «o prefiere ser el presidente de un Consell sustentado por el recambio».

Después de que su jefe de filas, Pablo Iglesias, asegurara que apostaba por convertir a Mònica Oltra como presidenta de la Generalitat, Montiel recordó que la dirección de Podemos ha dado autonomía para decidir. Pero insistió en que Compromís encarna los valores de cambio que defiende su propio partido y reclamó al PSOE un giro de 180 grados.