La debacle del 24-M fuerza la salida de 200 asesores y altos cargos

Es un efecto colateral en cualquier proceso electoral. Con la llegada de nuevos inquilinos a todas las casas de la Administraciones Públicas, también sucederá lo propio con los cargos de confianza de los que se hacen acompañar. Los denominados puestos eventuales que tienen una fecha de caducidad en su contrato laboral directamente proporcional al tiempo que dure la vida política de los altos cargos a los que acompañan.

Cuando en unas semanas se produzca, posiblemente, en cambio de color en el Consell de la Generalitat, el Diario Oficial de la Comunitat (DOCV) empezará a publicar el cese en manada de los más de 200 asesores y altos cargos de la Administración autonómica, empresas públicas, organismos autónomos y consorcios aparte.

Es el fin de un período en el que el PP valenciano había acomodado a numerosos militantes y simpatizantes en áreas de distinto peso político y visibilidad. Por consellerias, sólo la Presidencia de la Generalitat, que dependía de Alberto Fabra, prescindirá de 32 trabajadores entre altos cargos y asesores. Son el equipo de confianza del presidente, que no renovará con la llegada de un nuevo inquilino o inquilina al Palau. De ese total, 16 son asesores, tres conductores del jefe del Consell, y una secretaria adjunta y otra particular. Todos ellos de libre designación y cuyos contratos expirarán con el cese de Fabra.

Presidencia dispone también de más de un centenar de puestos de trabajo, entre los que cuenta con 21 plazas de periodista, así como un fotógrafo y dos operadores de cámara, un publicista, y un jefe de equipo de correspondencia y agenda, un técnico de apoyo de gestión presupuestaria, un especialista de protocolo y administrativos, según se detalla en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de 2013.

En el resto de consellerias las cifras son menos abultadas. Cada área disponía hasta la fecha de siete asesores, nueve en el caso de la vicepresidencia, lo que eleva la cifra a más de 65 cargos que dejarán su empleo a finales de este próximo mes si se logra investir al nuevo presidente en primera votación. Junto a ellos, más de 22 secretarios autonómicos, más de 70 directores generales y ocho subsecretarios dejarán de prestar su servicios a la Administración. Por no hablar del propio presidente y de los ocho consellers de que se compone actualmente el Gobierno valenciano.

En el caso de las empresas públicas, la situación no es muy distinta. Aunque los ERE en el sector público han dejado mermadas las plantillas y, además, se ha reestructurado el sector público hasta las 30 entidades que se mantienen hoy en día, lo cierto es que los cargos que tendrán que abandonar su puestos no superará la veintena, según fuentes oficiales.

Al principio de la legislatura, el síndic de Compromís, Enric Morera, abogó por despedir a «más de 15.000 enchufados» que trabajaban en la Administración valenciana en ese momento porque y precarizaban la situación laboral de los funcionarios de carrera.

El grueso de cargos que se podrán repartir los nuevos partidos aumentará sustancialmente con los puestos en el Parlamento valenciano, las tres diputaciones y las fundaciones. Un buen número de empleos que, como suele ser habitual, no se dispondrán por concursos de méritos, sino por simple cercanía.