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La consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, en una imagen de archivo. j. signes
Una menor internada en el centro público de Buñol sufre abusos sexuales

Una menor internada en el centro público de Buñol sufre abusos sexuales

La joven, de 16 años, denunció tocamientos de una decena de residentes y los trabajadores critican la falta de personal y el hacinamiento

DANIEL GUINDO

VALENCIA.

Martes, 24 de octubre 2017, 00:12

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«Impensable, repugnante y de juzgado de guardia que en un centro de protección de menores público pase lo que pasa». Así de tajante se muestran trabajadores de las instalaciones de Buñol en relación a la situación por la que atraviesa esta residencia de receptación y en la que se acaba de dar un presunto caso de abusos sexuales sobre una interna.

En concreto, según ha podido saber LAS PROVINCIAS, la pasada semana, un grupo de entre cinco y ocho internos del centro (aunque otras fuentes elevan a diez los autores de los hechos) acosó y abusó sexualmente de una joven de 16 años, también residente en estas instalaciones de gestión pública de la localidad valenciana, hechos que ocurrieron en el interior del inmueble. La chica, «muy afectada por la agresión», interpuso una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil. Según confirmaron desde la delegación del Gobierno, la menor indicó que había sufrido tocamientos por parte de una decena de internos y recibió asistencia médica. Después de ello, indicaron fuentes de los trabajadores, se procedió a la detención de algunos de los supuestos acosadores (apuntan que cuatro) que, posteriormente, fueron puestos en libertad con cargos pero sin medidas cautelares, añadieron fuentes conocedoras de la investigación.

Para la plantilla del centro, lo más grave es que mientras la joven fue trasladada de inmediato a otro centro -éste de gestión privada- «como si ella fuese la culpable», los supuestos agresores «regresaron entre vítores» al centro «como héroes tras su hazaña». Testigos presenciales de los hechos (al menos uno), también fueron remitidos a otro recinto.

Los profesionales de este centro de acogida lamentan que, en estas instalaciones, «víctimas de la violencia, del acoso y de la explotación sexual convivan con potenciales chicos acosadores. También criticaron que la joven haya sufrido esta «vejación moral y violación de su intimidad». «Es una menor que está en situación de desprotección y que la conselleria debe garantizar su seguridad y bienestar», añadieron.

En esta línea, explicaron que «es imposible el control de todos los espacios, falta mucho personal y los auxiliares de control y otras figuras educativas, como los mediadores interculturales, que Oltra prometió antes del traslado siguen sin aparecer», resaltaron, para recordar que, en la actualidad, el centro de Buñol acoge a buena parte de los residentes que fueron trasladados allí desde las instalaciones de Monteolivete, ya clausuradas.

Asimismo, indicaron que la distribución en tres plantas del inmueble de Buñol, «el exceso permanente de menores que sobrepasa muy por encima la ratio legal permitida, ya que tiene una capacidad máxima para 30 menores y hay entre 40 y 50»; la multiculturalidad y el idioma (hay internos de origen magrebí, albanos, rumanos, subsaharianos, pakistaníes, latinoamericanos...) «hacen muy difícil el atender como se merecen estos niños y niñas, que viven el miedo», aseveraron.

Esta última agresión, indicaron, no es un hecho aislado, ya que tienen sospechas de que en el centro podrían darse situaciones como intercambios sexuales o de sustancias estupefacientes. Según indican, también hay reyertas por el control de los espacios.

Y todo ello, los profesionales lo achacan a la «falta de personal», a la estructura del inmueble y a su «inadecuada» distribución. También a la instalaciones (por ejemplo, en una de las salas la televisión no funciona y no hay ni sillas) y a la «continua ociosidad de los chavales», ya que, pese a que es obligatorio, únicamente un par de menores están escolarizados, advirtieron.

Otro grave problema que sufre el centro es la saturación de internos (de hecho, algunos tienen que dormir en colchones en el suelo) y la falta de personal de control, vigilancia y mediadores interculturales. «El personal de atención es todo temporal porque nadie puede soportar la presión y estas injusticias», lamentaron, para preguntarse «¿cómo consiente esto la Fiscalía de Menores?».

La situación de este centro gestionado por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas contrasta con las acusaciones vertidas por la titular del departamento, Mónica Oltra, con otro centro de menores, éste en Segorbe y gestionado por las Terciarias Capuchinas. En concreto, la vicepresidenta denunció un presunto casos de maltrato y de una interna en ese centro que había sufrido abusos sexuales por parte de un cuidador, por lo que trasladó a todos los residentes de ese centro a otra ubicación. Además, llevó el caso a la Fiscalía de Menores para que lo investigara.

Estos hechos originaron un agrio enfrentamiento entre la vicepresidenta y los responsables del centro, que culminó en una serie de denuncias cruzadas. Sin embargo, ahora la Fiscalía de Menores de Castellón ha archivado el caso.

El fiscal jefe de Castellón, José Luis Cuesta, constató el cierre de las indagaciones. «No vemos motivos para abrir diligencias de investigación penal», fueron las palabras de Cuesta. El responsable del ministerio público calificó de «muy genéricas» las informaciones aportadas por la conselleria. Desde fiscalía se reclamó en mayo más datos a Igualdad y Políticas Inclusivas. «La información se dio», como recordó Oltra, pero tampoco el segundo informe certificó la existencia de dicho maltrato. «Los datos seguían siendo insuficientes para poder investigar», reiteró Cuesta.

Ante esta situación, fuentes cercanas a las Hermanas Terciarias (que prefieren no realizar valoraciones) apuntan que el archivo del caso supone «una satisfacción» porque se demuestra que «en el centro se ha trabajado siempre bien». Además, esta decisión de la fiscalía puede suponer un espaldarazo a las denuncias interpuestas contra la propia Oltra por los daños ocasionados.

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