El Valencia vende Mestalla a ADU por más de 113 millones

El club calcula que con el dinero que se ingrese por el viejo campo se podrán cubrir los gastos que se generen en el acabado del futuro estadio, aunque se va a ver forzado mientras dura este proceso a solicitar un nuevo préstamo a los bancos. Bankia y Caixabank son las entidades a las que el Valencia debe todavía diversos créditos (por valor de 160 millones) y no sólo han dado ahora su consentimiento a la operación (habrá que sustituir una garantía por otra) sino que son los que se postulan para la concesión de este nuevo préstamo que, en palabras del propio Alemany, provocarán «un pico de financiación muy alto pendiente de la venta del estadio».

El club está pagando cada año 14 millones de euros a los bancos por la deuda y en este periodo de tres años habrá liquidado 42. No hay que olvidar nunca que el Valencia, actualmente, mantiene una deuda global por encima de los 500 millones de euros. En las cuentas que se han hecho, con el cambio, el Valencia no ganará pero tampoco perderá dinero, si bien considera el nuevo recinto un punto de arranque para el aumento de ingresos de futuro.

«Estamos muy contentos con la oferta que nos han hecho», admitía Alemany, que primero echó balones fuera cuando se le preguntó por el compromiso que en su momento se le atribuyó a Peter Lim de adquirir la parcela por 150 millones de euros («esa pregunta debería ser para quien dijo eso, no para mí») y más tarde negó que en algún momento el máximo accionista hubiera expresado su interés por comprar el terreno para garantizar de esa manera ese ingreso de 150 millones a la entidad.

Bajo el argumento de las cláusulas de confidencialidad, no concretó la cifra por la que se va a llevar a cabo la operación inmobiliaria, aunque insistió en que es «por encima del valor neto contable. Si todo llega a buen puerto, estaremos muy próximos a poder financiar íntegramente la construcción del nuevo estadio. El nivel económico nos ha convencido y es una cifra importante». El ejecutivo valencianista defendió a capa y espada la propuesta de ADU Mediterráneo basándose su argumentación en dos cuestiones: «No tienen margen de beneficio como un promotor (por eso fue la más alta) y porque el elemento que dificulta a cualquier empresa promotora es que cualquiera quiere tener el suelo a tres años. Aquí no, esa espera, que es un problema para una promotora, es una virtud para una cooperativa». Antes de octubre se formalizará el contrato de compra-venta privado y a partir de ese momento se procederá a la precomercialización hasta «el momento que ellos puedan exhibir un número de cooperativistas suficiente que el Valencia ha exigido».

De momento y sobre este asunto, ya hay compromiso para el 53% de las viviendas que se van a construir, cifra que se considera una garantía de que se van a satisfacer de sobra las condiciones. Sin querer concretar, Alemany habló de que en torno al 65 % se podría considerar ya como válido. «No tendrán problema para llegar al 70% que sería un mínimo. Quizás llegue al 65 y los bancos consideran que es suficiente. Como cooperativa, su solvencia se basa en los compradores. Hasta el día de hoy no han podido iniciar su proceso de comercialización pero hay datos que indican que va a tener éxito».

¿Y qué hay del nuevo estadio? Para empezar, los arquitectos están trabajando para tener todo el proyecto finiquitado con el fin de solicitar y obtener la licencia de obras municipal (se confía en la buena predisposición del futuro equipo de gobierno). Se mantiene como base el último diseño del exterior que presentó Meriton pero hace falta acabarlo en su totalidad. «El coste es difícil de estimar. Desde ya, los arquitectos están trabajando para darle un impulso y acelerar todos los procedimientos administrativos para, así, tratar de llegar a tiempo en cuanto a plazos», apuntaba.

Deloitte también ha preparado un estudio basado en el nuevo San Mamés y en el Wanda, entre otros (se vio el del Tottenham y Krasnodar), para la explotación interior. «No nos ha llegado nada pero nos van a llegar ofertas para explotar determinados aspectos. En su momento llegarán y las valoraremos. Falta el proyecto de ejecución con los detalles: palcos, restaurantes, etc. Hay un crecimiento de los ingresos».

El cálculo que se ha hecho es que entre agosto y octubre se podrá presentar ya el proyecto definitivo para que de esta forma el Ayuntamiento dé luz verde a la entrada de obreros y máquinas. «Cuando se constituya el nuevo Ayuntamiento mantendremos una reunión urgente para agilizar los trámites. Eso nos lleva a una previsión de que el estadio estaría para la temporada 2022-23, ya que hay un periodo previsto de entre 18 y los 22 meses para acabar la construcción».

El Valencia lleva ya tres fichajes para el año que viene contabilizados de manera oficial en una renovada política de fichajes sobre futbolistas jóvenes y con un coste bastante asequible. La polémica en Valencia surgió cuando se supo la contratación del levantinista Jason, que precisamente este domingo jugó con su todavía equipo en Mestalla contra el conjunto de Marcelino. Cuando se le planteó a Alemany la incorporación de Jason, su respuesta fue cuanto menos sorprendente jugando con la fonética de los nombres. «¿Jason? ¿Qué Jason? ¿Jeison Murillo? No creo que nadie haya anunciado nada ... (sobre el azulgrana Jason). Nuestra obligación es estar en el mercado. Trabajar con jugadores jóvenes y de calidad y no obedece a ninguna estrategia diferente. Si son jóvenes y españoles nos parece interesantes», dijo al respecto.

El Valencia por un lado anuncia su intención de potenciar y darle valor a la cantera y, por otro, ficha veteranos para el Mestalla y otros jóvenes a los que se les presume un futuro interesante. «Estamos firmando jugadores desde hace tiempo en torno a 18 años, con calidad y que están en esa misma línea. En el mercado del fútbol, si quieres tener jugadores importantes o los fichas jóvenes o hay que anticiparse».